Borrell advierte de que la vía eslovena de Torra “parece llamar a una insurrección”

Preocupantes, pero nada novedosas. El ministro de Exteriores, Josep Borrell, se ha sumado este lunes al alud de críticas contra las declaraciones formuladas por Quim Torra el sábado en Bruselas. El presidente de la Generalitat llamó a los independentistas a seguir adelante «con todas las consecuencias» poniendo como ejemplo a Eslovenia, que se convirtió en Estado tras una guerra que duró 10 días y dejó 62 muertos. “Es un lenguaje que parece que esté llamando a una insurrección”, ha advertido Borrell a su llegada a la capital belga, donde participa en una reunión de ministros de la UE.

El jefe de la diplomacia española hizo memoria y desempolvó comentarios similares vertidos por diputados nacionalistas. Recordó que en la Cámara catalana han sido habituales las referencias a procesos de independencia a través de la violencia. “No es la primera vez que recurren a este planteamiento. Ha chocado porque se expresó de manera muy rotunda. En el Parlamento de Cataluña se ha propuesto en varias ocasiones seguir la vía de Kosovo, y Junqueras ha dicho en varias ocasiones que había que seguir la vía irlandesa, que acabó en una guerra civil tremenda», rememoró en referencia al exvicepresidente catalán, Oriol Junqueras.

El político socialista cree que la tensión política en Cataluña hace que ahora se examinen con lupa exabruptos que antes pasaban desapercibidos o quedaban rápidamente olvidados. «Si consultan mi libro Las cuentas y los cuentos verán cuántas veces han dicho ‘hay que hacer como en Irlanda’ o ‘hay que hacer como en Kosovo'». El ministro ha evitado sumarse a la petición del líder del Partido Popular, Pablo Casado, que cree suficientes las palabras de Torra para volver a aplicar el artículo 155 de la Constitución. Para Borrell, el mensaje es preocupante, pero «lo que cuentan son los hechos».

El presidente de la Generalitat no ha sido el único que en las últimas horas ha realizado declaraciones con aroma belicista. «El tramo que nos queda hasta llegar al final, no tenemos que engañarnos más, será dramático. Ha llegado la hora de pagar el precio alto, injusto, pero inevitable, de nuestra libertad”, dijo el exconsejero de Salud Toni Comín en el mismo acto de presentación del Consejo para la República en la capital belga.

Alivio por la salida de los nacionalistas flamencos del Gobierno belga

Uno de los principales focos de malestar diplomático ha llegado en los últimos meses de Bélgica. El apoyo del nacionalismo flamenco a los líderes independentistas catalanes ha sido habitual, y ha ido acompañado en ocasiones de duros recados a España. El choque parecía destinado a recrudecerse con el reciente nombramiento como ministro de Defensa de Sander Loones, que mantiene una estrecha relación con Carles Puigdemont y cargó las tintas contra España poco después de asumir el cargo. Por eso, Borrell ha celebrado la salida de la N-VA de la coalición que gobierna Bélgica por su oposición a ratificar el pacto migratorio de la ONU. «No hay mal que por bien no venga», ha afirmado. «Que no tenga carteras ministeriales desde las cuales atacar a España, sin duda, nos facilita la vida», ha añadido el ministro socialista.