Boris Johnson contra Corbyn: todas las pistas para entender unas elecciones en el Reino Unido cruciales

Llega la hora. Cuarenta y seis millones de británicos están llamados a las urnas este jueves para elegir a los 650 diputados de la Cámara de los Comunes. ¿Boris o Corbyn? ¿Brexit ya o un nuevo referéndum? ¿Continuidad económica o una revolución disparando el gasto público? A continuación, las claves de unos comicios que, como siempre en el Reino Unido, se presentan apasionantes:

¿Son muy importantes estas elecciones?

Como en casi todas, los analistas y políticos británicos las están presentando como «las más trascendentes en una generación». ¿Una hipérbole? Tal vez esta vez no. Si Johnson gana la mayoría absoluta, el país saldrá de la UE el próximo 31 de enero y el líder tory quiere que el acuerdo final con Europa esté listo antes de finales de diciembre de 2020, lo cual el funcionariado ve muy difícil. Si Johnson no alcanza la mayoría absoluta (326 diputados), las puertas del Número 10 se abren ante Corbyn, que las cruzaría con el apoyo de los separatistas escoceses del SNP, que exigen un nuevo referéndum de independencia el año que viene, y de los europeístas del Partido Liberal Demócrata. En el improbable caso de que Corbyn se convierta en primer ministro, propone negociar un acuerdo nuevo con la UE y plantear a continuación otro referéndum sobre Europa. Además los laboristas prometen un espectacular -para muchos enloquecido- programa de gasto público, con 83.000 millones de libras más al año. Su plan económico incluye también nacionalizar el ferrocarril, la luz, el gas y la banda ancha y subir los impuestos a quienes ganen más de 80.000 libras anuales y a las empresas. Curiosamente, la mayoría del público británico apoya esas renacionalizaciones.

¿A quién dan ganador las encuestas?

No hay una que vaticine una victoria laborista. Se da por sentado que los conservadores, que llevan diez años gobernando, se impondrán de nuevo. Lo que realmente se mide este jueves es si tendrán mayoría absoluta o no. Una victoria de Boris sin mayoría lo desalojaría del Número 10, porque ningún partido quieren pactar con los tories, incluidos los unionistas irlandeses del DUP, que sostuvieron a Theresa May pero rechazan el acuerdo de Johnson con la UE. Las encuestas dan una ventaja media a los tories de diez puntos, lo que se traduciría en una mayoría absoluta con unos 40 escaños de ventaja. El problema conservador es que la encuesta más ambiciosa y cara del país, una proyeccción de YouGov basada en cien mil entrevistas y que analiza al detalle cada circunscripción, ha bajado la ventaja tory de diez a nueve puntos. Se reabre así la hipótesis de que no obtengan mayoría absoluta y se llegue a lo que la jerga política inglesa llama «un Parlamento ahorcado». Según este estudio, los conservadores obtendrían 339 escaños (43%), frente a los 317 de May en 2017. Los laboristas sumarían 231 (34%), cayendo de sus 262 previos. Los liberales ganarían dos y se irían a 15 y los nacionalistas escoceses crecerían, pasando de 35 a 41. El Brexit Party del pinturero xenófobo Nigel Farage se quedaría fuera de los Comunes.

¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de Boris Johnson?

Periodista de oficio, de 55 años, su fortaleza principal radica en que el público británico lo ve como una figura familiar en la que se reconoce, a pesar de que es un ejemplo prototípico de las cuadras del establishment (colegio de Eton y luego Oxford). Es un orador ocurrente, que siempre arranca una sonrisa al público. Tiene un punto excéntrico y los ingleses adoran ese tipo de perfiles (esta mañana, por ejemplo, inició el día repartiendo leche por las puertas de una ciudad del Norte). Otra virtud política, al menos para él, es su obsesivo afán de poder. Lleva toda su vida adulta trabajando para dormir algún día en el Número 10. Sus debes son su mala relación con la verdad y su estilo de gestión zarrapastroso, sin atender a los detalles. Se da la singularidad de que los británicos tienen hoy un primer ministro del que Wikipedia dice que no se sabe con certeza cuántos hijos tiene, debido a su florida vida extramatrimonial. Johnson fue sancionado en su día por mentir al público sobre su relación adúltera con una periodista. Pero Johnson es el tipo de personaje al que un inglés se llevaría a su pub, algo que no ocurre con Corbyn, que de entrada es abstemio.

¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de Jeremy Corbyn?

Apparatchik laborista de 70 años, lleva 36 años viviendo de su escaño del Norte de Londres y no acudió a la universidad. Su fortaleza estriba en su lealtad perpetua e inamovible a sus ideas socialistas de vieja escuela, algo que parte del público ve como un síntoma de honestidad. Su debilidad es que no da el perfil de estadista, porque sus posiciones pacifistas hacen que reniegue del programa de defensa nuclear británico y se muestra displicente en temas de seguridad. Visceralmente antiatlantista, ve a la OTAN y a la UE como clubes «imperialistas» y se siente más cerca de las dictaduras de Venezuela o Irán. Corbyn ha sufrido varias revueltas internas en su partido y en 2016 perdió por goleada una moción de confianza entre sus diputados (pero en una nuevas primarias las bases radicalizadas volvieron a elegirlo por amplia mayoría). Es un socialista de vieja guardia, que propone el programa más a la izquierda que se ha visto en el Reino Unido desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El partido laborista está quebrado internamente y este miércoles 15 exdiputados de la formación han pedido que no se le vote, por «antisemita» -es amigo de Hamas- y «extremista».

¿Cuál es la idea fuerza del Partido Conservador?

«Get Brexit done», hagamos de una vez el Brexit. Boris lo repite una docena de veces al día, consciente del hartazgo de parte de la población tras tres años y medio dando vueltas a la noria europea. Además los tories han aflojado las exigencias de consolidación fiscal que impuso Cameron tras la crisis financiera y proponen gastar más para fortalecer el NHS y mejorar algunas infraestructuras. Pero su mayor argumento es el propio líder laborista: «Corbyn tiene un programa de extrema izquierda, que es el más antiempresas y antiemprendedores que este país ha visto jamás. Es la garantía de crisis económica. Si ganase, tendríamos crisis antes de Navidad», ha asegurado Johnson este miércoles.

¿Cuál es la idea fuerza del Partido Laborista?

«Acabemos con la austeridad tory». Un plan nunca visto de elevación del gasto público para extender «derechos sociales». Además proponen otro referéndum sobre el Brexit, en el que Corbyn, que es antieuropeísta, pues ve la UE como un club de mercaderes capitalistas, se mantendría neutral. «Es hora de subir el sueldo a 12 millones de personas, de bajar sus facturas y dar cuidados gratuitos para los niños. Un Gobierno laborista estará de vuestro lado y salvará el NHS [sanidad pública]», ha resumido Corbyn esta mañana de miércoles en un mitin a primerísima hora en Glasgow.

¿Por qué es tan importante el llamado «Muro Rojo»?

Se trata de las circunscripciones marginales en las que el Partido Laborista es hegemónico desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, sitas en el Noreste, Gales, las Midlands y el Norte de Inglaterra. Son poblaciones de memoria socialista, muchas de larga tradición de lucha sindical minera, donde resulta muy difícil creer que voten ahora al partido de Margaret Thatcher. Pero el Brexit lo ha cambiado todo. En muchas de esas zonas depauperadas y olvidadas, resentidas frente al brillo de Londres, ha cuajado el sentimiento brexitero, que opera como un reflejo nacionalista, una patada contra un sistema que sienten que los castiga y un refugio frente a las incertidumbres de la globalización. Hay 50 circunscripciones marginales laboristas que este jueves pueden decidir si hay mayoría absoluta tory o no, por eso Johnson lleva 72 horas recorriéndolas con su «bus de batalla». ¿Puede lograr el vuelco? Tal vez, porque 39 de esas 50 demarcaciones votaron Leave en 2016, y en 16 de ellas el voto antieuropeo superó el 60%. Para muchas de esas familias de memoria proletaria Corbyn resulta poco fiable en temas de defensa, es demasiado izquierda caviar londinense y, en general, lo encuentran «poco patriótico».

¿Qué papel juega el separatismo escocés?

El SNP será el arbitro de la gobernabilidad si Boris no logra mayoría absoluta. Pero su precio ya está encima de la mesa: un segundo referéndum de independencia en la segunda mitad del año que viene, a pesar de que cuando presentaron el de 2014 los nacionalistas dijeron que zanjaba el debate «para una generación». Johnson ha dejado claro que no les concederá otra consulta. Corbyn dice que no…, pero solo en sus dos primeros años de Gobierno, lo que abre la puerta a las urnas y la ruptura del país. Sturgeon, la líder escocesa, argumenta para justificar otro referéndum que Escocia votó masivamente por seguir en la UE (62%-38%). Pero lo cierto es que habría demandado igual la consulta, pues como sus pares españoles está obsesionada con romper amarras.

¿Cuándo se conocerán los resultados?

Las urnas abren a las siete de la mañana y cierran a las diez de la noche (una hora más en España). A las once de la noche hora española se publicará en la BBC el gran sondeo a pie de urna, que en los últimos años ha clavado el resultado. En el Reino Unido las israelitas suelen ser fiables, mientras que las encuestas convencionales han marrado aparatosamente, referéndum del Brexit incluido. Los primeros resultados ya indicativos se sabrán hacia las tres y media-cuatro de la madrugada española y al alba tendremos ganador. El vencedor acudirá a Buckingham a solicitar el permiso de la Reina para formar Gobierno, y acto seguido presentará sus planes con una alocución en la calle frente a la puerta del 10 de Downing Street.

¿Quién ha perdido ya las elecciones?

La verdad: solo el 26% de los británicos dicen creer lo que les han contado los partidos en esta campaña. En realidad se elige entre lo malo y lo peor. Corbyn es el líder de la oposición con peor valoración de la historia y Johnson el primer ministro al que más público considera un mentiroso.

¿Cómo está la economía?

El cacareado crack del Brexit no se ha producido, en parte porque el país realmente todavía está en la UE. Pero la incertidumbre se paga. En el tercer trimestre no ha habido crecimiento, la cifra fue 0%, y el crecimiento interanual es del 0,7%, la peor tasa desde marzo de 2012, cuando el país todavía luchaba contra la crisis financiera. Pero el dato de paro es bajísimo (3,8%). El mercado inmobiliario de Londres se ha frenado y en el tercer trimestre la producción industrial cayó un 0,7%, aunque los servicios subieron un 0,2%. La libra ha venido apreciándose en campaña, anticipando la victoria tory y el alejamiento de la amenaza del programa extremista de Corbyn, que horroriza a los mercados.