Levante-Real Madrid (0-2): El Madrid juega, sufre y gana

El Madrid jugó bien cuando pudo y aguantó bien cuando hizo falta. Para eso tiene al mejor portero del campeonato ahora mismo. Tuvo al Levante dominado durante sesenta minutos y marcó Vini, se fue del partido un rato en el que rival creyó tener vida y al final, Benzema marcó su gol para acabar un partido con más distancia de que un gol.

No es sencillo analizar al equipo de Zidane. Durante 60 minutos jugó el mejor partido de los cuatro que ha disputado, manejando los tiempos y decidiendo a qué y cómo había que jugar: ahora rápido, ahora lento; ahora con le balón, ahora a la contra. Pero desaprovechó sus llegadas y se olvidó de tirar el rival al suelo y no dejar que se levantase más. No lo hizo y el Levante, que se vio tan cerca en el marcador, hizo tres cambios y cambió el partido. El Madrid, entonces, tan feliz hasta ese momento, se metió en un lío y ya no veía nada con la claridad de antes. Pero incluso en ese desplome supo aguantar los remates de Bhardi. Eso que ya ha aprendido. También cuando llega la oscuridad, el cansancio o el arrebato del rival hay que mantenerse de pie.

Los cambios del Levante dieron la vuelta al partido. No se entendió, sin embargo, que Zidane no dejase a Vinicius durante todo el choque. Otra vez el gol del brasileño abrió el marcador: levantó la cabeza, echó un vistazo y con calma hizo que el balón pasase entre el tumulto de jugadores y se colase por donde el portero rival nunca llegaría. Vinicius ha encontrado o ha aprendido la calma en el remate y el Real Madrid, que ya se aprovechaba de sus regates y de su velocidad innata suma puntos con sus goles. Ése era el pero que se le ponía siempre al joven brasileño: muy bueno, pero en el área… Gran regateador, pero al rematar… Es el más profundo, pero sus goles de rebote… Si se precipitaron los juicios para destacar que no tenía gol, ahora hay que decir con rapidez también que ha encontrado la portería y que no ha perdido las virtudes que ya tenía. Como en una jugada antológica en la segunda mitad, en la que va de área a área. Ahora mismo, con Hazard lesionado, tiene pinta de que Vini es un jugador imprescindible y que no tenerlo en el campo es desaprovechar la mejor bala del arma.

Quizá por eso contra el Levante Zidane volvió al 4-3-3. Va alternando los sistemas como va alternando los jugadores. Esta vez quiso que el equipo corriera y puso a Vini en un lado y a Asensio en el otro, con Valverde y Casemiro ayudando a Modric. Fue el día en el que mostró su mejor cara, con el croata al mando y Casemiro y Valverde al corte, el equipo jugó muy arriba, impidió salir al rival y si no ganó antes fue porque el gol le va a costar toda la temporada.

El Levante reaccionó cuando se dio cuenta de que, inesperadamente, estaba con vida. Entonces, con el arrojo de los nuevos, logró quitarse el peso de un rival más cansado. Tuvo una ocasión aislada en la primera mitad, pero fue después, en ese tramo tras el descanso cuando obligó a trabajar a Courtois. Éste sacó un pie milagroso, tras un rebote, ya vencido.

El Madrid aguantó. Va a ser una temporada larga, de resultados cortos y de saber manejarlos y sufrir.