Page recuerda que un territorio por separado solo puede hacer una consulta para modificar su Estatuto

No hay en el PSOE oposición al acuerdo que Pedro Sánchez ha alcanzado con ERC y que hace depender la gobernabilidad de España de los independentistas catalanes, de EH Bildu y del PNV. Existe, de hecho, una justificación e incluso un fuerte aplauso, como el que recibió hoy el presidente en funciones al llegar a la Ejecutiva federal, al camino emprendido tras el 10-N.

Como mucho, se atisba resignación por entender que no es la vía ideal, el objetivo era depender solo de Podemos, pero que es la única posible tras los resultados del 10 de noviembre. Tras sus victoria en la primarias de 2017 no hay una oposición estructurada ni capacidad de cuestionamiento a las decisiones del secretario general. Ni órganos de decisión que puedan cuestionar sus planteamientos.

El único malestar es el que han podido verbalizar en algún momento algunos barones. Apenas dos: el de Aragón, Javier Lambán, y el de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Fueron los dos los únicos que participaron ayer en la ronda de consultas articuladas por la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas.

De ellos, García-Page está siendo el más combativo. Una posición, eso sí, que destaca su condición de presidente de Castilla-La Mancha y que no constituye ningún movimiento en clave orgánica en el PSOE. Desde este principio hoy ha emitido un comunicado para valorar su posición sobre el acuedo de investidura. Lo hace como presidente de Castilla-La Mancha, no como líder del PSOE en esa federación.

Igualdad de todos los españoles

«Quiero hacer este comunicado para reafirmar mi compromiso en defensa de los intereses de mi región y de mí país», arranca García-Page en su misiva en la que insiste en que «siempre defenderé la igualdad de todos los castellano-manchegos y entre todos los españoles, no solo en lo concerniente a los derechos económicos y sociales sino también en los políticos».

García-Page, que gobierna con mayoría absoluta, plantea que su Ejecutivo autonómico entiende que «cualquier relación de bilateralidad que se quiera plantear tendrá que serlo con todas las comunidades autónomas por igual, y siempre desde la constancia de que el Gobierno de España representa al conjunto del país».

Sí accede Page al planteamiento de que «el diálogo es la mejor manera de resolver conflictos», pero reclama que para que «sea auténtico y eficaz debe incorporar también a todos los representantes del conjunto de los españoles». En este punto, Page reitera que «lo que afecta al conjunto de España debe ser objeto de valoración y votación de todas y de todos los españoles», recordando que «no se pueden hacer consultas de territorios por separado, salvo las preceptivas reformas de Estatutos de Autonomía previa votación por las Cortes Generales».

En este sentido se aferra el presidente autonómico en lo planteado por José Luis Ábalos de que «cualquier diálogo estará siempre dentro del marco de la Constitución y que el derecho de autodeterminación no será objeto de negociación».