El dilema de Bale, el jugador necesario

Se le nota. Se siente suelto en su fútbol, sin tener la obligación constante de dar pases a Cristiano Ronaldo. Juega a gusto, libre para disparar a portería o centrar, para arrancar con su amplia zancada por una banda o para hacer paredes con Marcelo, Modric y Carvajal. Se llama Gareth Bale y hoy es titular indiscutible del Real Madrid tras una temporada en la Zidane le dejó en la suplencia en beneficio de Isco, quien será baja durante un mes después de ser operado ayer de un proceso de apendicitis.

Lopetegui le expuso esta máxima: «No debes sustituir a Cristiano, eres grande y debes ser Gareth Bale»

Lopetegui habló con el galés en el mes de julio y le convenció de su liderazgo: «No debes sustituir a Cristiano, eres un grande y debes ser Bale». Esas palabras cambiaron el sentimiento del británico. Debía ser la estrella.

Su rendimiento ha sido óptimo en los dos primeros meses de competición: seis partidos, cuatro goles y tres asistencias. Es el extremo que rompe a los rivales por velocidad y profundidad, en el intento del entrenador de cubrir la ausencia del portugués con un estilete que abra las defensas enemigas. Así lo hace. En seis encuentros ha sido decisivo en siete tantos del equipo. Pero el portador del número que Gento hizo legendario «no puede estar sesenta partidos» en el once.

El guipuzcoano quiere graduarle, pues sus galopadas suponen un esfuerzo sobrehumano. Frente a la Roma anotó un golazo en una incursión imparable. Acabó agotado. Sus compañeros explotaron esa veta con pases al hueco. El responsable de la plantilla le concedió descanso frente al Español. Ni un minuto disputó. Y el Real Madrid acusó su ausencia, sentado en el banquillo, viendo cómo Lucas y Mariano eran los relevos en el ataque. Los blancos solo entraron por la banda de Odriozola. Nadie penetró por la izquierda. Con el galés habrían encontrado otra agresividad ofensiva. «Pero no puede jugar todos los minutos, es imposible», analiza un hombre del equipo. Ese es el dilema.

Rotación contra unas lesiones ya olvidadas

Lopetegui le reservó y constató que es necesario como estilete para el estilo de juego del Real Madrid. Se hace casi imprescindible. El entrenador ve el bosque, no el árbol. «El míster no le sacó el sábado porque ahora nos enfrentamos en diez días al Sevilla, el Atlético, el CSKA de Moscú y el Alavés», señala un ayudante. Ejecuta el reparto de esfuerzos con Bale para que no sufra una lesión, un viejo problema que ya ha olvidado.

Su última recaída muscular la vivió en noviembre de 2017, en la Copa, frente al Fuenlabrada. Han pasado diez meses. El delantero ha sabido manejar desde entonces la situación. Hizo también un trabajo psicológico para quitarse ese estigma de la cabeza. Ha conseguido eludir la preocupación que afectaba a su rendimiento. «Hoy es feliz en el césped, juega sin temor y se nota», señala un profesional del club.

Suplente frente al PSG, frente a la Juventus y en la final de Kiev, que sentenció con dos goles al Liverpool, las alineaciones de Lopetegui se definen por la titularidad indiscutible del británico. Aplique un sistema 4-3-3 o un 4-4-2, Bale es un fijo en el once. Han sido Isco y Asensio quienes lucharon hasta ahora por entrar en la alineación. La apendicitis sufrida ayer por el malacitano, que será baja durante un mes, ha roto esa dualidad por un puesto. El malagueño no estará hoy en el Sánchez Pizjuán. Tampoco Carvajal, que no mejoró de su sobrecarga y puede perderse también el derbi ante el Atlético. Odriozola tiene hoy un duro examen en Sevilla. Y el Real Madrid en general. Es una de las salidas marcadas con una cruz. Lopetegui recupera a Bale, Marcelo y Kroos, reservados para la batalla del Nervión.