El constitucionalismo ha conseguido una nueva exhibición de músculo en la calle. Tras dos semanas monopolizadas por las protestas del independentismo contra la sentencia del 1-O, Sociedad Civil Catalana ha organizado una manifestación que ha congregado a 80.000 personas para protestar contra el “procés”, según datos de la Guàrdia Urbana -los organizadores cifran en 400.000 personas-. Bajo el lema “Por la concordia, por Cataluña: ¡Basta!”, la movilización ha discurrido por el centro de Barcelona en un ambiente festivo y sin ningún incidente: ha arrancado en paseo de Gracia con calle Mallorca y ha bajado hasta Gran Vía, donde se ha celebrado el acto final.
La manifestación, además de convocarse como una réplica a la deriva que ha tomado el independentismo en la calle, con violentas protestas en Barcelona y en diversos puntos de Cataluña, también coincide con el segundo aniversario de la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), que ha pasado de puntillas en las filas del independentismo –no se ha celebrado ni se ha reivindicado, salvo algunos mensajes a través de las redes sociales, entre ellos, de Carles Puigdemont-.
SCC convocó la movilización con la intención de darle el protagonismo a la sociedad civil y relegar a un segundo plano a los líderes políticos. Pero los partidos constitucionalistas, con la mirada puesta también en las elecciones generales del 10 de noviembre, han optado todos por asistir con una nutrida representación. En este sentido, tanto PSC como el PSOE han acudido con Josep Borrell, José Luís Ábalos o Miquel Iceta; también el PP, con Pablo Casado, Cayetana Álvarez de Toledo o Alejandro Fernández; C’s, con Albert Rivera, Inés Arrimadas o Lorena Roldán; Vox, con Ignacio Garriga; y, también ha estado Manuel Valls.
La manifestación se ha desarrollado sin incidentes, a pesar de que los planes de boicot de algunos grupúsculos independentistas –por redes habían llamado a cortar carreteras para evitar que los manifestantes llegaran a Barcelona y así lo han hecho-, han surtido efecto y han impedido que algunos manifestantes pudieran llegar a Barcelona.
Entre banderas española y senyeras y muchas personas con camisetas de blanco –como había pedido SCC como símbolo de “esperanza y paz”-, en la manifestación se podían leer pancartas o gritos de “Gracias policía y mossos”; “Así no Sr. Torra”, Tabarnia is coming”; “52 per cent don’t want independence, we love Spain” (52% no quiere la independencia, amamos España); o, “Los periodistas no llevan casco”, en alusión al ambiente pacífica y festivo que ha reinado toda la mañana, a diferencia de las protestas separatistas. También, “Barcelona, no se quema” o “Todos somos los mossos”.
En el acto final, conducido por la periodista Anna Grau, se han proyectado vídeos con mensajes del exministro del PP Josep Piqué y el exsecretario general del PCE, Paco Frutos. También ha intervenido el expresidente de SCC, Àlex Ramon. Tras ellos, Marta Teixidó y Xavier Marín han leído, en catalán y castellano, un manifiesto titulado “Por el fin de la exclusión” -que previamente se había leído en francés e inglés-, en el que han denunciado los recursos “enormes” que ha derrochado el nacionalismo “en la idea de dividir”. “(El nacionalismo) ha puesto todo su empeño en propagar un discurso de confrontación que construya una mayoría para legitimar la secesión”, han asegurado y han exigido poner fin al “experimento social que ha sido el procés”.
“Exigimos la restitución de una política verdaderamente democrática por parte del nacionalismo en el poder, una política que reconozca al discrepante como ciudadano en pie de igualdad, que renuncie a la construcción de una Cataluña homogénea que en ningún caso vamos a permitir”, han agregado. “Ya no existe ninguna Cataluña invisible porque hemos decidido que cualquier futuro para esta tierra dependerá también de nosotros”, han zanjado.
El acto ha concluido con un discurso del presidente de SCC, Fernando Sánchez Costa, que ha empezado enviando un mensaje de apoyo a los Mossos d’Esquadra, después de que la noche violenta de ayer se saldara con un agente herido. A partir de ahí, Sánchez Costa ha comparado la Cataluña previa al “procés” con la Cataluña actual. “Me viene a la memoria el espíritu de los juegos olímpicos de 1992 y uno lo compara con la imagen que hemos proyectado estas últimas semanas, con nuestra ciudad tomada por la violencia”, ha dicho y ha agregado: “Esa Cataluña abierta y respetada en el mundo ha sido sustituida por un bucle chauvinista provinciano con cadencia batasuna. Hemos pasado de ser recibidos por presidentes de Estado a tener como referente a Arnaldo Otegi”.
“¡Basta de procés!”, ha exclamado Sánchez Costa en varias ocasiones, en un discurso que ha pronunciado en catalán y castellano, tras constatar el deterioro económico y social que ha causado el “procés” y ha desgranado cinco aspiraciones de la entidad: reformar la Ley electoral, que es un “candado” a la alternancia democrática; neutralidad en los espacios públicos; la normalización lingüística del español; despotilización de los Mossos d’Esquadra y los medios de comunicación públicos; y, una auditoría del “procés” para cuantificar los recursos destinados.
Asimismo, Sánchez Costa a pedido a Quim Torra que convoque elecciones, emulando a Carme Forcadell, que en la manifestación independentista de la Diada de 2014 espetó a Artur Mas el célebre “president ponga las urnas”.
