Bazdar, Azón y Liso anotaron los goles en otro partido loco, con una peligrosa blandura defensiva y una buena pegada, surgido de un cambio táctico de Víctor, que apostó por el rombo en la medular.
El Real Zaragoza venció 2-3 en el campo del Eldense en el partido de la 11ª jornada de liga, intersemanal, y vuelve a cotizar al alza en lo alto de la clasificación, driblando a la hipotética crisis que podía surgir de no mediar este nuevo triunfo blanquillo, el sexto en 11 partidos.
Cambiaron las estructuras tácticas pero no la calidad del juego zaragocista en la mayor parte de la primera parte. El juego fue feo, impreciso, ante un rival con hechuras menores en la categoría. Y solo las individualidades, en acciones puntuales, permitieron que el cuadro aragonés se fuera al descanso en ventaja, 1-2, de un modo bastante singular pues el Eldense erró hasta cuatro ocasiones nítidas a bocajarro. Escopetas de feria fueron los alicantinos.
Víctor apostó por un sistema 4-4-2 en rombo por primera vez en la liga introduciendo tres mediocampistas (Aguado, Keidi Bare y Francho), unido a la ubicación de Aketxe como mediapunta tras los delanteros Bazdar y Azón. Chirrió infinidad de veces el mecanismo. Se notó la falta de soltura. Y como la defensa, esta vez con Kosa en vez de Vital (suplente por primera vez) y con Clemente en el lugar del lesionado Tasende, fue un día más de margarina, ‘blandiblue’, el Real Zaragoza sufrió en infinidad de acciones y manifestó un rosario enorme de defectos, al final barnizados con dos goles en los últimos 12 minutos del primer periodo que voltearon la tendencia de un partido que pintó fatal hasta pasada la media hora.
Y es que en el minuto 11, nuevamente, como en las últimas jornadas, el equipo zaragocista ya perdía 1-0. Una galopada del lateral derecho Víctor García, que se fue al espacio a la espalda de un gris Keidi Bare, al que Clemente (el amo de ese calabozo) no salió a recibir jamás, acabó en un centro que Juanto Ortuño fusiló en carrera por alto, solo ante Poussin por la pasividad del calmoso Kosa, imperturbable. Primera llegada, primer agujero del tamaño de los negros de ozono de la atmósfera, y adentro. Esta acción de gol se repetiría cuatro veces más, idéntica, con Chapela y Víctor percutiendo siempre por el carril del deslavazado Clemente y con Juanto y Quintana adelantándose en los remates a Kosa y Lluís López. Desesperante. Menos mal que los azulgranas no dieron una a derechas y que en el 35 Poussin hizo un paradón salvador, descomunal.
Tras ese tanto inicial, los zaragozanos trataron de reaccionar, groguis en el ánimo. Azón no llegó por centímetros a rematar ante Mackay un pase al hueco en el minuto 15 del mago Bazdar, siempre gustándose. En el 19, el propio Bazdar regateó al portero tras un robo en la salida de atrás de los erráticos zagueros locales y su remate se le fue alto, con la portería desguarnecida. En el 22, en otra pifia local, Azón avanzó y su tiro raso lo paró Mackay, que jugó lesionado desde el minuto 20, tras ser atendido en el césped.
El 1-1 llegó en el 33, por medio de Bazdar, que volvió a regatear a Mackay tras un pase al espacio de Keidi Bare en el enésimo robo de balón en la presión alta de los zaragocistas. Esta vez remató por alto, cruzado, a puerta vacía, y llegó el ansiado empate. El tanto espoleó a los eldenses, que vivían con la calma de su ventaja hasta entonces. Juanto Ortuño forzó a Poussin en el 35 a la citada parada milagrosa. En 36, Jorquera, tras un error grave de Calero en un pase hacia atrás, casi marcó. En el 38 fue Quintana el que marró un gol cantado a quemarropa tras pase de Chapela, de nuevo superior a Clemente en el encare. Y en el 45 le tocó el turno a Víctor García, que llegó hasta dentro sin encontrar la portería. Boquete tras boquete que por fortuna, no penalizaron para los zaragocistas.
Y en los tres minutos de aumento emergió el 1-2. Azón, en su tercer tanto consecutivo de cabeza, remató en el área chica una falta botada como un caramelo por Aketxe y, picado, superó a Mackay cruzado. Una maravilla de noticia para cómo había transcurrido la trama del juego. Esta vez, el marcador no se correspondía con el peso de los méritos. No siempre van a salir las cosas mal. A veces también hay suerte de la buena.
El segundo tiempo empezó sin cambios nominales en las dos escuadras. A verlas venir Víctor Fernández y el novato Dani Ponz. Víctor seguro que frenó sus impulsos a consecuencia de ese vuelco favorable ‘in extremis’ del tanteador previo al refrigerio. Porque podía haber cambiado a media docena, como en los bolos de verano, con justificación contundente. El Real Zaragoza salió con poso, sabedor de su superioridad libra a libra, de su mando en el marcador. En el minuto 53 hubo un penalti por agarrón a Azón en el área (continuado) que ni Arcediano en el campo ni Milla Alvendiz en el VAR consideraron pena máxima. Increíble criterio. Fue lo único que pasó en el primer cuarto de hora de la reanudación. El Eldense no pisó el área de Poussin con veneno ni una vez.
El primer susto llegó en el 61, tras un doble cambio del cuadro local. El linier (y el VAR en la revisión) anularon el posible 2-2 a Juanto Ortuño, que rebañó un regalo de Azón, metido en labores defensivas erráticamente. Estaba en fuera de juego y eso evitó un serio inconveniente para el Zaragoza. No había que darle vida a un Eldense moribundo. Faltaba acierto en el último pase en los ataques de los blanquillos para encontrar el 1-3 apuntillador. Pero, repentinamente, los de Víctor empezaron a sufrir sus perniciosas desconexiones defensivas. Qué horror.
En el 64, en una melé, el Eldense no atinó a marcar con Poussin descolocado. Y en el 65, Bernal lanzó alta una falta al borde del área de factura imperdonable para Lluís López. Víctor se asustó ahí y metió un triple cambio. Marí, Liso y Luna relevaron a Azón, Bazdar y Francho. Sangre fresca. Mover el árbol en busca de nuevos frutos. En baloncesto hubieran hecho falta dos tiempos muertos para coger del pecho a más de uno. Fernández retiró a los dos goleadores. Mientras tanto, el Eldense empezaba a tirar sus coletazos últimos, los que suelen matar de no estar listo.
Y Luna no lo estuvo en el minuto 71, cuando el balón que iba fuera de fondo dio en el banderín de córner y se quedó en el campo. Dejó que llegara antes Jorquera y le hizo una falta gratuita en el córner. De ese golpe franco surgió el cabezazo de Youness, solo ante Poussin (que por alto en el área debe mandar al cien por cien y el francés no lo hace) ante la nula marca de nadie, para anotar el 2-2 cuando los azulgranas estaban ya azules, cianóticos. Qué falta de personalidad. Qué blandura. Se veía venir hacía ya un rato.
Después de 20 minutos sin llegar al área rival, el Zaragoza se fue arriba enrabietado. Y Keidi Bare falló el 2-3 en un balón muerto que remató desde cerca… a donde estaba el portero. Pésima decisión, con todo el marco para él en el minuto 74. Menos más que 6 después, en el 80, Liso se estrenó como goleador este año firmando sobre la red de Mackay un buen pase de Luna, que lo dejó solo ante el guardameta y se resarció así de la pipiolada de la jugada del empate. De nuevo un 2-3, otro tanteo de locura, inusual como pauta en esta Segunda División. Qué peligroso es tener que estar obligado a marcar siempre 3 goles si se quiere ganar…
Víctor metió en danza a Bermejo y a Moya en la recta final. El rostro del Zaragoza era desconocido, un Frankenstein. Se jugó a dejar correr el segundero. A manejar las histerias alicantinas. Bernal tuvo el 3-3 en el 87, pero remató alto con todo a favor un pase Chapela. Y, después, Marí falló el 2-4, cruzando en demasía un chut franco en el área local. Más grave fue su fallo en el 93, solo tras un jugadón de Luna que lo dejó solo ante Mackay. La echó fuera increíblemente. No tiene duende Marí por ahora, está claro. Menos mal que no hizo falta apuntalar el triunfo con un gol más.
El pitido final, una vez más, fue un grito de alivio de los jugadores en el césped del Pepico Amat. La crisis fue toreada de nuevo con el capote abajo, con la mano izquierda, con temple y una buena estocada final. Deberá esperar ese morlaco a otras tardes posteriores si quiere agarrar de la taleguilla al Real Zaragoza. Por más que lo intenta, no consigue empitonarlo. Tanto es así que los de Víctor Fernández regresan a casa en la madrugada del jueves en el 2º puesto de la clasificación. En puesto de ascenso directo… Curioso y paradójico escenario hace días.
Ficha Técnica
CD Eldense: Mackay; Víctor García, Youness, Nacho Monsalve, Martos (Sixtus, 87); Sergio Ortuño (Geraldes, 60), Chapela, M. Mateu; Quintana (Bernal, 60), Jorquera (Simo, 79); y Juanto Ortuño (Ropero, 79).
Real Zaragoza: Poussin; Calero, Lluís López, Kosa, Clemente; Aguado (Moya, 85), Francho (Luna, 67), Keidi Bare; Aketxe (Bermejo, 80), Bazdar (Liso, 67) y Azón (Marí, 67).
Árbitro: Arcediano Monescillo (Castellano-manchego). Amonestó a Víctor García (45+2), Keidi Bare (65), Calero (74) y Kosa (89).
Goles: 1-0, min. 11: Juanto Ortuño. 1-1, min. 33: Bazdar. 1-2, min. 45+3: Azón. 2-2, min. 71: Youness. 2-3, min. 80: Liso.
Incidencias: Tarde agradable, con 18 grados al inicio del partido (19.00), en un día nublado con rachas de lluvia. El césped del Pepico Amat presentó un aceptable estado. En las gradas hubo alrededor de 4.100 espectadores, de ellos medio centenar de zaragocistas.