Las administraciones piden extremar la prudencia en las orillas de pantanos y ríos y alertan sobre el peligro de adentrarse en áreas naturales desconocidas
La muerte de un joven en una de las pozas de la Peña del Cuervo, en el barrio de Peñaflor de Zaragoza, ha disparado las alertas sobre el ocio en las zonas de baño naturales de la comunidad. La dirección general de Interior y Emergencias del Gobierno de Aragón, como sucede en estos casos, ha redoblado por este motivo los llamamientos a la prudencia en sus campañas informativas y en las redes sociales para evitar que se produzcan más accidentes y desgracias.
Según los primeros indicios, el joven fallecido se lanzó al agua desde una de las laderas escarpadas del río Gállego y hasta que se practique la autopsia se desconoce si se golpeó al caer al agua con el lecho o murió ahogado en una de las corrientes. El director general de Emergencias, Miguel Ángel Clavero, lamentó que estas situaciones suelen ser habituales durante el verano. «No existen zonas de más riesgo que otras si uno conoce el terreno y es prudente, son la masificación y el mayor número de visitantes las que aumentan los incidentes», evidenció.
Desde la dirección general recordaron que los entornos de Bierge, Pigalo o los barrancos de Guara tienen el riesgo natural asociado a las actividades de agua, con subidas y bajadas de los niveles, así como con rocas ocultas. «La gente tiene que actuar cuidado conociendo sus propias capacidades», señaló. Esto incluye usar el equipamiento adecuado y no subestimar los riesgos. «La observación es muy importante», consideró.
Parajes apartados
Con la popularización y masificación de algunas de estas zonas de baño, consolidadas desde hace varias temporadas como una opción prioritaria dentro del turismo rural, se ha consolidado la costumbre de buscar parajes más apartados y solitarios para disfrutar del ocio al aire libre. Esta dispersión y exploración de los cauces lleva aparejada un aumento de los peligros. «Las zonas menos frecuentadas y estudiadas son especialmente problemáticas, pues desde las administraciones no se pueden vigilar y controlar todos los rincones», explicó Clavero.
Saltos desde altura
Hace cuatro años, en el verano de 2020, otros dos jóvenes fallecieron en las mismas pozas de Peñaflor en similares circunstancias. Ante esas dos tragedias ocurridas en menos de dos meses, en plena pandemia, el Ayuntamiento de Zaragoza decidió «restringir» el acceso a la zona y poner carteles alertando del peligro. Fuentes municipales indicaron ayer que dentro de sus competencias no se pueden tomar muchas más medidas. «Todos sabemos que es peligroso, por eso insistimos en la necesidad de actuar con prudencia», manifestaron.
Desde la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) también doblaron sus llamamientos a la prudencia, recordando que el baño es libre y que es responsabilidad de quien lo practica, pero insistiendo en que es «absolutamente desaconsejable» saltar desde altura. «El río es un medio natural que por su propia dinámica entraña una cierta peligrosidad que se debe conocer», afirmaron.
Cambios de caudal
El baño en ríos y pantanos está permitido en toda la comunidad, excepto en zonas concretas expresamente prohibidas y debidamente señalizadas cerca del desagüe de las presas, en canales y balsas de riegos, en algunos espacios protegidos y junto a ciertas captaciones de abastecimiento. Por lo demás, según indican desde la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y la dirección general de Emergencias del Gobierno de Aragón, lo que debe primar es la prudencia y el sentido común.
Los peligros que se pueden encontrar los bañistas en una zona natural son cambiantes, dependiendo de la época del año y las circunstancias meteorológicas. Se recomienda prestar especial atención a las rocas del fondo, así como a las variaciones repentinas en los caudales, algo mucho más frecuente en zonas cercanas a presas. Los sifones y remolinos que se forman con las corrientes son otros factores de riesgo a tener en cuenta.
Desde la dirección general de Emergencias recomiendan extremar estas precauciones cuando se acude con niños a las playas fluviales.
En cualquier caso, independientemente de la cartelería y los avisos existentes, desde la CHE se recomienda siempre «máxima prudencia», evitando el baño en estas zonas cuyas condiciones pueden cambiar rápidamente y generar situaciones de peligro.
En las zonas de baño oficiales declaradas por las comunidades (en Aragón se regulan 21 de ellas) también puede prohibirse el baño cuando la calidad del agua u otros parámetros no son adecuados.