Joe Biden se adjudica Wisconsin y Michigan, lo que le abre un camino a la victoria

El sprint final del escrutinio de votos en Estados Unidos sigue. Joe Biden, como se esperaba, ha remontado en los estados de Michigan y Wisconsin. La agencia Associated Press ya le adjudicó el de Wisconsin durante la tarde de este miércoles y caída ya la noche, los medios estadounidenses le otorgaban la victoria en Michigan.

Ganar los 16 votos electorales de Michigan le asegura la victoria, siempre y cuando, eso sí, que mantenga Arizona y Nevada en su columna. Al mismo tiempo, la ventaja del presidente, Donald Trump, se ha reducido a solo 3.000 votos en el estado de Georgia, a medida que los colegios de la capital, Atlanta, van emitiendo sus resultados. Atlanta, una ciudad con una importante población afroamericana, es el principal granero de votos del Partido Demócrata. Entretanto, en Pensilvania, Trump lleva 700.000 votos más que Biden. Pero en ese estado faltan todavía muchos votos por contar.

«Deben ser contados todos los votos», ha insistido Joe Biden, en un discurso desde Wilmington (Delaware) en el que se ha mostrado confiado de adjudicarse la Presidencia y asegurando que los estadounidenses «no serán silenciados». «Está claro que estamos ganando en suficientes estados como para ganar la Presidencia», ha añadido antes de precisar que no estaba declarando su victoria, pero que cree que ganará una vez que se cuenten todas las papeletas. «He hecho campaña como demócrata, pero gobernaré como presidente americano», ha declarado en una intervención este miércoles por la noche.

Entretanto, Trump ha vuelto a redoblar sus acusaciones de fraude. Esta vez, de la forma más previsible, con un tuit en el que culpa a la oposición de haber alterado el recuento de los votos en Michigan y Wisconsin, dos estados en los que iba ganando. El tuit de Trump obvia que en Arizona ha reducido considerablemente su desventaja en relación a Biden, o que en Nevada está yendo mucho mejor de lo que preveían las encuestas, y que aún tiene posibilidades. Si Trump ganara en Nevada, toda la carrera volvería a quedar, una vez más, patas arriba.

Por el momento, el presidente no ha cumplido la amenaza, formulada ayer a las dos y media de la madrugada, de llevar al Tribunal Supremo el escrutinio de los votos para que éste sea suspendido. En todo caso, las posibilidades de éxito de esa petición serían nulas. Solo en el caso de Pensilvania, el tribunal ha declarado que podría intervenir esta semana. En el resto de los estados en liza, no hay ninguna controversia acerca de la continuidad del recuento.