El Banco de España avisa de que la deuda pública volverá a crecer a medio plazo y pide al Gobierno un plan de ajuste

Ponen el acento en que el diseño del impuesto a la banca debería ser «mejorado» y «repensado»

El supervisor llama la atención a las entidades financieras por no haber aprovechado los beneficios de 2023 para aumentar su solvencia

El Banco de España eleva el crecimiento de 2024 hasta el 1,9% pero advierte de que se incumplirá el objetivo de déficit

De Cos aboga por bajar el impuesto a las entidades que refuercen su capital

«La deuda pública en España mostraría una senda creciente a medio y largo plazo si no se aplica un proceso de consolidación fiscal que abarque varios años». Este es uno de los principales avisos que lanza el Banco de España en su último informe de estabilidad financiera, poniendo el foco, entre otros asuntos, en el problema de las finanzas públicas en nuestro país y la falta de medidas para atajarlo. Específicamente, utilizando sus modelos de simulación, la institución alerta de que en ausencia de cambios en las políticas fiscales y presupuestarias la deuda se iría al entorno del 108% del PIB en 2026 y al entorno del 120% en el año 2040.

Por un lado, la organización dirigida por Pablo Hernández de Cos llama la atención sobre el incremento de la carga financiera de la deuda pública que afronta España; por otra, sobre el alza del gasto público. «La presión sobre el gasto público se mantendrá elevada en los próximos años como resultado de distintos fenómenos estructurales como el impacto del envejecimiento demográfico, las necesidades de inversión asociadas al cambio climático, a la digitalización y los compromisos asumidos en materia de defensa ante las tensiones geopolíticas», señala.

El déficit público en España se situó en el 3,6% del PIB en 2023, 1,1 puntos porcentuales (pp) por debajo de la cifra registrada en 2022, mientras que la ratio de deuda pública se redujo en casi 4 puntos, hasta el 107,7%, apoyada en el fuerte avance del PIB nominal. «Este nivel de endeudamiento público es notablemente inferior al máximo alcanzado tras el inicio de la pandemia (125,3% en marzo de 2021), pero todavía superior al vigente al inicio de la misma (98,2% en diciembre de 2019), y elevado en relación con otros países de la Unión Económica y Monetaria (UEM)», recuerda el informe.

En este sentido, el Banco de España ahonda en uno de sus tradicionales mensajes: la necesidad de iniciar ya un plan de consolidación fiscal para meter en cintura el desequilibrio de las finanzas públicas. «El proceso de consolidación necesario debe tener en cuenta las presiones por el lado del gasto, y priorizar las medidas —tanto de ingresos como de gastos— que favorezcan el crecimiento económico», indica el documento.

El Banco de España señala el endeudamiento público como «una vulnerabilidad significativa para la economía española» que deja a nuestro país sin margen para enfrentar futuras crisis. Relacionado con todo ello, la institución recuerda que el regreso de las reglas fiscales, esperado ya para 2025, debería ser el marco en que basar el proceso de consolidación fiscal ya que España deberá cumplir con ellas más pronto que tarde.

Impuesto a la banca

Concretamente sobre la banca, la institución ha mostrado sus recelos respecto al gravamen al sector, que el Gobierno espera ahora hacer permanente. El Ejecutivo se abre poco a poco a introducir algún incentivo a las entidades para rebajar el impuesto, pero el camino para ello todavía será largo. En la presentación de informe, Ángel Estrada, director general de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución, ha incidido, a preguntas de la Prensa, en que «el diseño del impuesto podría ser mejorado»; un mensaje que ya han trasladado en otras ocasiones pero que cobra actualidad en estos momentos ante el proceso que va a abrir La Moncloa para hacerlo permanente.

El directivo ha mencionado que pueden darse situaciones en que haya bancos que tengan que hacer frente al gravamen aunque no tengan beneficios en un ejercicio concreto. Y también ha destacado como un riesgo que, tal como está diseñado, es posible que favorezca los modelos de negocio con escaso margen de intereses, frente a aquellos modelos con mayor margen. Es decir, que podría reducirse el crédito a pymes y nuevas empresas. Por todo ello, Estrada ha indicado que el impuesto debería ser «repensado» ya que consideran que el diseño actual no es adecuado.

Situación financiera

El informe del Banco de España también dedica parte de sus mensajes a lanzar un dardo a las entidades financieras nacionales por no haber aprovechado los enormes beneficios cosechados en 2023 para reforzar sus ratios de capital, su solvencia, como se ha hecho en otros países de nuestro entorno.

«En este contexto, resulta recomendable que las entidades dediquen una parte significativa de los beneficios actuales a reforzar su capacidad para absorber los potenciales costes retardados que puede ocasionarles el actual entorno de tipos de interés más altos», indica el documento. Concretamente, añade que «la dinámica expansiva de la rentabilidad bancaria no ha redundado en un fortalecimiento significativo de la solvencia del sector, habiendo mejorado su ratio de CET1 solo muy moderadamente en 2023, a diferencia de lo ocurrido en otros países de nuestro entorno, con lo que la distancia que nos separaba de ellos se ha ampliado».

El supervisor bancario ha destacado los buenos números logrados por las entidades el año pasado, en términos de rentabilidad, margen de intereses y en última instancia de beneficios. Al mismo tiempo, han puesto de manifiesto el comportamiento relativamente positivo de la salud de crédito a empresas y hogares.

LLAMADA DE ATENCIÓN DEL BANCO DE ESPAÑA

«La dinámica expansiva de la rentabilidad bancaria no ha redundado en un fortalecimiento significativo de la solvencia del sector»

Sí que han detectado un ligero empeoramiento del crédito a hogares y empresas, pero el balance que realizan es positivo, con la morosidad todavía contenida. De hecho, así lo reflejan también el análisis que se realiza sobre la marcha de los códigos de buenas prácticas de ayuda a hipotecados vulnerables y de clase media.

Estos códigos de buenas prácticas, en 2023, han recibido un total de 61.000 solicitudes, de las cuales alrededor del 43% han sido rechazadas, en su mayoría por no cumplir condiciones, mostrando un escaso recurso de los ciudadanos a las ayudas. «El recurso de los hogares a los programas de códigos de buenas prácticas (CBP) permanece limitado, de forma consistente con los elementos de resiliencia financiera de los hogares que se han identificado», indica el informe. En este sentido, el año pasado, el volumen acumulado de deuda pendiente de operaciones concedidas ascendió a 907 millones de euros, lo que representó cerca de 7.900 operaciones (0,2% del saldo vivo del crédito a hogares para la vivienda al final de 2022); las concedidas suponen el 12% del total de solicitudes, mientras que un 45% todavía están pendientes de respuesta.

Asimismo, el Banco de España pone de manifiesto que el endeudamiento de hogares y empresas ha continuado reduciéndose «a si nivel más bajo desde 2002», según han indicado en la presentación del informe, aunque eso no quiere decir que la situación sea homogénea entre todos los sectores de actividad y colectivos de población. Este buen comportamiento, así, es debido al dinamismo que mantiene el mercado laboral, la mejora de los salarios, la utilización de los ahorros de la pandemia… Incluso, como se ha indicado en anteriores informes, los hogares han podido dedicar ahorros a amortizaciones extraordinarias de sus hipotecas para tratar de mitigar el impacto de las subidas de tipos de interés.

Más allá de ello, el supervisor da cuenta que el frenazo del crédito visto en 2023 ya se está revirtiendo. En empresas, de hecho, constatan ya un incremento de los préstamos hacia el tejido productivo que también habría de verse próximamente en el crédito hipotecario, aún en caída.