Rafa Nadal, vuelta al paraíso

La primavera tenística parece menos primavera si el sol no se refleja en el rojo tierra batida. Por eso, aunque sigue siendo un año atípico por los paisajes de mascarillas y distancias, el tenis vive un curso menos atípico porque, tras el vacío de 2020, se abre la temporada de tierra con el Masters 1.000 de Montecarlo. Y ahí, quién si no, estará Rafael Nadal, a la reconquista del torneo que ha ganado en once ocasiones.

El balear disputará en las pistas monegascas su segundo torneo del curso, después de que las molestias en la espalda que aparecieron en enero y lo atenazaran en el Abierto de Australia, primer Grand Slam del curso, lo mantuvieran en reposo

muchas semanas después. Se ha saltado las casillas de Rotterdam, Dubái o Miami, pero ya está en la casilla junto al mar para comenzar la etapa predilecta de su curso escolar. De hecho, fue el propio tenista quien lo corroboró nada más aterrizar: «De vuelta a Montecarlo. Uno de mis lugares favoritos. ¡Vamos!».

Son once portadas en Montecarlo. Nadie más que él, claro, pero no se conforma. En 2019, el último año que se jugó en ese tenis prepandémico, cedió en semifinales contra Fabio Fognini, campeón el domingo. Y ya hay ganas de volver a morder un trofeo. Desde que saboreara la victoria en estas pistas por primera vez en 2005, el Masters 1.000 de Montecarlo se ha convertido en su oasis particular, el sitio en el que se siente como en casa y en el que su tenis adquiere sus mejores propuestas. Ya puede empezar el año regular, como en 2018, que es aterrizar en Mónaco y el sol vuelve a salir.

Como siempre, las rondas irán midiendo la temperatura, la confianza y la ilusión, pero el empeño es el de siempre. Llegó el jueves y tardó poco en ponerse a entrenar, con las directrices de Carlos Moyà. Desde el viernes sabe que se estrenará contra Adrian Mannarino o un jugador de la previa. A partir de ahí, y con su condición de número 3 del mundo por primera vez en muchísimo tiempo, la suerte del sorteo evitó un choque contra Novak Djokovic hasta una hipotética final. Pero hasta llegar ahí, tendrá a Grigor Dimitrov, unos posibles cuartos con Andrey Rublev y una hipotética semifinal contra Daniil Medvedev. Al otro lado, además de Djokovic, circulan Alexander Zverev o Stefanos Tsitsipas. Y como representación española también figuran Roberto Bautista, Pablo Andújar, Albert Ramos, Alejandro Davidovich y Pablo Carreño. Las mejores raquetas, de nuevo, en acción.

Han pasado muchos días desde que jugara su último partido oficial, aquellos cuartos del Abierto de Australia contra Stefanos Tsitsipas, y esta es la primera parada de la mejor parte del año para él, una tierra batida en la que siempre siembra alegrías. Tomará impulso aquí para dirigirse después al Conde de Godó, el Mutua Madrid Open o el Masters 1.000 de Roma. Todo, por supuesto, para medir cuerpo y mente para el gran objetivo de siempre, un Roland Garros que recupera el calor primaveral después de pasar por el frío otoño el año pasado obligado por el coronavirus. Pero el Covid-19 no se ha ido del todo y vuelve a mandar en este 2021; esta vez, retrasando una semana el comienzo del torneo. Es la decisión que han tomado los organizadores siguiendo las pautas de las autoridades sanitarias francesas, que han visto incrementarse el número de casos en la región y no quieren poner en peligro ni la disputa de la competición ni la salud de los integrantes. Ante todo lo ocurrido el año pasado, parece este un mal menor, el de tener que postergar unos días el segundo Grand Slam del curso y, por ende, el comienzo de la temporada de hierba.

Felix Auger-Aliassime

En Montecarlo no jugarán Roger Federer o Dominic Thiem, bajas ya anunciadas hace tiempo, tampoco Richard Gasquet, con complicaciones por coronavirus, pero sí estará Toni Nadal, tío y exentrenador del balear. Aunque no en el banquillo del ganador de 20 Grand Slams. Anunció esta semana que comienza a dirigir la carrera de Felix Auger-Aliassime, quien se puso en contacto con él y, después de unos días en la Academia Nadal en Manacor, llegaron al acuerdo de compartir juntos la temporada de tierra y los grandes torneos. Sin embargo, Toni Nadal siempre será el tío de Rafa Nadal, y él mismo aseguró quién será su favorito: «No dejo de ser su tío, tengo muchos años de vinculación con él y el día que jueguen, evidentemente, no estaría en el palco de ninguno de los dos por respeto a ambos». Pero el Toni Nadal profesional también ambiciona que el canadiense llegue a lo más alto. «Cuando lo vi jugar por primera vez comenté con Rafael que iba a ser muy bueno, y creo que él debe tener esa aspiración. Pero ahora tiene que trabajar para confirmarlo. No me planteaba estar con otro jugador, pero tener la posibilidad de colaborar con un jugador que tiene máximas aspiraciones es un reto que me satisface». Solo el cuadro -van en caminos opuestos-, los rivales y el tiempo decidirán si chocarán Nadal y Auger-Aliassime en la pista.