Los Reyes Magos en Aragón: más juguetes y tecnología, pero la ilusión de hace un siglo

La noche de Reyes es la más mágica del año. Esta afirmación es válida ahora, recién estrenado el 2019, como a principios del siglo pasado. A pesar de que las costumbres, la forma de vida y la sociedad han cambiado a pasos agigantados, la esencia del día de Reyes se mantiene inalterable. En una noticia publicada por HERALDO DE ARAGÓN el 6 de enero de 1925, que tenía por titular “Y pasaron los Magos” se podía leer: “Para la chiquillería que se durmió ilusionada esperando el juguete, fue bello el despertar (…) Mañana de dormir poco. Los rapaces saltaron del lecho antes que de costumbre; y ya en posesión de trompetas, tambores, balones y velocípedos, perturbaron el sueño de papá con su gentil algarabía jubilosa”. Si se cambian los tambores por las videoconsolas y los balones por los juguetes parlanchines bien podría ser una descripción de la mañana que se vivirá el próximo 6 de enero.

Casi un siglo separan ambas estampas, en las que la ilusión de los pequeños se mantiene como hilo conductor. “Los niños escuchan por la noche, entre inquietos y medrosos, los cascos de los caballos y de los camellos que se acercan con su precioso cargamento”, se publicaba en 1985. Por aquel entonces, ya muchos se preguntaban si la inocencia e ilusión se irían perdiendo, especialmente, por la nueva práctica de dar los regalos el día de Navidad. Una tradición que poco a poco iba calando en España, y en Aragón, de la mano de Papá Noel. Sin embargo, su presencia no ha hecho olvidar a los Reyes Magos.

El origen de sus Majestades de Oriente se remonta a la adoración del niño Jesús, por lo que desde hace años han estado ligados a que los menores recibieran un detalle. Al principio podía tratarse de unas mandarinas, unas chucherías o cualquier otro alimento que no abundara en aquel momento. Posteriormente llegaron los balones, las muñecas de cartón o las cajas de música. “En los últimos años, las peticiones han cambiado muchísimo, pasando del tambor, la muñeca o el balón a elementos de electrónica de múltiples usos”, detalla Esteban Sarasa, profesor titular emérito de Historia Medieval, Ciencias y Técnicas Historiográficas y Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Zaragoza.

Ahora los muñecos que hablan o que bailan se encuentran en todas las cartas escritas por los más pequeños. Posteriormente llegan las videoconsolas, las tabletas digitales o los teléfonos móviles. Nada que ver con lo que se conformaban anteriormente. De hecho, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en la España de 1998 cada hogar gastaba al año 70,36 euros en juguetes. Es necesario realizar dos apuntes. Por un lado, no existen cifras de aquella época desglosados a nivel autonómico y, por otro, a pesar de que en España se pagaba en pesetas, el INE ya recoge la información detallada en euros. Este importe fue aumentando hasta los 170 euros en 2013.Con la crisis económica, descendió y ahora se va recuperando. En 2017, cada hogar español llegó a destinar 140 euros a juguetes.

Los Reyes Magos se van de compras especialmente durante el mes de diciembre. No obstante, tanto antes como ahora, el dia previo al 6 de enero, los comercios cuentan con unos horarios especiales. En una crónica de 1925 se explicaba que los bazares cerraban «a las doce en punto, por disposición de la autoridad, nadie pudo hacer compras más que hasta esa hora”. Este año, la mayoría de los comercios tienen estipuladas las 23.00 como hora límite para que sus Majestades de Oriente realicen las últimas adquisiciones.

No hay que olvidar que durante buena parte de la tarde habrán estado recorriendo las principales calles de la ciudad. Esta tradición tiene su origen en 1866 en la localidad de Alcoy (Alicante). Hasta entonces, eran habituales las representaciones de la llegada de los Reyes Magos y las celebraciones religiosas, pero no la cabalgata tal y como la conocemos actualmente. De hecho, HERALDO DE ARAGÓN publicó en 1985 que se cumplían 50 años desde que la cabalgata de los Reyes Magos desfiló por primera vez por las calles de Zaragoza. De hecho, tal y como se anunció a finales de 1934, la iniciativa se basaba en “resucitarse algunas costumbres tradicionales, entre ellas, la Cabalgata del día de Reyes”. Anteriormente se habían llevado a cabo experiencias similares; pero no fue hasta 1935 cuando se inició de forma oficial en Zaragoza esta tradición.

“Ahora está menos centrada en la celebración de la Epifanía y en la presencia de los Reyes Magos; por el contrario, busca más el entretenimiento y el espectáculo lúdico y profano. Existe cierto afán comercial y una inclinación a camuflar el sentido de la fiesta”, explica Sarasa. En la crónica de 1935, primer año con cabalgata oficial, se puede leer cómo los Reyes Magos iban a caballo, acompañados por antorchas y por la banda provincial. Posteriormente aparecían “tres carrozas con cajones llenos de juguetes”. Una puesta en escena simple, pero suficiente para este primer acto.

Posteriormente se fueron añadiendo más carrozas y representaciones de cuentos populares como ‘La Caperucita Roja‘. Además, entre los años 70 y 80 se representaban algunas escenas religiosas (el nacimiento de Jesús) y se contaba con la presencia de niños vestidos de pastores y con trajes regionales. Las crónicas publicadas en aquella época señalaban que estas actividades se llevaban a cabo sobre las 18.00 o a las 19.00. En los años 90 el mundo de la fantasía comenzó a inundar las cabalgatas: patinadores, zancudos, majorettes y hasta cabezudos acompañaban a la comitiva real. También tenían hueco los personajes de tebeos como ‘Zipi y Zape’ o ‘Rompetechos’.

Con el paso de los años, las historias se fueron personalizando. Así las carrozas y los acompañantes de Melchor están inspirados en Europa, los de Gaspar en Asia y los de Baltasar en África. En los últimos tiempos, el Ayuntamiento de Zaragoza elige cuál será el lema de este acto. Por ejemplo, en 2016 fueron los planetas y las estrellas y la que se celebrará este sábado tendrá como protagonistas a los “grandes soñadores” como Goya, María Moliner y George Melies. En estos momentos ya no hay ningún atisbo ni de instantes bíblicos y tampoco de cuentos tradicionales.

Los mayores, de fiesta

Mientras que la cabalgata, la idea de irse a dormir pronto, de dejar agua y algo de comida para los Reyes Magos y soñar con los camellos entrando a casa por la ventana o quizás por la campana de la cocina siguen presentes entre la población infantil; los adolescentes y los jóvenes empiezan a cambiar sus costumbres.

La magia y la ilusión dan lugar a las quedadas con los amigos y la fiesta. Anteriormente, las familias pasaban esta noche en el hogar, pero cada vez son más los jóvenes que aprovechan esta noche para salir a divertirse. De hecho, muchos bares y discotecas de Zaragoza ya ofrecen dentro del cotillón de Nochevieja, una copa extra para la noche de Reyes.

Este es quizás uno de los cambios más importantes registrados en los últimos tiempos, junto a las nuevas peticiones de regalos y su abundancia. Aún así, el despertar sigue siendo el mismo: un árbol repleto de regalos.