Cada uno contará con seis salas de procesamiento de datos y 25 trabajadores para el mantenimiento
Los centros de datos del fondo Blackstone y su filial QTS, además de ofrecer cifras desorbitadas en cuanto a inversión, impacto o consumo de recursos, cuentan también con un sofisticado funcionamiento tras la carcasa que esconderá 40.000 metros cuadrados de instalaciones tecnológicas, sistemas de refrigeración o de seguridad. La documentación aparejada al Plan de Interés General de Aragón (PIGA) del Proyecto Rhodes, publicada esta semana, desgrana algunos de esos aspectos técnicos y revela nuevos detalles. Por ejemplo, la promotora estima que serán necesarios 25 trabajadores en el interior de cada ‘datacenter’.
Los hasta ocho edificios del campus que se levantarán inicialmente contarán con dos plantas sin sótano. La superficie útil total de cada uno alcanzará los 35.407,75 metros cuadrados; 17.376,23 en la primera, 17.488,72 en la segunda, 393,85 en la cubierta y 148,95 en el pórtico. A esto hay que sumar las infraestructuras auxiliares, como son el muelle de carga, el centro de bombeo, las garitas de seguridad y la caseta de paneles fotovoltaicos del primer nivel, aunque se desplegarán más en el exterior, junto a una balsa de laminación y la subestación eléctrica.
Cada planta albergará tres salas dedicadas al procesamiento de datos y una zona central para los dispositivos de climatización y los de seguridad, que reciben el nombre técnico en inglés de “UPS Pods”, tal como figura en los planos. También dos zonas de administración, una en cada extremo, denominadas FOH y BOH (sus siglas en inglés), y de descanso para los empleados.
En el exterior, adosado a la fachada, se ubicará el patio de generadores, hasta un total de 44 por emplazamiento, uno de ellos de reserva. Estarán alimentados por combustible diésel procedente de unos depósitos colocados debajo. Este espacio albergará asimismo las salas eléctricas de soporte para toda la instalación. Entre los demás elementos destacan el vallado de seguridad y el equipo de tratamiento de aguas.
La cubierta será el lugar para las unidades de tratamiento de aire, las condensadoras, las chimeneas de descarga de los grupos electrógenos y las enfriadoras de aire y tanques de inercia. El PIGA destaca la temperatura ambiental como un “factor crítico para la instalación” y aquí entran en juego estos últimos mecanismos. La climatización variará en función de las zonas FOH y BOH y el resto.
84 VENTILADORES Y 42 ENFRIADORAS POR EDIFICIO
Para las salas de datos y eléctricas, las hasta 42 enfriadoras de la cubierta de cada edificio (336 en el conjunto del campus de datos) estarán conectadas a un anillo que da a estos espacios sin necesidad de utilizar agua. No obstante, será necesaria para mantener la temperatura de los servidores a través de un “bucle cerrado” que permitirá reutilizar el restante tras su evaporación. En su lugar se desplegarán 84 ventiladores de pared (con uso parcial de agua mezclada con otros líquidos) y 24 unidades específicas para los ordenadores por sala a través de líquido refrigerante (también con agua tratada y glicol).
Toda la estancia estará equipada asimismo con filtros, “recuperadores de calor” y humidificadores de vapor. En suma, lo que se consigue con esta galería de climatización es extraer el aire caliente y devolverlo a menor temperatura al centro de datos.
A vueltas con el agua, cada centro de datos contará con 42 tanques de almacenamiento (‘buffer vessels’ en inglés) para la que se use en labores de refrigeración, otro para los equipos de tratamiento, dos en todo el campus para agua potable y 25 (tres por edificio) contra los incendios, que suman 600.000 litros de almacenamiento. El consumo de todo el complejo requiere un caudal equivalente a ocho litros por segundo (9,4 de punta), más de 700.000 diarios y sobre 258,2 millones al año en las horquillas más elevadas, según recoge el PIGA. Se añadirán 20.650 metros cúbicos durante la fase de construcción, lo que suma otros 20,6 millones de litros. Serán transportados en camiones cisterna hasta que el proyecto tenga acceso a la red.
CONSUMO ELÉCTRICO
Respecto a la demanda eléctrica, QTS ha estimado una demanda de 4.745 gigavatios/hora al año en la fase operativa, además de 639,5 de los diez años del plazo de construcción. El Proyecto Rhodes contará con un sistema de alimentación ininterrumpida y se servirá de la energía de las placas fotovoltaicas, grupos electrógenos y baterías de litio. Estas últimas vías permitirían al conjunto de centros seguir funcionando con normalidad en caso de fallo en el suministro de la red.
En cifras, se desplegarán 49.152 baterías en las salas eléctricas y 44 transformadores por centro de datos (352 en total). Todo ello acompañado de las citadas subestaciones, las líneas de media, alta y baja tensión, algunas de ellas soterradas, y varios centros de transformación.