El Papa se presenta por sorpresa al amanecer para la ofrenda floral a la Inmaculada en la plaza de España

A las siete de la mañana, llevando su mascarilla y sosteniendo un paraguas negro para protegerse de la lluvia, el Papa Francisco ha rezado este martes ante la imagen de la Inmaculada en la plaza de España mientras los bomberos, prácticamente únicos testigos, formaban una fila de honor ante el portón de la Embajada española, todavía cerrado.

El riesgo de contagio de coronavirus en la tradicional aglomeración de miles de fieles romanos para la ofrenda floral que marca el comienzo de la temporada navideña obligó a Francisco a cancelar la cita.

Pero, muy en su estilo, el Papa se ha presentado por sorpresa en su pequeño coche utilitario justo cuando los bomberos se preparaban a desplegar la altísima escalera que utilizan cada año para dejar una corona de flores en el brazo de la imagen de María, que preside la plaza y la ciudad desde lo alto de su columna.

El Papa ha depositado un par de ramos de rosas blancas a los pies del monumento, ha rezado un rato en silencio protegiéndose de la lluvia con un paraguas y ha vuelto al automóvil entre los aplausos y saludos de los bomberos y de algún que otro transeúnte que no acababa de creer del todo lo que estaba viendo.

Según el director de la oficina de prensa del Vaticano, Francisco se ha dirigido a Nuestra Señora en la fiesta de la Inmaculada pidiéndole «que vele con amor sobre Roma y sus habitantes, y poniendo en sus manos a todos los que sufren enfermedad o desesperanza en esta ciudad y en el mundo».

A continuación el Santo Padre se ha dirigido a la basílica de Santa María la Mayor, donde ha rezado como todos los años en esta fecha ante la imagen de María «Salvación del Pueblo Romano», y ha celebrado la misa en la capilla de la Navidad.

También por sorpresa, el Papa ha proclamado un «Año de San José», patrono de la Iglesia universal, desde el día de hoy hasta el 8 de diciembre de 2021, invitando a los fieles a acudir a su protección como «consuelo y alivio en las graves tribulaciones humanas y sociales que hoy atenazan el mundo contemporáneo», según el decreto publicado al mediodía.

En este año especial de San José, el Santo Padre concede indulgencia plenaria por numerosos gestos de devoción, desde la meditación del Padre Nuestro hasta alguna obra de misericordia espiritual o corporal, así como el rezo del rosario en familia o entre novios.