La Fiscalía investiga ya si Torrent cometió delito de desobediencia

La Fiscalía General del Estado dio orden, a última hora de la tarde de ayer, a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña para que investigue «la posible trascendencia penal» de la presunta reiterada desobediencia de Roger Torrent (ERC), presidente del Parlamento autonómico, y el resto de miembros de la Mesa, por permitir la tramitación de mociones y propuestas que son claramente contrarias a la Constitución. La gota que ha colmado la paciencia de la Fiscalía ha sido la burla vivida este martes en la Cámara autonómica y protagonizada por los grupos independentistas y los comunes. Una especie de sesión chica del 6 y 7 de septiembre de 2017.

No quedará constancia oficial, porque la moción de la CUP aprobada ayer no se publicará, pero la chanza de los partidos independentistas no parece tener límites. Este martes volvió a vivirse un episodio esperpéntico en el Parlamento de Cataluña. Uno más. Se aprobó una moción a favor de la autodeterminación, a primera hora de la mañana, para evitar que el Tribunal Constitucional (TC) -reunido a la misma hora en Madrid- suspendiera su tramitación. Decisión que, finalmente, el TC anunció a los miembros de la Mesa y los letrados de los Servicios Jurídicos tres minutos después de la votación en el pleno parlamentario.

Poco después, los Servicios Jurídicos informaron a los grupos políticos -con la sorpresa de la CUP- que la moción no se publicará en el Boletín Oficial del Parlamento de Cataluña (BOPC). Una votación que no existió pero que sí podría tener consecuencias penales para los miembros de la Mesa, especialmente para Torrent, ya que su obligación era, específicamente, la de no permitir la tramitación de iniciativas que van clara y manifiestamente en contra de la Constitución.

Cambio del orden del día

Aunque el pleno del Parlamento catalán estaba previsto que se iniciara por la tarde de ayer, el lunes, poco antes de las siete de la tarde, Torrent informó a los grupos parlamentarios de que avanzaba su inicio para las nueve de la mañana. Así, la votación de la moción de la CUP (autodeterminación, amnistía para los condenados por el 1-O, expulsión de los policías y, entre otras exigencias, la dimisión o el cese de Miquel Buch, consejero de Interior de la Generalitat) quedaba programada para las doce y media. Demasiado tarde para la estratagema de ERC.

El TC tenía previsto reunirse, para suspender la tramitación de la moción -a petición del Gobierno-, a las nueve y media. Por lo tanto, a las nueve en punto, al inicio del pleno en el parque de la Ciudadela de Barcelona, Torrent anunciaba un cambio en el orden del día. Adelantar el debate y la votación del texto de la CUP. Una propuesta a petición de ERC -para evitar así que por la tarde, con la decisión del TC sobre la mesa, la CUP y JpC forzasen a su votación, sí o sí, según fuentes oficiales del partido que sigue liderando Oriol Junqueras desde la prisión a ABC-. Para este adelanto, los independentistas contaron con la ayuda de los comunes (70 votos a favor), que se impusieron a los partidos constitucionalistas (54 votos), pese a las advertencias de estos a que se estaba cometiendo una flagrante ilegalidad. Incluso Joan García (Cs) y David Pérez (PSC), miembros de la Mesa, tomaron la palabra desde el atril para recordar que están advertidos -hasta en once ocasiones- por el TC para evitar tramitar propuestas que son contrarias al orden constitucional, como era el caso.

Tras el cambio del orden del día, se llevó a cabo el debate y la votación de la moción de la CUP. Poca novedad. Se aprobó un solo punto, el que señala que el Parlamento de Cataluña «expresa su voluntad de ejercer de forma concreta el derecho a la autodeterminación y de respetar la voluntad del pueblo catalán». JpC y ERC no dieron apoyo al resto de la moción al considerar, primero, que los otros aspectos (amnistía para los líderes del 1-O) ya han sido refrendados parlamentariamente antes y, segundo, no están dispuestos a votar a favor del cese de Buch en una iniciativa de la CUP.

Solo segundos antes de la votación y tras el debate, Carlos Carrizosa (Cs) pidió la palabra y anunció que el TC había llegado a un acuerdo: suspensión de la moción de la CUP. Torrent preguntó a los letrados si se había recibido la notificación del Alto Tribunal. Negativo. Así, se procedió a la votación (10.06 horas). 61 votos a favor, cero en contra y 8 abstenciones. Ni PSC ni PP votaron, y los diputados de Cs abandonaron el hemiciclo.

Solo tres minutos después (10.09 horas) entró el correo electrónico del TC, con la debida suspensión del texto votado y aprobado, en las cuentas de los miembros de la Mesa y los letrados. Todo el esfuerzo de los independentistas para nada. En la reunión de la Mesa, posterior a la sesión plenaria matinal, el letrado mayor, por orden del secretario general, informó a los grupos de que la moción aprobada no se publicará en el BOPC.

La Fiscalía se encargará de investigar, ahora, si el reiterado choteo parlamentario de los partidos independentistas tiene efectos penales.