Las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET) han desempeñado un papel esencial en la lucha contra la oleada de incendios forestales que ha afectado a varias comunidades autónomas durante el mes de agosto. Entre el 10 y el 31 de ese mes, sus efectivos realizaron cerca de 550 horas de vuelo con un despliegue que movilizó a 208 militares y 11 helicópteros.
La participación de las FAMET se centró en tres funciones principales: transporte de personal y capacidades, reconocimiento aéreo de las zonas afectadas y ataque directo al fuego. Según los datos ofrecidos por el Ministerio de Defensa, esta combinación de tareas permitió reforzar las capacidades de las comunidades autónomas en un momento de especial presión por la simultaneidad de los focos.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, y el JEME, Amador Enseñat, han recibido una actualización del despliegue llevado a cabo durante el mes de agosto IGN/MDE
El dispositivo puso a prueba tanto a las tripulaciones como a las aeronaves. Los militares participantes destacaron la dureza de las operaciones, condicionadas por la escasa visibilidad causada por el humo y las elevadas temperaturas. En algunos casos, las cabinas de los helicópteros alcanzaron más de 50 grados centígrados, lo que supuso un esfuerzo adicional para las dotaciones.
Agradecimiento de Robles
La ministra de Defensa, Margarita Robles, visitó este lunes la base Coronel Mate de Colmenar Viejo para agradecer personalmente el trabajo de las FAMET. En su intervención, subrayó que estas unidades «ofrecen capacidades adicionales en una emergencia como la vivida este verano» y destacó que, «una vez más, nuestras Fuerzas Armadas han demostrado la importancia del trabajo en equipo y la coordinación para poder dar la respuesta que se les requiere».
Acompañada por el jefe de Estado Mayor del Ejército (JEME), general de Ejército Amador Enseñat, Robles reconoció el esfuerzo realizado en unas condiciones extremas y la disciplina con la que se siguieron las indicaciones de la dirección técnica de la emergencia. «Ha sido una tragedia ante la que, una vez más, todos los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas han estado a la altura y desde el primer momento. Es un orgullo poder contar con todos ustedes, con su profesionalidad y empatía, en cualquier momento y situación», señaló.

Entrada a la base militar Coronel Mate, sede de las FAMET, en Colmenar Viejo (Madrid)IGN/MDE
Las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra fueron creadas en 1965 y desde entonces han evolucionado hasta convertirse en una herramienta clave para las operaciones del Ejército de Tierra y del conjunto de las Fuerzas Armadas. Con una flota que combina helicópteros de ataque, maniobra y transporte, aportan una gran capacidad de respuesta en escenarios tanto militares como civiles.
Su participación en la lucha contra los incendios forestales es un ejemplo de esta versatilidad. A lo largo de los últimos años, las FAMET han intervenido en emergencias de gran magnitud, demostrando que sus medios no solo están preparados para misiones de combate, sino también para proteger a la población civil en situaciones de catástrofe natural.

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El despliegue de agosto se realizó bajo petición de las comunidades autónomas afectadas, que solicitaron apoyo a través de los mecanismos de coordinación establecidos en situaciones de emergencia. Los helicópteros de las FAMET actuaron bajo las órdenes de la dirección técnica de los dispositivos autonómicos, adaptando sus capacidades a las necesidades del terreno.
Este modelo de cooperación refuerza la idea de que las Fuerzas Armadas son un recurso adicional en momentos críticos, complementando el trabajo de los medios propios de protección civil, bomberos y brigadas forestales.
Balance y perspectivas
El balance de la operación, con casi 550 horas de vuelo acumuladas en apenas tres semanas, refleja la magnitud del esfuerzo. Además del número de efectivos movilizados, la intensidad de las misiones confirma la importancia de disponer de medios aéreos de gran capacidad para enfrentarse a incendios de elevada virulencia y extensión.
El Ministerio de Defensa considera que el dispositivo ha cumplido su objetivo de reforzar a las autoridades civiles y ofrecer un apoyo eficaz en un verano especialmente exigente. El éxito de la operación pone en valor no solo a las tripulaciones, sino también al personal de mantenimiento y apoyo logístico que permitió mantener la operatividad de la flota en condiciones adversas.










