En muchas ocasiones, lo que se predica no tiene que ver con lo que se practica. El Gobierno y la oposición piden y apuestan por la unidad en la crisis del coronavirus, pero practican la discusión, la tensión. Así ha quedado de manifiesto en la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso en la tarde de este miércoles. Muy bronca. Tanto Pedro Sánchez como Pablo Iglesias han pedido el apoyo al resto de partidos, al tiempo que los criticaban.
El presidente del Gobierno ha achacado al PP recortes en Sanidad, mientras que el vicepresidente segundo ha tildado de «antipatriotas» a los que no defienden el ingreso mínimo vital.
La crítica se ha impuesto al encuentro. La tregua política acabó, propiciada por la gestión y el desconcierto en torno a la gestión y los números sobre la pandemia por la Covid-19. Los representantes del Gobierno han esquivado las polémicas sobre la falta de datos fiables, el registro de fallecimientos o la búsqueda de las opiniones críticas en las redes sociales.
«El señor Casado busca cualquier excusa para tratar de no acordar con el Gobierno», le ha dicho Sánchez al líder del PP.
El presidente del Gobierno, a la vez que pedía su apoyo para poner en marcha lo que llama «pacto de la reconstrucción», ha atacado a los populares acusando a sus gobiernos del «deterioro de la sanidad pública o la falta de inversión».
CASADO: «SIEMPRE ESTAMOS A FAVOR DEL DIÁLOGO»
«¿Así quieren pactar ustedes, haciéndonos responsables de sus errores?», ha respondido Pablo Casado, que ha puesto de relieve el apoyo del PP a la prórroga del estado de alarma, mientras socios del Gobierno como ERC simplemente se han abstenido.
«Nosotros siempre estamos a favor del diálogo. Llevo dos años intentado pactar y estamos a favor de la comisión parlamentaria que yo le propuse», ha sido el mensaje del presidente del PP.
No ha sido la única tensión vivida en medio de la supuesta llamada al entendimiento. Pablo Iglesias ha mantenido dos tensos rifirrafes. El primero a cuenta de la gestión de las residencias de mayores, el segundo por el ingreso mínimo vital.
La diputada de Vox Inés María Cañizares Pacheco ha criticado que el Ejecutivo instaure de forma permanente esta ayuda, pues según su formación debería tratarse de una prestación «transitoria». A juicio de este partido, prolongarlo en el tiempo «puede poner en peligro las pensiones» y, ha añadido, podría alentar el caer en la «dependencia y un subsidio dependiente del Gobierno».
LA RENTA MÍNIMA «ESTIMULARÁ LA ECONOMÍA»
Iglesias, que también ha sido criticado por Aitor Esteban (PNV) por las formas de poner en marcha esta ayuda, sin negociarlo con los partidos, ha defendido que este ingreso mínimo vital «permitirá llenar la nevera a muchos y estimulará la recuperación económica, porque será dinero que vaya al consumo».
El vicepresidente segundo del Gobierno no ha vacilado en calificar de «antipatriotas» a quienes «no defienden una propuesta como ésta». Cabe recordar que, por ejemplo, también la CEOE, con quien Iglesias ha protagonizado más de un encontronazo por este asunto, muestra su preferencia por un carácter temporal de la ayuda.
