Elecciones en Cataluña: Castigo a JxCat por el “no” a ERC y trasvase de votos de Cs al PP

La política catalana ha entrado en fase parálisis tras el bloqueo del partido de Carles Puigdemont (JxCat) a la investidura de Pere Aragonès (ERC) con una abstención que ha dejado activada la cuenta atrás: si en dos meses, el 26 de mayo, no hay president de la Generalitat, quedarán convocados de forma automática los comicios para mediados de julio. De darse esta repetición electoral a día de hoy, JxCat, perdería el paso, retrocedería y se dejaría un escaño respecto al 14-F (31), mientras el PSC volvería a ganar en votos y empataría en diputados (34) con Esquerra, que crecería y se consolidaría como fuerza hegemónica de un independentismo que, eso sí, reeditaría su mayoría absoluta (74) y superaría el 50% de los apoyos. Aragonès, por tanto, saldría fortalecido frente a Puigdemont. La participación seguiría cayendo hasta el 50,4% por la pandemia.

Así se desprende de la encuesta de NC Report para LA RAZÓN elaborada del 30 de marzo al 1 de abril, justo tras la investidura fallida en el Parlament y que vaticina un nuevo terremoto ligado a la actualidad: Ciudadanos quedaría al límite de la desaparición con 2 diputados –por los 6 de ahora– y un 3,1% de las papeletas, tan sólo una décima por encima del mínimo necesario para entrar en el Parlament.

Y es que la formación liderada en Cataluña por Carlos Carrizosa sólo lograría retener la mitad de sus votantes (52,2%) en total y perdería su implantación en Barcelona. El PP y Vox serían los principales beneficiados del desplome del partido naranja, una caída al precipicio en su cuna de nacimiento, donde logró 36 escaños y más de un millón de votos en 2017. Ahora, tres años y medio después, la formación de Inés Arrimadas quedaría prácticamente en fallida virtual según el resultado del sondeo, que otorga tan sólo 87.000 votos a Cs, casi la mitad de logrados el 14 de febrero. En 2006, cuando la fuerza del entonces candidato Albert Rivera concurrió por primera vez al Parlament, obtuvo casi 90.000 votos y el 3,04% de los apoyos, resultado casi igual que el que vaticina la encuesta de este mes de abril de 2021, 15 años después.

Cabe recordar que Ciudadanos registró una importante hecatombe el 14-F pasando de los 36 escaños logrados por Arrimadas en 2017 a los 6 actuales de Carrizosa en el Parlament y dejándose por el camino prácticamente un millón de votos. Un descalabro agudizado de repetirse elecciones según la encuesta, y que se produciría tras el fracaso de la moción de censura en Murcia, la convocatoria de Madrid, la severa crisis interna de la formación de Inés Arrimadas y la desbandada de algunos de sus líderes, principalmente al PP.

El PP, el que más crece

En Cataluña, los populares de Alejandro Fernández quedarían por encima con hasta cinco escaños, dos más que en la cita electoral de febrero, y aglutinarían hasta 41.000 votos más (5,4%) recuperando terreno perdido en la última convocatoria y consiguiendo uno de sus objetivos: tener grupo propio en la cámara.

Vox, la lista liderada por Ignacio Garriga en el Parlament, se consolidaría como cuarta fuerza con 12 escaños (+1) y alrededor de 227.500 votos, casi 10.000 más que hace seis semanas.

El efecto dominó también alcanzaría al PSC de Salvador Illa, quien sumaría un escaño más respecto al 14 de febrero y se situaría en los citados 34 y casi 659.000 votos (23,5%). Un resultado que permitiría a los socialistas reeditar la histórica victoria de hace seis semanas, cuando la candidatura del exministro de Sanidad dio un golpe en el tablero, se impuso al independentismo en las urnas en votos y cimentó la recuperación del partido en Cataluña tras la caída acumulada y sostenida por el «procés».

Ahora, y de celebrarse de nuevo las elecciones, el PSC no notaría la pérdida del llamado «efecto Illa» –su nombramiento sorpresa al frente de la lista pensado y diseñado por la Moncloa– y el dirigente afianzaría su liderazgo al retener prácticamente la totalidad de sus votos (94,7%).

Y es que el sondeo también refleja novedades importantes en cabeza: la Esquerra de Pere Aragonès aguantaría el empuje (+1 diputado y 22.000 votos), empataría en escaños (34) pese a los intentos fallidos de investidura de su líder en el Parlament y se consolidaría como fuerza de referencia dentro del independentismo ampliando la distancia con su principal rival: JxCat, la lista de Borràs y Puigdemont.

El partido postconvergente se descolgaría de la cabeza al perder hasta 33.000 votos y un escaño, un resultado que supondría de facto un castigo para JxCat tras el bloqueo ejercido por Puigdemont ante el intento de investidura del republicano, vetado por diferencias importantes y que se mantienen en las negociaciones, entre ellas dirimir quién ejerce el mando y lidera el «procés». El expresident quiere canalizar el poder a través del Consell per la República –un órgano privado que preside desde Waterloo– y exige unidad de acción en el Congreso, algo a lo que ERC se opone. Una estrategia que el electorado independentista penalizaría al dejar al partido de Puigdemont a casi 91.000 votos de distancia y tres escaños menos. Una diferencia notable teniendo en cuenta que ahora es de un escaño y 35.000 votos, argumento que esgrime JxCat para reivindicar su cuota de liderazgo.

Los dos partidos restantes, los comunes –la facción que cobija a Podemos en Cataluña– y la CUP quedarían igual, según el sondeo: 8 y 9 escaños respectivamente pese a que la facción morada perdería unos 8.000 votos (-0,2%) y los antisistema ganarían 4.000 (+0,2%).