Las listas de espera del Hospital de Calatayud, reducidas a cero

El centro sanitario Ernest Lluch Martín consigue que sus pacientes no tengan que esperar más de seis meses para ser operados

A cero. Así es como se ha quedado la lista de espera quirúrgica del Ernest Lluch Martínel hospital de Calatayud. Después de realizar una reorganización interna, el centro sanitario ha conseguido que los pacientes que conforman la lista, que son aquellos que tienen una intervención quirúrgica no urgente programada, sean atendidos en un plazo inferior a 180 días.

Aunque se trata de intervenciones que no son de gran complejidad, como puede ser una operación de juanetes, de rodilla o de cataratas, la reducción máxima de la demora ha implicado un gran esfuerzo para el hospital de Calatayud. Para lograrlo, han seguido diversos pasos. Según explica Cristina Guarga, directora de Salud del centro, lo primero que hicieron fue reunirse para revisar la lista de espera de garantía de más de 180 días, valorar las fuerzas con las que contaban y ver en qué especialidades había que «dar un empujón».

Una vez realizado este trabajo, analizaron qué plazas quedaba libres en quirófano para ofrecerlas a otra especialidad que las requiriera. Un paso para el que, tal y como relata la directora Guarga, se necesitó “una continua comunicación entre todo el equipo» con el objetivo de que no quedaran huecos libres.

Y, a partir de ahí, comenzaron a actuar. “Lo que hicimos fue poner más actividad en la jornada ordinaria y, luego, añadir actividad extraordinaria, es decir, en horario de tarde”, explica Guarga. A ello se sumó que obtuvieron concertación externa, sobre todo para la especialidad de Traumatología, en la que, relata, “había muchos pacientes”. “Cambiamos el sistema con objetivo de llegar a 30 de junio con la lista a cero”, expresa la directora del hospital.

Uno de los papeles más importantes en el proceso lo ha jugado el equipo de anestesia, que Guarga define como “fundamental”. Además, resalta el trabajo de enfermeros, auxiliares, celadores y todo el resto del equipo del hospital que, según expresa, “fue vital en la actividad extraordinaria”. “Cuando se tomaba una decisión, íbamos todos a una, desde el administrador hasta el celador, y todos sabíamos que estábamos alienados”, afirma Guarga.

Al tratarse de un hospital comarcal, el Ernest Lluch Martín cuenta con solo cinco especialidades: Traumatología, Urología, Cirugía General, Oftalmología y Dermatología. La que mayor demora de pacientes suele generar es, como explica Guarga, Traumatología: “En trauma hay mucha casuística y muchos tipos de cirugía, lo que hace que tengan que entrar a quirófano hasta tres traumatólogos”. También en Oftalmología se acumula la demanda. “La intervención de cataratas tiene resultados estupendos, lo que hace que, ahora, cuando llegamos a cierta edad y notamos esa pérdida de visión, todos nos operemos”, sostiene la directora.

Pocos recursos pero grandes resultados

Otra de las ventajas de su tamaño reducido reside en su “efectividad y flexibilidad”, afirma Guarga. “Tenemos mucha capacidad de adaptación e innovación y, si tenemos que cambiar un circuito, hablamos y lo modificamos. Eso no lo pueden hacer los centros más grandes por su tamaño”. Por eso, la directora incide en la importancia de los hospitales de las comarcas. “Los comarcales no somos el problema, somos pare de la solución –remarca-. Con muy pocos recursos conseguimos que todo lo que estaba asignado se quedara a cero”.

La reorganización interna realizada desde el hospital les ha llevado a revisar todos sus circuitos de trabajo. Según explica Guarga, ahora buscan “mantenerse muy vivos” para que la lista de espera no aumente de forma desmesurada. Mantenerla a cero es complejo, sobre todo en la época de verano, cuando se cierran muchas camas y gran parte de los sanitarios se va de vacaciones. Por eso, aunque son conscientes de que aumentará de nuevo cuando se retome el curso escolar, contarán con la ventaja de haberla reducido a cero en el verano. “Cuando empecemos vamos a estar mucho más ligeros porque ya hemos hecho limpieza”, dice Guarga.

El hospital de Calatayud continúa con su trabajo por mejorar su atención a los pacientes. “Queremos dar otro empujón hacia el final del año –sostiene Guarga-. Quedan patologías que no son de listas estructurales, así que vamos a dar otro empujón a los que no están en listas ni de 30 ni de 180 días, para reorganizar”.