¿Volveremos a ver a nuestros seres queridos después de la muerte?

El sufrimiento, y en especial la pérdida de personas cercanas, aleja a muchas personas del camino de la fe. Sin embargo, las escrituras nos recuerdan las promesas de Dios en el Reino de los Cielos

Con la llegada del Día de los Difuntos, son muchos los que acuden al cementerio para visitar las tumbas de sus seres queridos. Esta tradición, con siglos de historia en nuestro país, despierta sentimientos encontrados: la nostalgia y la tristeza por recordar a quienes se han ido se mezclan con la profunda incertidumbre que muchos sufren de no saber si volverán a verlos.

Tras enfrentar la dolorosa noticia del fallecimiento de un ser querido, muchos cristianos comienzan a cuestionarse aspectos profundos respecto a su fe, como el sentido del sufrimiento o incluso la verdadera solidez de sus creencias.

Entrada al cementerio de Monturque.

Tradicional visita a los cementerios españoles durante la fiesta de Todos los Santos

Como dijo el Papa Francisco: «La Iglesia es ante todo una casa, una familia, un lugar de acogida y amor, en el que todos, especialmente los pobres y marginados, pueden sentirse parte de ella y nunca sentirse excluidos o rechazados». Como enseñan estas palabras, en momentos tan complicados la Iglesia actúa como familia que acoge y acompaña.

Fin de la vida terrenal

El catecismo nos enseña que la muerte significa el fin de la vida terrenal y nos invita a una preparación interior para afrontar ese momento.

«La muerte es el fin de la peregrinación terrena del hombre, del tiempo de gracia y de misericordia que Dios le ofrece para realizar su vida terrena según el designio divino y para decidir su último destino. Cuando ha tenido fin ‘el único curso de nuestra vida terrena’, ya no volveremos a otras vidas terrenas. Está establecido que los hombres mueran una sola vez» (Hb 9, 27). «No hay ‘reencarnación’ después de la muerte», señala el número 1013 del catecismo.

¿Volveremos a ver a nuestros seres queridos?

Pensar que nunca volveremos a ver a quienes fueron parte esencial de nuestras vidas provoca una tristeza profunda, incluso entre los cristianos, que también atraviesan momentos de duda y de temor. Pero el padre Jesús Silva, en un video realizado para El Debate, recuerda que «Jesucristo ha venido para anunciar una buena noticia. Se hizo hombre para decirnos que existe más allá de esta vida otra vida: la vida eterna, lo que llamamos el cielo».

El sacerdote prosigue explicando dos cosas «muy importantes». La primera, cuando una persona muere, el alma se separa del cuerpo. «Una parte nuestra, que es inmaterial y espiritual, va a la presencia de Dios, donde es juzgada y puede alcanzar la salvación: estar con Dios o pasar por el purgatorio, que es un tiempo en el que el alma se purifica para luego poder ver a Dios. Es decir, que los muertos descansan en paz», asevera. Eso sí, «aquellos que han hecho las cosas bien en esta vida y que han intentado hacer el bien, lógicamente no vale todo lo que se hace».

El Padre Jesús Silva explica en un video qué ocurre después de la muerte

El Padre Jesús Silva explica en un video qué ocurre después de la muerte

El sacerdote recuerda que la muerte, aunque dolorosa, no es el final. «El cuerpo lo sepultamos en la tierra o lo incineramos, pero Jesucristo dijo que también el cuerpo resucitará», explica. Una afirmación que, reconoce, «puede resultar difícil de creer hoy en día», pero que forma parte esencial de la fe cristiana. «Dice el Catecismo que es de las verdades de fe más complicadas de creer, pero Jesucristo lo dijo tal cual: el que come mi carne y bebe mi sangre, yo le resucitaré en el último día», remarca.

«Fijaos qué bonito», añade el sacerdote, «porque esto quiere decir que Dios nos ha destinado a algo impresionante: que la muerte no tiene la última palabra, no es el final». Aunque el duelo por la pérdida de un ser querido sea inevitable, el padre Silva invita a mirar más allá del dolor con fe y esperanza. «Sabemos que su alma está en las manos de Dios y que su cuerpo, aunque lo entregamos a la tierra, un día resucitará», insiste.

El catolicismo enseña que tras la muerte existe la resurrección. Esta resurrección no solo implica la vida del alma, sino también la resurrección del cuerpo en un estado glorificado. Según el catecismo, la «resurrección de la carne» es una parte fundamental de la fe, donde se espera que todos los muertos resuciten al final de los tiempos.