Ryanair cierra las rutas de Zaragoza con Bolonia y Venecia y reduce la de París por las tasas de Aena

La aerolínea de bajo coste, que transporta a más de la mitad de los pasajeros que pasan por la pista aragonesa, cumple su amenaza y recorta un 20% sus vuelos para la temporada estival por las «elevadas tasas» del gestor aeroportuario. También cancela su operativa en Jerez y Valladolid y eliminará 12 rutas y 800.000 asientos en siete aeropuertos regionales

Ryanair, la aerolínea de bajo coste, ha anunciado este jueves una importante reducción de su programa de vuelos en España para el verano de 2025 que implica la eliminación de 12 rutas y 800.000 asientos. La compañía irlandesa ha cumplido su amenaza ante el gestor aeropuertuario Aena al considerar que paga unas «tasas excesivas» por usar sus infraestructuras y ejecutará una medida de presión sobre siete aeropuertos regionales, entre ellos el de Zaragoza, que sufrirá un recorte del 20% de los vuelos ofertados por la empresa este verano.

Fuentes oficiales de Ryanair confirmaron ayer a este diario que que la compañía cancelará los vuelos a Bolonia y Treviso y que reducirá la frecuencia de la conexión con París, lo que supondrá perder en total 60.000 plazas la temporada estival. Sin embargo, la aerolínea todavía comercializa estas conexiones, como puede comprobarse en su página web, y no ha detallado cómo procederá con los usuarios que hayan comprado ya su billete.

La capital aragonesa, donde Ryanair juega un papel fundamental en el tráfico aéreo (en 2024 movió a 382.941 pasajeros, más de la mitad de los 694.355 que sumó la pista de Garrapinillos) no será la única víctima del órdago de la compañía irlandesa, que cesará totalmente su actividad en dos aeropuertos (Jerez y Valladolid) e impulsará tijeretazos significativos de sus rutas desde Vigo, Santiago, Asturias y Santander.

De hecho, la aerolínea tenía previsto recuperar las rutas que enlazan la ciudad de Zaragoza con Bolonia, Fez y Palma de Mallorca desde el próximo 1 de abril, unas conexiones que había dejado en suspenso desde el pasado mes de octubre y que iba a recuperar para la temporada estival. Sin embargo, Ryanair dará un mazazo a los vínculos con Italia al suprimir la conexión con la capital histórica de la Emilia-Romaña y con Venecia-Treviso. Se quedará con ocho rutas: Bruselas Charleroi, Fez, Marrakech, Londres Standsted, Milán-Bérgamo, Palma, Santiago y la diezmada de París-Beauvais.

La aerolínea justifica esta decisión en la «ineficacia» de los planes de incentivos y las «altas tasas» impuestas por el gestor aeroportuario público Aena, a quien acusa de ejercer un «monopolio». En consecuencia, Ryanair cesará sus operaciones en los aeropuertos de Jerez de la Frontera (Cádiz) y Valladolid, retirará un avión basado en Santiago de Compostela y reducirá significativamente el tráfico en otros aeropuertos regionales: Vigo (61%), Santiago (28%), Zaragoza (20%), Asturias (11%) y Santander (5%). La compañía califica estas reducciones como una pérdida «totalmente evitable».

El consejero delegado de Ryanair, Eddie Wilson, explicó ayer en una rueda de prensa que las medidas adoptadas por Aena no apoyan los objetivos del Gobierno de incrementar el tráfico en los aeropuertos regionales de España. Según Wilson, las «excesivas» tasas aeroportuarias y la falta de incentivos efectivos están limitando el crecimiento de estos aeropuertos, a pesar de contar con la infraestructura y seguridad necesarias. «Lo que falta es una política de precios adecuada», subrayó.

La respuesta de Aena

El gestor aeroportuario de las grandes infraestructuras españolas, Aena, no ha tardado en responder a la decisión de Ryanair. «Los argumentos esgrimidos por la compañía irlandesa para justificar su reajuste de rutas en los aeropuertos españoles son una réplica mimética de la política comercial, de comunicación y empresarial de la que está llevando a cabo en todos los países europeos», han esgrimido desde el ente público, calificando de «argumentos espurios» el relato de la compañía. Añaden que la tarifa media que las aerolíneas abonarán a Aena por los servicios aeroportuarios a partir del 1 de marzo de este año se mantendrá congelada en 10,35 euros por pasajero, una cifra que «es de las más bajas de Europa». 

«Con esta misma tarifa media, Ryanair incrementó su actividad en 2024 en los aeropuertos españoles un 8,7%, por lo que la aerolínea transportó a 66 millones de pasajeros», señalan desde el gestor, añadiendo que en los aeropuertos regionales (las víctimas de la decisión de la compañía) existen unos incentivos comerciales sufragados por Aena, disponibles para todas las compañías aéreas, que permiten «que las tarifas aeroportuarias bajen hasta el entorno de los dos euros por pasajero».

La base permanente

El golpe será duro para la pista de Garrapinillos, que anda inmerso en captar nuevas conexiones comerciales para hacer despegar por fin el tráfico de pasajeros de Zaragoza como el aeropuerto de referencia del valle del Ebro. La terminal cerró 2024 con 694.355 pasajeros, de los que un 55% fueron transportados por Ryanair, que por ende tiene las rutas más utilizadas de la pista: Palma de Mallorca (142.118 viajeros) Londres (72.620 pasajeros), Milán-Bérgamo (52.141), París Beauvais (38.870), Santiago (36.402), Bruselas (36.161), Marrakech (35.898) y Venecia-Treviso (34.050).

Ryanair era una de las principales balas con la que contaba Zaragoza para dotar al aeropuerto de una base permanente de una aerolínea, lo que supone que los aviones duerman en la pista, y por ende, una mayor oferta de vuelos. La posibilidad se diluye de un plumazo, al menos en el corto plazo, dada la drástica decisión que ha tomado el operador irlandés.

Desde el Gobierno de Aragón recuerdan que Ryanair ya advirtió de que si Aena no le bajaba las tasas «iba a haber consecuencias como ha demostrado con el anuncio de hoy». El Ejecutivo autonómico lamenta que «la falta de habilidad negociadora de Aena suponga un recorte de los vuelos de Ryanair en Zaragoza», señalan desde el Departamento de Fomento.

En total, Ryanair reducirá su capacidad en España un 18% durante el verano de 2025, argumentando que los aeropuertos regionales gestionados por Aena son menos competitivos que sus homólogos europeos. Como resultado, la aerolínea reubicará su capacidad en países como Suecia, Croacia, Hungría y Marruecos.

Este ajuste ocurre en un contexto complicado para el sector aeronáutico, con retrasos en las entregas de aviones por parte de Airbus y Boeing, debido a problemas en la cadena de suministro y dificultades internas de esta última.