Torra se limita a pedir “responsabilidad” y no condena los disturbios de ayer de forma expresa

Cinco días después de los violentos disturbios que se suceden en Cataluña en respuesta a la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes del procés, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, sigue resistiéndose a condenar de forma expresa y clara todos los hechos, especialmente  los ocurridos anoche, que asolaron el centro de la capital catalana. El mandatario catalán ha respondido este sábado a esos graves disturbios apelando a la «responsabilidad» y pidiendo una reunión con Pedro Sánchez con el fin de iniciar «el diálogo» que reclama el independentismo desde hace meses.

Los graves disturbios de los últimos días han modificado muy poco su discurso político, más allá de afirmar que la violencia no le representa  y sin entrar en los hechos . Hoy ha dicho: “La violencia nunca ha sido ni será nuestra bandera ni en Barcelona, ni en Tarragona ni en Girona ni en Lleida ni en ninguno de los 947 municipios de nuestro país”. A continuación ha añadido: “Hacemos un llamamiento conjunto a la responsabilidad en las próximas convocatorias en nombre de todos los alcaldes y alcaldesas: ninguna forma de violencia nos representa”. Torra sigue sin aceptar preguntas en sus comparecencias y se limita a declaraciones institucionales o fórmulas como una entrevista muy cómoda para su discurso en TV3 realizada por su director, Vicent Sanchis el pasado jueves.

Las referencias a la violencia han sido solo una pequeña parte del discurso que Torra ha hecho hoy junto con su vicepresidente, Pere Aragonès, y los alcaldes de Girona, Lleida y Tarragona. El president ha dedicado buena parte de su discurso a insistir en que considera «injusta» la sentencia del Tribunal Supremo

«Instamos a Sánchez a fijar día y hora para abrir una mesa de negociación sin condiciones para hablar y dialogar», ha dicho Torra en una declaración institucional en la galería gótica del Palau de la Generalitat tras la reunión mantenida con su vicepresidente, Pere Aragonès, así como con los alcaldes de Lleida, Tarragona y Girona, todos ellos independentistas.

Se había anunciado también la presencia de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, pero finalmente no ha acudido por considerar que la respuesta a la situación que se vive en la capital catalana ha de ir más allá los partidos políticos y ha de implicar también a las organizaciones sociales. Formalmente, el argumento de la ausencia es que la reunión se había convocado de manera precipitada.

Torra ha vuelto a insistir en el discurso del independentismo desde hace meses. «Ninguna forma de violencia nos representa, nos representa el ejercicio de la democracia y de la libertad», sembrando así un manto de inconcreción. El president ha vuelto a pedir al presidente del Gobierno en funciones que se siente a dialogar «para encontrar una salida» a la situación creada tras la sentencia del Supremo. «La causa de la libertad es imparable y llegaremos tan lejos como el pueblo de Cataluña quiera llegar», ha remachado.

Torra considera que Sánchez tiene la «obligación» de sentarse a dialogar y por eso ha apelado a la «responsabilidad». «Pedimos hace mucho una respuesta política al conflicto y hoy es más urgente que nunca», ha dicho el presidente, que no ha realizado una condena contundente de los graves disturbios ocurridos en Barcelona. «El movimiento independentista es transversal y pacífico. Ayer se vio y construir esta reputación requiere años», ha insistido, antes de hacer una defensa del pacifismo y de asegurar que «la violencia nunca ha sido nuestra bandera».

Previamente, el vicepresidente Aragonès (Esquerra Republicana) ha pedido al Gobierno español «que haga que su policía actúe con proporcionalidad y congruencia», al tiempo que ha añadido que entendía la «frustración» de la población catalana por la sentencia del procés.