Las familias aplauden el curso presencial

A falta de una semana para que finalice el curso escolar 2019/2020, cuyo último trimestre ha estado marcado por la pandemia de la covid-19, la Administración pública desveló algunos de los detalles del próximo año académico. Entre los planes que contempla, la principal medida es que la vuelta se prevé presencial. Una decisión que desde la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de la Escuela Pública de Aragón (Fapar) valoran positivamente. «Es una excelente noticia», explican.

Al regreso a las aulas también se suma la reorganización de los espacios, que en los cursos a partir de quinto de Primaria, se deberá adaptar de forma que se cuente con una separación de al menos 1,5 metros entre las mesas. «Se recomienda la distancia, pero deja abierta la posibilidad de que cuando esto no sea posible, se adopten otro tipo de medidas», explica la federación, que considera una buena noticia que «se haya flexibilizado» y que se plantee un inicio de curso lo más normalizado posible, «dentro del contexto en el que estamos y vamos a seguir», puntualizan.

Para las familias, la presencia de las niñas y niños en el aula es fundamental. «No podemos sustituir ni a la escuela ni a los docentes, ni somos los profesionales, ni nuestras casas son los espacios que permiten el aprendizaje y sobre todo la socialización tan necesaria en la formación integral de todos los niños», defienden. Por ello, consideran que el sistema educativo no está pensado para hacerse a distancia, «ni está pensado ni queremos que lo esté, la educación tiene que ser presencial», subrayan.

BUSCAR UNA ALTERNATIVA SI HAY OTRA SUSPENSIÓN DE CLASES

Desde la federación, se manifiesta que es fundamental el vínculo emocional que se establece en la presencia y la cercanía. Por lo que el plan a debe ser ese, pero si surgiera la necesidad de otra suspensión, es obligatorio buscar una alternativa, «pero que sea provisional y que sirva para no descolgar del proceso educativo», apuntan. Creen que el modelo mixto, que intercala la formación presencial y a distancia, es el plan b y provisional, la excepción. «Si esto ocurre el año que viene, estaremos más preparados de lo que nos ha pillado ahora», comentan.

Por otro lado, la última información que anunció el Departamento de Educación aragonés sobre el comedor y el transporte público –que se contemplan disponibles para el inicio de curso–, también alivia a las familias. «Es lo mejor que se nos podía transmitir en este momento», aseguran. Aunque se barajan varias opciones y todavía no se han concretado los detalles, afirman que les preocupaba, «sabemos que son servicios complementarios que entrañan una dificultad añadida», explican.

UN PLAN IMPREVISIBLE

El plan de refuerzo que ha trasladado el Gobierno autonómico a los centros educativos es esencial para adaptar el currículo del año que viene, según las asociaciones de padres y madres. Dentro de este, preferirían que el programa de integración de materias (PIM) se hubiera generalizado y «que se hubiera impartido en todos los primeros de la ESO y no que fuera voluntario».

La federación está convencida de que un programa como ese contribuiría a paliar el fracaso escolar, el elevado índice de repeticiones y el desajuste en la tasa de idoneidad que tiene especialmente Aragón. «Se ha dejado con carácter voluntario, vamos a confiar en la sensatez de los centros, que haga que lo soliciten», apuntan. Aunque consideran precipitado que lo tengan que solicitar ahora.

Así como el plan socioemocional, que integra a las familias y podrá establecer una relación más cercana con ellas. «Si de algo nos ha servido esta crisis es para valorar la importancia que han tenido las familias, que han sido colaboradoras imprescindibles, sino no hubiera salido adelante el trimestre de ninguna manera» comentan. Un aspecto de creen que se debe mantener en el curso siguiente. «También ha servido como ejercicio de autocrítica, las familias han tenido la oportunidad de conocer más el trabajo de sus hijos, la evolución y las dificultades que podían tener», apuntan.

Asimismo, defienden que en educación tiene que haber inversión, «en cualquier contexto», pero en este, «tiene que haber una importante», dicen. Por lo que valoran encarecidamente los dos programas de cooperación territorial sobre digitalización y refuerzo que se anunciaron el pasado jueves.

Además, se pone sobre la mesa el trabajo que queda por hacer con las familias y el alumnado sobre los protocolos, cómo se va a realizar la incorporación al centro y las medidas que se adapten en estos, «pero utilizando el sentido común, sin olvidar que la pandemia es impredecible, no sabemos cómo puede evolucionar», concluyen.

LA VISIÓN DE LOS SINDICATOS

Los sindicatos también han reaccionado a las medidas que han ido dando a conocer esta semana. En el caso de CCOO Aragón, considera que el próximo curso académico requerirá una planificación más ambiciosa de lo que el departamento está haciendo. «Si la nueva normalidad en septiembre implica que tiene que haber una separación de alumnado y una bajada de ratio generalizada, hay que cambiar todo el modelo organizativo y supone contratación de profesorado», explica Guillermo Herraiz, secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO Aragón.

Considera que la educación ya venía infradotada de financiación y necesita un empujón «si queremos mantener las condiciones de una educación de calidad». Defiende que la planificación que se da sobre la nueva normalidad significa a su vez «cerrar los ojos», porque si no la hay, es necesario tener un plan b, que pasa por ejemplo por buscar algún sistema de tornicidad, «bien sea semanas alternas o mañana y tarde», detalla. Y precisa que hay zonas rurales en la comunidad en que la ratio es baja, pero el problema está en las zonas saturadas como las capitales de provincia, «los centros están al 110% de ocupación y si hay que doblar los espacios, no los hay», expresa. «Creemos que deberían hacer un estudio de qué centros necesitan cuántas aulas para hacer algún tipo de alternancia y cuánto profesorado hace falta para cubrirla», defiende.

La federación también valora como insuficiente el plan de refuerzo pedagógico presentado por el Gobierno de Aragón para el próximo curso y considera «que no satisface» las expectativas generadas.

Desde UGT Aragón, Eduardo García explica que su planteamiento es iniciar el curso con la mayor normalidad posible, que las clases sean presenciales, se dote de las medidas de protección necesarias y que apoyarán todas las acciones de bajadas de ratios y aumento de profesorado, «pero que sea real», subraya.

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) también está a favor de un modelo presencial. La portavoz de Educación de CSIF Aragón, Mónica de Cristóbal, explica que es necesario un plan de contingencia y solicitan una negociación, «como parte implicada, podríamos aportar ideas para  la vuelta, que van a afectar directamente a nuestras condiciones laborales», defiende.

En su caso, dan el visto bueno al plan de refuerzo porque recoge muchas de las medidas que el sindicato demandó, como la reducción de ratios, nuevas metodologías y más formación. Sin embargo, hace referencia a que «sorprende que nadie haya aplicado una memoria». «No estamos oyendo a nadie decir que va a haber un aumento en educación», señala. «Es necesario que haya una verdadera inversión y aprovechar este problema para hacer un pacto de Estado», subraya. Además, desde su punto de vista, los planes tienen que ir acompañados de memorias económicas para poder dotar los recursos que permitan implementarse en los centros. De Cristóbal añade que asumirán la labor añadida para adaptar las metodologías y programaciones, pero reclama que «se nos reconozca».

ANPE Aragón, sindicato independiente, sostiene que la partida presupuestaria, anunciada en Educación de 2.000 millones para las autonomías, debería destinarse a la remodelación de los centros, al aumento de plantillas docentes y a un plan de digitalización. Para ellos, el reparto del fondo se debería realizar de manera proporcional al número de alumnado por comunidad autónoma, teniendo en cuenta la dispersión demográfica, atendiendo al principio de igualdad de oportunidades. «Aragón presenta, debido a su dispersión demográfica, una difícil y costosa gestión educativa para atender a todo el alumnado, incluido el que pertenece a zonas rurales, de ahí la necesidad de tener en cuenta este factor  a la hora de destinar las partidas presupuestarias a cada comunidad», detalla.

DEMANDAS DE LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS

Por su parte, los estudiantes universitarios aseguran que eran conscientes de que se iba a proponer la semipresencialidad, y por ello exigen «contraprestaciones a cambio», según explica Jonathan Jiménez, portavoz del colectivo Estudiantes en Defensa de la Universidad (EDU). Desean que la docencia online sea una «de verdad», «no algo de última hora como este año», subraya.

Entienden que se ha dado algo inesperado, pero reclaman que sirva para que el inicio del curso en septiembre esté planificado y organizado, «que no sea ir a la marcha porque no sirve para nada», dice. Asimismo que se establezcan unos criterios comunes en la docencia, «no se puede dejar que cada profesor de una diferente», apunta. Estos requisitos van en consonancia con el modelo de educación que defiende, una de carácter participativo. «Hay que buscar un modelo en el que el alumno pueda ser partícipe de la propia educación y de verdad aprenda, tiene que involucrarse y no solo escuchar por ejemplo una presentación powerpoint que le están leyendo», manifiesta.