El Real Zaragoza rompió a la sexta intentona el embrujo fatal que tenía sobre sí en el estadio Anxo Carro de Lugo, donde nunca había ganado hasta ahora. Y también acabó con el mal fario que siempre acarreaba la presencia del árbitro canario Pulido Santana en sus partidos, con quien tampoco había conocido la victoria en las últimas tres campañas. La victoria por 1-2 de los zaragocistas ante un nervioso Lugo, rival en crisis, que logró ponerse por delante en el tanteador, eleva de manera sobresaliente la solvencia del equipo aragonés desde la llegada al banquillo de Víctor Fernández en las fechas previas a la Navidad.
Terrible, por su desarrollo, fue el primer tiempo para el Real Zaragoza. Una pesadilla de principio a fin que pudo haber tocado el ánimo de la tropa, que con el paso de los minutos acabó demostrando que ha superado los tiempos de depresión por completo. Primero, porque falló ocasiones claras en el primer cuarto de hora para haberse adelantado en el marcador con claridad. Después, porque concedió claras opciones de gol al Lugo en diversas contras locales que agujerearon la zaga aragonesa con facilidad, dando lugar al 1-0 en un penalti de Guitián a Lazo. Y, finalmente, porque en el tiempo añadido, tuvo a mano el empate en otra pena máxima cometida sobre Álvaro Vázquez, que el propio ariete catalán marró lamentablemente, tirándolo fuera de mala manera. Las meigas que siempre han impedido al Zaragoza ganar en el Anxo Carro seguían activas un año más.
El equipo de Víctor Fernández arrancó el duelo muy enchufado, con dominio total del balón. En el minuto 2, un centro de Pombo al segundo palo no fue rematado por Soro por muy poco, pues se adelantó lo justo Vieira para evitar que el canterano empujara a placer. Era el primer aviso de los blanquillos (esta vez sin pantalón azul, también albino), que tuvo su continuidad en el 8, cuando Álvaro Vázquez culminó otro centro de Benito a portería pasada, empalmando alto en carrera con todo a favor. Olía a buena noche bajo la lluvia gallega para los aragoneses. En el 12, el gol se acercó aún más, con un disparo potente de Pombo desde la frontal del área que se estrelló en el poste izquierdo y quedó a placer para que Vázquez la colocara en la red local, pero el ‘9’ tocó mal el balón y la echó fuera a puerta vacía.
Esta vez, la ley del fútbol amenazaba con castigar seriamente a los zaragocistas tras su falta de puntería manifiesta en esos primeros minutos donde fueron mucho mejores que un desdibujado Lugo. Pero los rojiblancos despertaron en el minuto 15 con un remate de cabeza de Toni Martínez que Cristian Álvarez sacó a córner en una gran parada. En el 20, de nuevo Martínez probó al argentino desde lejos, con un derechazo seco que el portero del Zaragoza volvió a sacar con los dos puños con buen tino, evitando el 1-0 que llegaría, eso sí, enseguida. Fue en un penalti de Guitián a Lazo en el 23, después de que el extremo se colara entre los dos centrales en velocidad, dejándolos retratados. Pita, el capitán lucense, transformó hasta en dos ocasiones, pues tuvo que repetir al entrar al área varios jugadores en la primera intentona.
Ahí desapareció el Real Zaragoza del campo. El fuerte viento, el agua que caía a jarros, ayudó a que los locales se vieran en su ambiente y los de Fernández se difuminaran por completo. Toni Martínez, recién llegado a Lugo del Majadahonda, volvió a gozar de un claro mano a mano ante Cristian Álvarez en el minuto 28, tras un error grave de Nieto, pero el guardameta blanquillo adivinó el remate abajo y salvó el 2-0 con pericia. No despertó el equipo zaragozano, que estaba atorado, con Igbekeme ido, Eguaras sin brújula, Zapater y Soro alborotados y Pombo y Álvaro Vázquez sin suministro. En el 40, el cuadro galaico gozó de otra opción para abrir brecha, pero en un claro contragolpe de dos para uno, Lazo no estuvo fino en la finalización con Christian Herrera y echaron a perder el 2-0, por suerte para el Zaragoza.
Cuando todo parecía encaminado a la finalización del primer periodo sin más incidencias, el Real Zaragoza tuvo el 1-1 en sus manos tras un pase largo a Álvaro Vázquez, que se comió el central José Carlos a su espalda, haciendo un claro penalti al delantero blanquillo por detrás. Debió ser roja, pero Pulido Santana lo dejó en amarilla y señaló la pena máxima. Tras una breve discusión entre Pombo y Vázquez por ver quién lo lanzaba (Javi Ros, el especialista este año, estaba en el banquillo), fue el barcelonés el encargado. Y lo hizo fatal. Tras el amago, con Juan Carlos parado, lanzó por alto, fuera, como buscando la escuadra. El intermedio llegó esta vez, a diferencia de Las Palmas, en medio de la decepción y la derrota parcial.
No hubo cambios en el ínterin. Ambos entrenadores siguieron apostando por lo mismo. Y el Real Zaragoza volvió a salir, como en el principio del duelo, con ímpetu. Pombo, por segunda vez, remató al poste, esta vez por raso y desde 25 metros en el minuto 47. Las brujas de Lugo continuaban tocando la chepa de los zaragocistas. Replicó de inmediato el Lugo, con un balón peinado por Christian Herrera en el área que salió fuera cerca del palo. Todo iba mucho más revolucionado que hasta entonces. Igbekeme, desde fuera del área, probó suerte en el 51 pero el balón se le fue alto por medio metro. La contestación fue de Lazo, en el 57, tras una contra que acabó con un disparo fuerte que rechazó Álvarez con muchos apuros. Podía pasar de todo
Víctor Fernández decidió arriesgar en el minunto 58, quitando a Zapater para meter otro punta, Linares. Su colega, Monteagudo, había relevado al lesionado Iriome por Tete, recién llegado de Tarragona. El movimiento de fichas le salió excelentemente al técnico del barrio Oliver. Porque Linares, en el 63 (solo 5 minutos después de entrar en juego), aprovechó un pase de la muerte de Benito para estrenarse como goleador zaragocista y anotar el 1-1 que ponía las cosas en una dimensión más justa y favorable para los blanquillos. El ambiente se caldeó en una jugada de Campabadal, en el 65, en la que el lateral lucense cayó en el área y pidió penalti. Pero Pulido vio piscinazo y lo amonestó. El partido entró en un cauce de cierta revolución, un ir y venir sin control por parte de nadie.
Fernández sustituyó a Soro por Aguirre en busca de oxígeno en ataque. Monteagudo le copió, retirando a Toni Martínez y dando entrada a Barreiro, otro ex del Nástic. El Lugo estuvo cerca de poner el 2-1 en el 71, tras un disparo de Tete que rechazó Cristian Álvarez junto al poste, dejando el balón muerto para que el recién aparecido Barreiro la empujase a placer… pero Álvarez hizo una de esas paradas inverosímiles que valen un partido, quizá algo más. Y es que el fútbol es sabio para los que lo merecen y cruel para los que tienen el dedo torcido señalado hacia ellos. En la siguiente acción, el Zaragoza hizo el 1-2, obviamente. Guitián resolvió un lóo en el área chica tras un córner cabeceado en primera instancia por Linares y puso por delante a los aragoneses a falta de solo 19 minutos en ese batiburrillo de fútbol que reinaba en el Anxo Carro desde hacía buen rato.
Víctor retiró a Pombo y reforzó la medular con el reaparecido Ros. El Lugo buscó a la desesperada el empate, con la entrada de otro punta, Escriche. Quedaban 10 minutos y todo el mundo iba con las revoluciones a cien por hora. El partido fue muriendo entre faltas, tarjetas, poco juego y muchas interrupciones. Lo que le convenía al Real Zaragoza, que manejó bien los tiempos, con unos minutos muy buenos de Aguirre por la banda izquierda, un gran desahogo siempre. Los lucenses volcaron balones a la olla, como era de ley, pero no encontraron su momento, ni ningún error de la segura zaga zaragocista en esos momentos cruciales. Los más apagados de inicio, Ibgekeme, Eguaras, el mismo Vázquez, se entonaron justo a tiempo para cerrar un triunfo de muchos quilates.
El Real Zaragoza escapa de la zona de descenso hasta con 7 puntos de ventaja ya tras los resultados de este sábado. Y, mirado hacia delante, queda ubicado a solo 3 de la 10ª plaza. Un avance extraordinario en el último mes y medio, de la mano de Víctor Fernández y con la reacción al unísono de todo el vestuario.
Ficha Técnica
CD Lugo: Juan Carlos; Gerard Valentín, Vieira, José Carlos, Campabadal; Pita, Seoane; Iriome (Tete, 55), Lazo (Escriche, 79); Toni Martínez (Barreiro, 70) y Christian Herrera.
Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Benito, Verdasca, Guitián, Nieto; Eguaras, Zapater (Linares, 58), Ibgekeme; Soro (Aguirre, 69), Pombo (Javi Ros, 79); y Álvaro Vázquez.
Árbitro: Pulido Santana (Canario). Amonestó a Guitián (23), Seoane (40), Campabadal (65), Álvaro Vázquez (81) y Gerard Valentín (84).
Goles: 1-0, min. 25: Pita, de penalti. 1-1, min. 63: Linares. 1-2, min. 72: Guitián.
Incidencias: Noche muy fría y húmeda en Lugo, con 7 grados y un viento fuerte, helador, con lluvia constante. El césped del Anxo Carro presentó un estado aceptable, muy rápido. En las gradas hubo alrededor de 3.000 espectadores. El Real Zaragoza vistió totalmente de blanco.