Sánchez, a su ejecutiva tras el ataque de Milei a su mujer: «¿Vais a salir a defenderla o qué?»

El presidente apremió molesto a los integrantes de su dirección federal en un chat interno

El presidente del Gobierno no está dispuesto a pasar ni una en relación a su esposa, Begoña Gómez. No sólo de puertas para afuera, en el plano mediático, político y judicial, sino también de puertas para dentro en Ferraz, 70. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, Pedro Sánchez publicó este domingo un mensaje en el chat interno de la Ejecutiva del PSOE en el que apremió a los integrantes de su dirección federal a salir a defender a su esposa en las redes sociales tras ser tildada de «corrupta» por parte del presidente argentino, Javier Milei. «¿Vais a salir a defenderla o qué?», exigió Sánchez a su dirección federal en el grupo de WhatsApp enlazando una información de la agencia Europa Press sobre el discurso del mandatario argentino, que posteriormente enlazaron la mayoría de los miembros de la Comisión Ejecutiva Federal.

Una exigencia que el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE hizo apenas unos minutos después de que Milei participara en un acto de Vox en el Palacio de Vistalegre de Madrid, donde se refirió veladamente a Sánchez y su esposa al hacer una disertación sobre el socialismo. «No saben qué tipo de sociedad y país puede producir el socialismo y qué calaña de gente atornillada en el poder y qué niveles de abuso puede llegar a generar. Aun cuando tenga la mujer corrupta, se ensucia y se tome cinco días para pensarlo». Unas palabras que se pronunciaron en torno a las 14.30 horas del pasado domingo. En torno a las 15.00 horas, el presidente Sánchez instó a sus subordinados a salir a defender públicamente a su mujer, Begoña Gómez, lo cual generó una cascada de reacciones inmediatas en la red social X. La primera en cumplir con esta exigencia fue su número dos en el Gobierno y en el partido, la vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero.

La «decepción» con los «desleales»

Precisamente Montero fue una de las miembros de su núcleo duro a quien Sánchez apartó de su órbita durante los cinco días de reflexión en el mes de abril, a quien evitó recibir en su despacho en Moncloa cuando ésta intentó despachar con él, según fuentes socialistas. Como adelantó THE OBJECTIVE, el presidente del Gobierno se aisló «decepcionado con los suyos por no haber salido a defender a su mujer», defensa que consideró tardía en unos casos, e inexistente en otros. Sánchez «tomó nota», pasó lista y sus anotaciones generan ahora un sinfín de elucubraciones internas sobre los futuros cambios que pretende acometer en el Gobierno y en el partido. Según fuentes cercanas, el malestar del presidente del Gobierno no sólo fue motivado por la tímida defensa de su mujer, sino también por el desarrollo de un Comité Federal que mostró a unos «desleales» que ya asumían su dimisión y hacían cábalas para el postsanchismo. Una de ellas fue precisamente una de las más rápidas y elocuentes en su defensa en la antigua red social twitter: la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, a quien el jefe de gabinete, Óscar López, y su número dos, Antonio Hernando, promueven en la sombra. Estas maniobras han generado malestar en el entorno del presidente que deslizan que Alegría podría ser una de las damnificadas por los cambios futuros.

Hace una semana, en la Ejecutiva posterior a los resultados electorales del 12-M en Cataluña, Pedro Sánchez hizo su aparición sonriente en Ferraz y se dirigió a los suyos hablando del «proceso sanador del perdón». El aplauso unánime de su dirección y la atribución del éxito electoral a la hoja de ruta del líder del PSOE con Cataluña pretendía pasar página de la crisis interna y enterrar las tensiones internas mayúsculas de días atrás. Quienes más le conocen describieron su rictus como una «sonrisa forzada» y sentenciaron que «sigue tocado». El mensaje interno de este domingo apuntala esta tesis. El presidente del Gobierno sigue creyendo que su equipo no es diligente en la defensa de su mujer y ha pasado del silencio y el aislamiento a «increpar a la Ejecutiva», según fuentes de la misma, para forzar esa defensa. Dirigentes que sostienen que «no ha habido un proceso sanador, Pedro sigue cabreado y todos están expectantes pero temerosos ante su reacción». El primero de ellos, el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, cuya salida es la más descontada junto a la de Maria Jesús Montero, en su caso, por maniobrar en favor de Óscar Puente, de cara al debate sucesorio.

«Milei es el más pedrista de todos»

Precisamente Puente ha sido uno de las voces menos significadas en estas últimas horas, habida cuenta de que «con él empezó todo». Moncloa es consciente de que la primera crisis diplomática con Milei fue originada por la insinuación del ministro de Transportes de que el presidente argentino se drogaba. Y en el clima de polarización actual, esto sirvió de gasolina al fuego para alimentar la confrontación como arma idónea en el presente escenario preelectoral. No en vano, las manifestaciones de Puente se hicieron en plena campaña catalana, el pasado 4 de mayo. Pero, según las fuentes socialistas consultadas, «el problema de Puente es que no mide y se pasó de frenada», lo cual obligó a Moncloa a sacarle en rueda de prensa a hacer una pseudodisculpa pública desde la mesa del Consejo de Ministros.

«De aquellos polvos vienen estos lodos», sostienen fuentes socialistas. Los más críticos insisten en denunciar la «deriva peronista» de un presidente que ha pasado de dejar en «stand by la legislatura a montar una crisis diplomática con Argentina porque se meten con su mujer. Es dantesco». Pero los más realistas ponen de relieve que es el propio Gobierno de Sánchez el que ha echado gasolina al fuego buscando la tensión electoral necesaria para movilizar al votante progresista el próximo 9-J en las elecciones europeas. En la víspera del acto de Milei, el pasado sábado, el presidente Sánchez intervino junto a Salvador Illa y Teresa Ribera en el primer gran mitin de campaña en Barcelona y centró su intervención en calentar al presidente argentino, a quien ubicó en «la internacional ultraderechista que se reúne en España con Milei y Abascal a la cabeza». Como explican fuentes socialistas, «Milei es el más pedrista de todos. Nos ha hecho un favor. No ha regalado otra campaña».

En Ferraz, niegan en privado que todo responda un cálculo electoral porque «preferiríamos no haber tenido que vernos envueltos en una crisis diplomática». Pero el Ejecutivo no ofrece visos de querer zanjarla en el corto plazo. Más bien al contrario, la voluntad apunta a estirar el conflicto y la duda de si habrá o no una ruptura de relaciones diplomáticas entre España y Argentina. Tras el movimiento ministro de Exteriores, José Manuel Albares, el domingo por la tarde de llamar a consultas al embajador de España en Argentina, el conflicto escaló al máximo nivel cuando el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, exigió una «disculpa pública» a Milei en un acto del diario Cinco Días. Casi a la misma hora, el ministro Albares trasladó la misma exigencia al embajador argentino en España, Roberto Bosch, a quien convocó al ministerio. Tras una reunión mantenida por la mañana, Albares «trasladó al embajador argentino la exigencia de una rectificación pública ante las palabras de Milei el domingo. El encuentro se ha producido dentro de los cauces del respeto y la cortesía diplomática que tanto el Gobierno como el ministro mantienen en todo momento», informaron fuentes diplomáticas a este diario.