El abismo del ‘brexit’ pone en alerta a los exportadores aragoneses

El final el brexit sigue siendo aún una incógnita. A pocos días de que finalice el año y se materialice la ruptura, el acuerdo para la salida del Reino Unido de la Unión Europea sigue sin cerrarse, aunque las negociaciones parecen encaminarse hacia el entendimiento. Las empresas de la comunidad vinculadas económicamente a este país llevan tiempo preparándose para este momento y aplicando medidas correctoras para mitigar los efectos negativos que puedan darse. Aún así, la inminencia de este proceso está generando caos en las fronteras inglesas. Transportistas y exportadores temen un colapso mayor a partir del 1 de enero. En el mejor de los casos, prevén un sobrecoste operativo sobre las mercancías, lo que hace sembrar las dudas sobre un mercado al que la comunidad vende productos por valor de cerca de 1.000 millones de euros.

En lo que va del 2020, Reino Unido está teniendo más peso que nunca en las exportaciones aragonesas, lo que deja a las claras la fuerte exposición que existe al brexit. Se trata del cuarto destino de las ventas exteriores de la comunidad, por detrás de Francia, Alemania e Italia.

En concreto, las empresas de Aragón vendieron bienes al territorio inglés por valor de 941,9 millones de euros en el 2019, lo que supone el 7% de la cifra total de exportaciones de la comunidad, según los datos facilitados por la empresa pública Aragón Exterior (Arex). El peso de este mercado se ha incrementado hasta el 8,5% en lo que va de año (de enero a septiembre), hasta totalizar una cifra de negocio de 804,3 millones de euros, lo que supone un 5,9% más que en el mismo periodo de ejercicio anterior.

El automóvil

Aragón aglutina el 6,7% de las exportaciones españolas al Reino Unido, casi dos puntos más en el 2019, cuando el porcentaje fue del 4,8%. En cuanto a las importaciones, en los nueve primeros meses del año, la comunidad ha comprado bienes a dicho país por valor de 122,4 millones, lo que arroja un saldo comercial muy favorable, de casi 700 millones, una cifra similar a la registrada en todo el 2019.

Más de dos tercios de las exportaciones aragonesas corresponde al sector automóvil, que ha aumentado de forma notable sus ventas a Reino Unido en el año de la pandemia, con un repunte del 17,8%. El agroalimentario (sin contar el vino), que supone el 7,3% del total, también ha crecido (un 6,1% más), sobre todo por el aumento de las ventas de fruta, pero como el último trimestre es temporada baja para este producto, no se  puede aventurar cuál será el balance final del año.

 «Indudablemente, el brexit va a tener impacto», afirma Jorge Alonso, director de Internacional de CEOE Aragón, quien destaca, no obstante, que las empresas de la comunidad que hace negocio con el Reino Unido «llevan tiempo preparándose» para este momento crucial. «La diferencia entre si hay acuerdo o no, será sustancial», recuerda.

Además del automóvil, también se juegan mucho otros subsectores industriales, como  electrodomésticos o maquinaria eléctrica, así como la distribución textil o la agroalimentación.Estas serían las actividades de la comunidad más expuestos a la salida del Reino Unido.

Pendientes de aranceles

En caso de que no hubiera acuerdo, entraría en vigor una serie de aranceles que encarecerán las ventas aragonesas a este mercado. El vino, sin embargo, no será gravado en ningún caso, lo cual es una buena noticia para Aragón pues uno de los principales productos que exporta a este destino.

Pase lo que pase, Alonso destaca que, con la entrada en el 2021, desaparece la libertad de circulación de personas, mercancías, servicios y capitales, lo que «quebrará un logro de la Unión Europea» y generará «problemas» en ámbitos transversales como la atención sanitaria o telefonía móvil.

Sobre las posibilidades de que haya un entendimiento final, considera que «todavía hay margen para el optimismo». «De los tres problemas que había sobre la mesa, solo queda el de la pesca. El acuerdo se vislumbra, es una cuestión de plazo», apunta el responsable del comercio exterior de la patronal aragonesa. Ahora bien, que se alcance «a última hora», advierte, «no es el mejor escenario».

A pesar de las complicaciones que van a surgir y del resultado final de las negociaciones, las empresas implicadas cuentan con planes de contingencia y, en algunos casos, han diversificado de mercado, según Alonso. Gracias a la dilación del proceso de ruptura, concluye, «las dimensiones más pesimistas del brexit serán mucho menores».

Trámites aduaneros

«Hasta que no termine el mes no sabremos definitivamente a qué situación atenernos», afirma Nieves Ágreda, director del área de internacional de la Cámara de Zaragoza. «Los más positivo es que se sigue negociando», apunta. En este sentido, confía en que haya finalmente un acuerdo, lo que haría que «el impacto sea menor», ya que de esta manera no se aplicaran los aranceles anunciados. De todas formas, pone de relieve que las empresas afectadas por esta ruptura han tenido de cuatro a cinco años para asimilar la nueva situación. «Las compañía que trabajan con Reino Unidos son conscientes de esta realidad y han preparado sus planes de contingencia, adaptando sus procesos logísticos y la preparación de expediciones y alcanzando acuerdos para asegurar sus cadenas de suministro», remarca.

«Lo que es seguro que con o sin acuerdo, el 1 de enero entran en vigor los procedimientos aduaneros, con todo lo que eso implica», señala. Esto hará que las mercancías aragonesas, españolas o europeas que crucen las fronteras inglesas tendrán que pasar una sería de procesos en cuanto a inspección y requerimientos técnicos y burocrático en ámbitos como el sanitario, el veterinario o el fitosanitario. «Se complica todo», resume Ágreda, un carga adicional que puede llevar aparejado «mayores costes» operativos, al margen de si hay o no aranceles.

En esa idea insiste Eduardo Corella, presidente del Clúster de Logística de Aragón (ALIA), quien augura más problemas de los previstos: «Independientemente de cómo se resuelva la negociación institucional, desde el 1 de enero habrá que parar en la aduana y hacer trámites. Eso generará sobrecostes y retrasos en las entregas».