Según un estudio, las nuevas generaciones buscan cada vez más desconectar para volver a conectar de forma más amable
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Justo en el momento en el que la sociedad quiere poner freno a los menores en cuanto a su uso con las nuevas tecnologías o prohibir el móvil hasta, al menos, los 16 años, ¿por qué no desconectar para volver a conectar? Es, al menos, la propuesta que hace SPC, marca española de electrónica de consumo, tras los resultados obtenidos en ‘Estudio Generación SPCial sobre hábitos de desconexión digital de los jóvenes españoles‘, que desvela cómo la desconexión digital se adentra en el estilo de vida de las nuevas generaciones.
Una de las principales conclusiones del estudio, elaborado entre 1.000 españoles de entre 18 y 35 años, es que el 56,5% de los jóvenes españoles se ha planteado hacer un détox digital mientras que el 12,7% ha abandonado permanentemente las redes sociales en busca de un estilo de vida más equilibrado y saludable.
Y es que son muchas las horas que las nuevas generaciones pasan delate de una pantalla: 5 horas diarias, según el estudio, ya sea para consultar las redes sociales, hablar a través de las aplicaciones de mensajería instantánea, llamadas y videollamadas, o como herramienta de trabajo. Ante esta situación, el 75,5% se ha propuesto seriamente usar menos el móvil y un 14,3% ha logrado mantener este hábito de forma permanente.
«La hiperconectividad en sí misma no es negativa pero es verdad que hay quienes se están planteando tener una conexión más amigable con la tecnología. Se trata de establecer una relación saludable y consciente», ha explicado Irene Manterola, Directora de Marketing de SPC.
Así no es de extrañar que 6 de cada 10 españoles conoce a alguien que ha hecho esta desintoxicación digital, principalmente para reducir el tiempo frente a las pantallas (34%), mejorar la calidad de vida ( 29,7%), adoptar hábitos para una mejor salud mental (22,2%) y conectar con el mundo offline y crear conexiones reales con las personas (12,6%).
En cuanto a las opciones preferidas para tener una relación más saludable con las pantallas, el 38% de los españoles optaría por desinstalar las aplicaciones de redes sociales y el 37% por controlar el tiempo de uso a través de las opciones que facilitan los propios smartphones, si bien, en la actualidad tan solo el 27,9% dice comprobar este dato en sus dispositivos móviles.
Jorge Flores, fundador de Pantallas Amigas y experto en uso saludable de la tecnología, ha recordado cómo «durante un tiempo, facilitamos una mejor conexión pero quizás estemos en tiempos de facilitar una mejor desconexión». Consultar constantemente las redes sociales, el hecho de que los jóvenes tengan especial inquietud de validación a través de los ‘Me gusta’ y demás interacciones, o el miedo a no tener el móvil a mano (nomofobia), «nos ha atrapado».
«En cuanto nos mandan algo, parece que tenemos que contestar, estar siempre disponible y, por tanto, en tensión. Aliviar esta presión, desazón, incomodidad o incluso estrés es posible mediante un détox digital, es decir, usando menos y de otra manera la tecnología. Se trata de una transición más amable de la hiperconectividad».
Para el experto, es fundamental reflexionar sobre cómo queremos usar la tecnología. Y para facilitar este aspecto, SPC va a lanzar este verano al mercado el SPC WILD, un nuevo ‘dumbphone’ o ‘feature phones’ (teléfono básico). Es decir, un móvil ‘tonto’, de los de antes, sin conexión, aplicaciones o redes sociales.
Este tipo de teléfonos móviles aseguran una desconexión controlada, una reconexión garantizada, son modelos más económicos que los actuales smartphones (su precio será de unos 70 euros), seguros y sencillos, y facilita alternativas vitales de relación y consumo. «También son una buena opción como primer móvil a los menores que los adultos pueden plantearse», ha añadido Flores.
No es la primera vez que los ‘dumbphones‘ son tendencia. Los teléfonos tontos siempre están en la retaguardia. De cara al futuro, según Statista, se estima que el volumen del mercado de este tipo de dispositivos alcanzará los 0,5 millones de unidades en 2029.
