Iglesias y Montero eliminan la limitación de sueldos para cobrar más de 14.000 euros al mes

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, formalizó ayer la presentación de su equipo y de su propuesta para el futuro del partido. Una suerte de pistoletazo de salida al Vistalegre 3 del próximo 21 de marzo que, en realidad, no es más que trámite. Sin oposición interna ni rival, Iglesias será reelegido por aclamación. Al margen de los rostros que le acompañarán en la etapa que los morados abrirán tras esta cita congresual, los cambios relevantes los ha incorporado el equipo de Iglesias en su nuevo código ético y en el documento político.

En estos escritos Iglesias renuncia a dos de los elementos con los que Podemos sacudió la política española y que diferenciaron a este partido –también a Ciudadanos– del bipartidismo: la limitación en los sueldos de sus representantes públicos y la fijación de un máximo temporal para el ejercicio de un cargo público. En el primero de los casos, Podemos estableció que sus concejales, diputados y demás representantes institucionales deberían asumir un límite: percibirían una retribución que no superaría tres veces el Salario Mínimo Interprofesional. Este extremo cambiará una vez Vistalegre 3 presumiblemente avale el Código Ético que ayer hizo público el equipo de Iglesias. En ese documento se señala «que debido al incremento del SMI desde la llegada de Podemos a las instituciones, y ante la perspectiva de que este continúe aumentando, el SMI deja de ser un marco de referencia válido para la limitación salarial de nuestra organización». Y avanza la intención de la dirección del partido de establecer nuevos mecanismos y porcentajes para limitar el sueldo: «A partir de ahora, las donaciones serán realizadas mediante porcentajes del salario percibido en función de las responsabilidades asumidas». O lo que es lo mismo, a más responsabilidad, menos limitación.

Del mismo modo, Podemos convierte en papel mojado la limitación de mandatos. El nuevo Código Ético mantiene, como hasta ahora, el máximo de «ocho años para todos los cargos públicos y cargos internos del partido, con posibilidad de prorrogarse excepcionalmente a doce años». Sin embargo, abre la puerta a que Iglesias u otros dirigentes incumplan estos tiempos: «Más allá de dicho plazo, la prórroga estará supeditada a consulta a las personas inscritas».

En su documento político, Pablo Iglesias recupera su bandera republicana, a pesar de haber guardado en los últimos meses su traje antimonárquico en pro de la construcción del gobierno de coalición que comparte como socio minoritario con el PSOE. Justo publica el partido las principales líneas de su hoja de ruta a seguir en los próximos cuatro años después de haber acompañado Pablo Iglesias por primera vez a un miembro de la Casa Real en un acto oficial. Entre los objetivos prioritarios, el vicepresidente segundo del Gobierno se marca el «sueño» de construir una «república plurinacional y solidaria» en España.

En el documento político que deberá ser ratificado el próximo 21 de marzo en la Tercera Asamblea Ciudadana Estatal del partido, Iglesias reivindica que su partido debe «empujar y articular la disputa en el seno del Estado en defensa de los valores republicanos» frente al avance de las «fuerzas reaccionarias». Bajo el título «No renunciamos a nuestros sueños: por una república plurinacional y solidaria», Iglesias alienta a su partido hacia esa construcción de la república plurinacional: «Necesitamos trascender el hecho de participar en el Gobierno y empezar a dibujar de mano de los sectores populares un país a la medida de nuestro pueblo». Así, el partido apuesta por poner en el «eje central de la construcción política la sostenibilidad de la vida, y como proyecto histórico nos sigue guiando la construcción de una república plurinacional y solidaria».

Sin nombrarlo, pero claramente identificado. Iglesias alude directamente a su ex número dos, Íñigo Errejón en su documento político. En un análisis profundo sobre la historia política de los morados hace un alegato en defensa de la unidad popular frente a las voces rupturistas que hasta ahora convivían en su partido. Referencia la última escisión vivida en Podemos a causa del golpe de Errejón para tratar competir con Podemos el pasado 10-N. «La práctica nos ha demostrado de nuevo la fuerza de la sabiduría popular: allá donde los espacios unitarios se han mantenido, los resultados han sido mejores que donde se han producido rupturas».

Iglesias va más allá y reabre la herida con su ex número dos por su batacazo electoral. En el documento señala que «el establishment ha alentado estas rupturas generando espejismos mediáticos que se han concretado en estrepitosos fracasos».

Sobre su relación con las fuerzas hermanas del cambio, Iglesias defiende que es necesario fortalecer ese espacio de trabajo. «El resultado obtenido en las elecciones del 10 de noviembre demuestra que Unidas Podemos y el resto de confluencias son una apuesta acertada para el proceso de construcción popular que ha truncado las aspiraciones oligárquicas de reducir el espacio del cambio a una fuerza residual», explica. Y añade: «Ahora nos convoca a pasar de la unidad de acción electoral a la unidad de acción política a través del trabajo conjunto sobre el territorio».