Quinta victoria consecutiva con lo de siempre

Era la quinta victoria consecutiva de Zidane tras la crisis, de este Zizou tan distinto que parece un doble del anterior. No es el mismo. Durante cuatro años hizo rotaciones de tres futbolistas como mínimo en cada partido. Fue su arma para conquistar la Champions y la Liga hace tres años, con aquel equipo B liderado por Morata y James. Un dato impresionante de aquel reparto de esfuerzos impuesto por el francés es que Cristiano nunca jugó en Leganés. Ahora, Zinedine no quita a sus titulares.

Zidane obtiene un triunfo al límite físico, tras comenzar bien, con dos goles de ventaja. Modric, autor del 0-2, fue relevado con una sobrecarga en el aductor. Lucas, protagonista del tercer tanto visitante, sumó su decimotercer partido consecutivo. Benzema, excelso abrió el marcador y dio el pase decisivo en la segunda diana visitante

Las crisis sufridas con las derrotas ante el Cádiz, el Alavés y el Shakhtar en dos ocasiones le hicieron revolucionar su política. Se dijo en su interior que había dado muchas oportunidades a Isco, a Marcelo y a Marco Asensio y no las aprovecharon. Solo se fía de los hombres que le salvaron. Lucas, Mendy, Modric, Kroos y Vinicius, ausente ayer por una gastroenteritis, baja que fue cubierta por otro jugador de la confianza de Zizou, el brasileño Rodrygo, clave en la Champions con dos golazos ante el Inter. Nacho y Valverde son los otros pupilos de la lista real del marsellés. El resto son suplentes de verdad. Tanto, que el responsable deportivo del Real Madrid ya no realiza ni los cinco cambios para satisfacer a más pupilos y perder tiempo si es necesario. No se fía de nadie más.

Gol anulado a Benzema que es muy dudoso

El equipo A comenzó muy bien y Benzema, excelso, anotó un gol y le anularon otro precioso que es dudoso que estuviera en fuera de juego. Modric, diez partidos sin parar, firmó el segundo tanto tras un robo de Lucas, que sumaba su decimotercer encuentro consecutivo. El ejemplo del coruñés de Curtis es perfecto para explicar la nueva filosofía del entrenador, quien cuenta con catorce profesionales y los exprime mientras aguanten. Los elegidos juegan y no se quejan del exceso de minutos. Lo han pasado muy mal, sacaron al club del atolladero y no quieren dejar el sitio que se han ganado por méritos propios. Pero era evidente que Modric, que después se quejó de una sobrecarga en el aductor, ya no corría al ritmo habitual a la hora de juego. Daba pases de oro, pero no defendía.

«Sufrimos y hemos sabido sufrir», admitía Zidane, «pero controlamos el partido. Esto es una pelea, ahora hay que jugar en tres días y debemos disfrutar».

El Real Madrid sufrió desde entonces. Faltaba oxígeno. A pesar de ello, la posesión de balón era visitante. Rodrygo desperdició la ocasión de asegurar los puntos tras un centro magistral del alemán y los blancos, con el 1-2, jugaron en el alero hasta el último minuto, cuando Lucas anotó la tercera diana, la decisiva.

Un cuarto de hora antes, Valverde había sustituido a Modric, y los blancos recuperaron aire. Asensio suplió a Rodrygo. No hubo más relevos. El conjunto de Zizou obtuvo los tres puntos al límite. El tanto de Lucas solo sirvió para respirar unos segundos antes del pitido final.