Los candidatos presos de JxCat apoyarán a Sánchez siempre que «no niegue el referéndum como opción»

Los candidatos de JxCat a las elecciones generales, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull, y el candidato a la Alcaldía de Barcelona, Joaquim Forn, han ofrecido estabilidad de un Gobierno que dialogue y«no niegue el referéndum» como una de las soluciones para Cataluña.

En un artículo en «La Vanguardia» este sábado recogido por Europa Press, estos dirigentes independentistas presos han afirmado: «Si de nosotros depende, no miraremos hacia otro lado a la hora de hacer posible un Gobierno estable, siempre y cuando el candidato se comprometa a abordar el camino del diálogo y no niegue el referéndum de autodeterminación como una de las opciones de solución».

«Ningún ciudadano se merece que se mantenga una situación de gobernabilidad débil que no dé respuesta a los problemas reales de los ciudadanos del Estado», han argumentado.

Y han advertido de que «sin abordar con honestidad y valentía la superación de la cuestión catalana mediante el ejercicio democrático de un referéndum, la gobernanza del Estado será inestable de forma permanente».

Han apostado por una «interlocución fuerte para resolver la crisis» aunque han advertido de que no ofrecen un cheque en blanco, y piden flexibilidad en el diálogo.

También han solicitado el voto para JxCat el 28A para evitar que «los socialistas se vean de nuevo atraídos por buscar en el 155 falsas respuestas a la demanda democrática del 80% de la población de Cataluña».

Han añadido que un buen resultado del independentismo «también evitará la tentación del PSOE de llegar a un pacto con Ciudadanos, que sólo serviría para enquistar más la cuestión catalana».

A continuación, reproducimos la carta íntegra escrita por Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull y Joaquim Forn y que ha sido publicada por « La Vanguardia»:

«Digámoslo claro de entrada: acabar con el bloqueo de la política española que todo lo paraliza es nuestro objetivo y la razón principal para encabezar las listas de Junts per Catalunya a las elecciones del 28 de abril. Los comicios llegan en un momento de gran consenso: los indicadores sobre el estado de salud del modelo constitucional de 1978 están en rojo. No hay que ser independentista para constatar que el sistema político e institucional español no pasaría hoy las pruebas de estrés a la hora de detectar debilidades y debilidades, corregirlas y proyectarlo al futuro.

Es bien sabido que la gente de JxCat no tenemos nada en contra de España ni le deseamos ningún mal. Sencillamente defendemos que ­Catalunya se convierta en un nuevo Estado europeo por mandato democrático expresado libremente en las urnas por los catalanes y las catalanas. Por querer eso, los que firmamos este artículo estamos en prisión, algunos desde hace ya 19 meses, y es­tamos siendo juzgados por el Tribunal Supremo acusados de rebelión y sedición.

En política es imprescindible revisar, sacar conclusiones y modificar lo que sea necesario para reorientar la acción. Con esta misma sinceridad también queremos decir que el 1 de octubre no fue un error por el que debamos pedir perdón. El referéndum fue la expresión libre de la voluntad de más de 2,3 millones de personas que se reivindicaron en tanto que ciudadanos en un acto de autodeterminación sin precedentes en Europa. En paralelo, a la política española le han faltado líderes con visión de Estado, hombres y mujeres valientes, decididos a tener una mirada más allá del BOE y dispuestos a no quedar atrapados en el inmovilismo.

Los hombres y las mujeres de JxCat vamos a Madrid dispuestos a hacer política. Somos los partidarios del diálogo, sin exclusiones ni de personas ni de propuestas, como única vía de solución de la crisis entre Catalunya y el Estado. Por eso estas elecciones son muy importantes. Los resultados deben crear las condiciones para abordar, desde las Cortes españolas, los caminos de solución a la crisis que hace muchos años que sufrimos, como mínimo desde la sentencia del TC que mutiló un Estatut ya aprobado en referéndum.

Desde el marco mental del mal menor no conseguiremos un acuerdo político. A base de llenar las urnas reforzaremos a ojos del mundo la legitimidad democrática de lo que empezamos el 1-O y queremos culminar pacífica y democráticamente, como siempre hemos hecho. Es necesario que las urnas validen que la solución hay que hallarla en la política y no en los tribunales, ni tampoco con encarcelamientos o restricciones de derechos y libertades cada vez más acentuadas. Este camino de solución es, precisamente, lo que vamos a desbloquear.

Somos los primeros que queremos una interlocución fuerte para resolver la crisis. Pero no seremos portadores de un cheque en blanco. Si de nosotros depende, no miraremos hacia otro lado a la hora de hacer posible un gobierno estable, siempre y cuando el candidato se comprometa a abordar el camino del diálogo y no niegue el referéndum de autodeterminación como una de las opciones de solución. Mantendremos una posición inequívoca y clara en el diálogo, pero no serán barreras infranqueables si hay buena voluntad de dialogar. Ser firmes y coherentes no equivale a ser inflexibles ni radicales.

Eso sólo será posible si la unidad del voto soberanista se expresa en las urnas y JxCat es fuerte en el Congreso y en el Senado. Es imprescindible que los más de dos millones de votantes independentistas nos sintamos interpelados y vayamos a votar para fortalecer nuestra posición para encarar el diálogo y la salida a la crisis.

Ningún ciudadano se merece que se mantenga una situación de gobernabilidad débil que no dé respuesta a los problemas reales de los ciudadanos del Estado. Pero sin abordar con honestidad y valentía la superación de la cuestión catalana mediante el ejercicio democrático de un referéndum, la gobernanza del Estado será inestable de forma permanente. No sólo lo decimos los independentistas; cada vez más voces, dentro y fuera del Estado, reclaman una solución dialogada que permita a España salir de la crisis constante. Los que niegan la voluntad de una parte importantísima de la ciudadanía de Catalunya, los que renuncian a la política a favor de la judicialización, son los mismos que causan inestabilidad y bloqueo.

Somos la gente del sí; la gente del actuar, sumar y construir. ­Somos garantía de que nunca un tripartito de derechas llegue al gobierno español; al mismo tiempo, evitaremos que los socialistas se vean de nuevo atraídos por buscar en el 155 falsas respuestas a la demanda democrática del 80% de la población de Catalunya. Un resultado fuerte del independentismo catalán también evitará la tentación del PSOE de llegar a un pacto con Cs, que sólo serviría ­ para enquistar más la cuestión catalana. ¿ Cómo iba a resolver la cuestión catalana un partido que nació para dividir y enfrentar a los catalanes? Lo podemos garan­tizar: JxCat será la voz que abrirá la vía del diálogo y la negociación de acuerdo con el veredicto final de las urnas. Tenéis nuestro ­compromiso».