Hipotecas sin intereses para calmar a los clientes

Algo más de cuatro millones de personas se hipotecaron para comprar una vivienda en España entre 2006 y 2009, los últimos coletazos del boom inmobiliario, según el INE. Nueve de cada diez firmaron un préstamo variable, así que fueron víctimas de un euríbor por las nubes —cerró 2007 en 4,793%—. Pero también fueron agraciados con los diferenciales —porcentaje fijo pactado con el banco que se suma al euribor— más bajos vendidos en España. Nadie pensó que algún día la suma de esos valores sería negativa. Ha ocurrido y la banca, que esta semana conocía que el abogado de la UE abre la puerta a anular las hipotecas poco transparentes ligadas al IRPH (índice de referencia de préstamos hipotecarios), está de nuevo en el punto de mira.

El euríbor a un año cerró en negativo por primera vez en febrero de 2016 (-0,008%). Era solo el principio: en agosto de este año se hundió al -0,356. Los hipotecados con diferenciales mínimos son hoy los grandes beneficiados por tener ya intereses negativos. «Los vemos en aquellas hipotecas con un diferencial de menos del 0,356% que se revisen en septiembre con el euribor de agosto. Son los préstamos firmados entre 2006 y 2009», explica Miquel Riera, experto en hipotecas del comparador HelpMyCash.com.

Es el caso de los clientes que contrataron con Bankinter un diferencial de 0,18% en 2007 o un 0,17% con Deutsche Bank. En 2008 Santander ofreció un 0,25%, lo mismo que en su día hizo Caja Duero. Sabadell se quedó en el 0,28%. ING Direct abarató su Hipoteca Naranja al euríbor más 0,33%. Y la antigua Caja Madrid al 0,37%, aunque algunos clientes negociaron alguna rebaja. Si el índice sigue bajando, pronto podrían sumarse a esta lista los préstamos de la antigua Caixagalicia (diferencial del 0,38%), Barclays (0,39%) y Activobank (0,49%).

Miles de hipotecados se preguntan ahora si el banco va a compensarles. La respuesta de la banca es rotunda: no tiene sentido pagar por un dinero que han prestado. «La racionalidad del préstamo se basa en que está pactada una contrapartida que es un tipo de interés compensatorio. Entendemos que el tipo final no podrá ser negativo», señala el portavoz de la Asociación Española de Banca, José Luis Martínez Campuzano. Lo que sí están haciendo es anular el diferencial para que el interés aplicado en cada cuota mensual sea cero, esto es, que los clientes abonen solo el capital pendiente.

«Nuestras hipotecas a euríbor más 0,18% son una cartera muy pequeña que se comercializó hace ya 12 años. Ahora mismo estarían al 0%, es decir, los clientes están amortizando capital únicamente», dice un portavoz de Bankinter. Desde la entidad dejan claro que las hipotecas están tipificadas legalmente como unilaterales. «Parece contrario a la propia naturaleza que una entidad se vea obligada a retribuir a un cliente por prestarle dinero. Un préstamo, en casos excepcionales, podría llegar a ser gratuito, pero nunca oneroso».

Y lo mismo para los clientes de ING que contrataron un diferencial del 0,33%. «No deberán pagar ningún interés y solo tendrán que devolver el capital principal del préstamo mientras se mantenga esta situación». Bankia —cuyas hipotecas provienen de hasta diez entidades distintas— sigue la misma política. «Se anula el diferencial y no cobramos intereses y así se está informando a nuestros clientes en sus recibos mensuales». La entidad considera que «no se puede pervertir la naturaleza de un préstamo y que éste genere intereses negativos». En todos los casos, el hipotecado no tiene que contactar con el banco, ya que la eliminación del interés se hace automáticamente en cada revisión anual o semestral.

Pero hay quien está en desacuerdo con la solución elegida por las entidades. «Si el interés es negativo, deberían descontarlo de la parte del capital que se paga por la cuota», reclama Miquel Riera. «Pedimos que se cumpla el contrato y se aplique la variabilidad del euríbor. El consumidor ha pagado intereses durante años porque el índice subía y ahora hay que respetar que baja», se pronuncia Enrique García, portavoz de OCU. Desde Reclamador.es se está solicitando «que los bancos no impongan esta cláusula cero en estas hipotecas, lo que supone aplicar el 0% en lugar de compensar el interés», indica Almudena Velázquez, abogada de la compañía online de servicios bancarios. En realidad, la banca solo podría aplicar ese tope del 0% si así figura en la escritura de la hipoteca. Pero las de hace una década no solían tener esas cláusulas, cosa que sí ocurre con las nuevas —las firmadas a partir del 16 de junio de 2019 ya no podrán tener intereses negativos—.

La vía de los tribunales

De momento, son pocos los hipotecados que han consultado con alguna asociación de consumidores o despacho de abogados para iniciar una reclamación judicial. La opinión general es que no sale a cuenta porque hoy por hoy se trata de sumas de dinero pequeñas. Por ejemplo, en una hipoteca de 150.000 euros a 25 años con euribor más 0,30%: «Cada mes se descontarían algo más de cuatro euros en intereses, que se restarían de la parte del capital. Al año, serían algo más de 50 euros», calculan en HelpMyCash.

«Acudir a los tribunales por estas cantidades no compensa y, además, nadie te presta dinero para perder. Muchos jueces adoptarían este argumento a la hora de resolver una reclamación», asevera Antonio López, portavoz de Cecu Madrid, adonde sí ha llegado alguna consulta. En Adicae no preparan ninguna ofensiva de momento. «Hay gente que aún no se ha enterado porque todavía no le toca revisar su hipoteca». Tampoco pleitean en Arriaga Asociados.

«La sociedad está a la espera de la respuesta de la banca. De prolongarse la tendencia negativa del euríbor, es muy probable que los consumidores comiencen a presentar reclamaciones tanto extrajudiciales como judiciales», opinan en el departamento de derecho bancario de Gaona Abogados BmyV. Sin embargo, continúan, «entendemos poco probable que prospere una reclamación, ya sea por devolución de cantidades o amortización del capital».

Quizá salga más a cuenta aprovechar la coyuntura para negociar mejores condiciones en la hipoteca.