Seguimos contando cosas, de una época muy ilusionante, y llena de sueños

Corría el año 1965 y en el seno de la Juventud de Acción Católica de Zaragoza se acordó fundar dos Nuevos Centros que acogieran y dieran formación y ayuda a los jóvenes que quisieran formarse mejor y, vivir la aventura de su juventud unidos en en Centro que les atendiera. Se crearon dos; uno para Universitarios que se llamó Centro de San Juan Evangelista y se encargó al Universitario Javier Bastero y el otro centro se le bautizó con el nombre de San Andrés, Apóstol hermano de San Pedro y nombró Presidente a Miguel Ángel Albás estudiante de Derecho en la facultad de Zaragoza.

De este segundo Centro nació Ánade. Eran doce jóvenes que trabajaban y estudiaban (lo hoy llamamos formación profesional) y en un  pequeño cuarto de la hoy llamada Casa de la Iglesia. Al principio, solo había una reunión entre semana (creo recordar que eran los martes) pero, pronto empezaron a surgir propuestas ¿por qué no hacemos una excursión el Domingo a algún pueblo de las cercanías de Zaragoza? Luego, ¿por qué no hacemos una obra de teatro? Y:¿si hacemos un periódico? como lo llamamos PARPA, porque los patos parpan, Eso, y mas cosas: Tertulias literarias, Invitamos a alguna persona para que nos hable de su experiencia y de su trabajo: y empezaron a desfilar Profesores Universitarios; profesionales del derecho; jugadores del Futbol como Juan Manuel Villa; Empresarios; … Aquí tengo que decir que la cosa cambió, porque empezaron a acudir otros jóvenes y chavales que eran estudiantes y Ánade no dejaba de crecer. Solicitamos otro cuarto para poder hacer más actividades y también hicimos corto.

Teníamos que alquilar un piso y así lo hicimos: Encontramos un piso en la calle Cádiz 5 el último piso. Lo del piso merece punto y aparte. Las puertas de las habitaciones se abrían al pasillo y eran frecuentes los golpes con los que lo transitaban. Además no había cuarto de baño y había un Water en una pequeña galería interior, que en verdad, era poco acogedor. Pedimos permiso y manos a la obra de una habitación hicimos un acogedor baño (aquí hay que decir que contábamos con un aprendiz de albañil José Andrés y un ingenioso y fortachon estudiante de electricidad, que era Gregorio.

Sin embargo pronto Pepe inició un hermoso mural con un lago y algún pato incluido en la pared mas grande Las paredes las empapelamos y resultaron llamativas y acogedoras. Ese era nuestro Centro y ahí, fueron creciendo nuestros sueños. La Sala de estudio ocupaba la mayor parte del tiempo de los muchachos que acudieron a nuestro Centro y, para algunos de ellos, fue el lugar donde dedicaron la mayoría de su tiempo estudiando la carrera que pensaban les facilitara la titulación que les permitiera ejercer la profesión que habían elegido.

El resto de tiempo lo ocupaba la merienda (diaria), las canciones,los juegos de mesa, las conversaciones, los proyectos y, los martes en rato el Circulo de Estudios. El Centro Cultural Ánade era nuestra casa. La habíamos hecho nosotros y era el lugar y ambiente natural de convivencia. Lo pasábamos bien y poco a poco fueron creciendo nuestros proyectos. El periódico «Parpa» se convirtió en una realidad que nos permitía expresar nuestros sentimientos y opiniones y nuestra imaginación nos llevó a crecer en nuestros sueños.

En nuestras tertulias hablábamos de todo. Cada uno daba su opinión y costaba lo suyo, frecuentemente muchas veces no nos poníamos de acuerdo, pero eso no era lo importante, sino que no nos enfadábamos y respetábamos las opiniones de los demás. Y lo que es más importante que aprediamos unos de otros y adolescentes (sin saberlo) que crecíamos en una época muy difícil en nuestro país. Y ese comportamiento nos dio una gran sensación de libertad personal.

El resto de tiempo lo ocupaba la merienda (diaria), las canciones,los juegos de mesa, las conversaciones, los proyectos y, los martes en rato el Circulo de Estudios. El Centro Cultural Ánade era nuestra casa. La habíamos hecho nosotros y era el lugar y ambiente natural de convivencia.

Lo pasábamos bien y poco a poco fueron creciendo nuestros proyectos.Ahora queríamos hacer un equipo de futbol y otro de balonmano y así, fuimos creciendo en actividades y amigos. En nuestras tertulias hablábamos de todo. Cada uno daba su opinión y costaba lo suyo, frecuentemente muchas veces no nos poníamos de acuerdo, pero eso no era lo importante, sino que no nos enfadábamos y respetábamos las opiniones de los demás. Y lo que es más importante que aprediamos unos de otros y adolescentes (sin saberlo) que crecíamos en una época muy difícil en nuestro país. Y ese comportamiento nos dio una gran sensación de libertad personal.

El periódico «Parpa» se convirtió en una realidad que nos permitía expresar nuestros sentimientos y opiniones y nuestra imaginación nos llevó a crecer en nuestros sueños.  Teatro, Comentarios de libros, Audiciones musicales, Excursiones,  Convivencias… La primera se celebro en Jaca en el Chalet de los Faci con la asistencia de D. Antonio sacerdote. En fin en el Piso de la Calle Cádiz comenzó el desarrollo de Ánade. Otra característica es el frecuente contacto con los padres de los chavales que frecuentaban Ánade, tanto en reuniones generales, como en entrevistas personales. Ánade es consciente de que los educadores de los hijos son los padres y que su función es ayudarles a hacerlo.

P.D. Por favor añadir datos para poder hacer este reportaje mejor y también fotografías. Y, si os sentís interesados podéis enviarnos las preguntas que os parezcan oportunas.

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