El abogado también ha manifestado que desde el PSOE «quieren decir que la culpa de todo es de Ábalos, y que el partido no sabe nada»
Ramiro Grau Morancho (Laguarres, Huesca, 11 de marzo de 1957) es el primer ciudadano español que denunció de manera directa, ya en 2020, el conocido como caso Koldo; la presunta trama de corrupción por adjudicaciones de contratos que se originó durante la pandemia en el ministerio de Transportes de José Luis Ábalos. Grau, que ha hablado por teléfono con El Debate, se ha autodefinido antes de la entrevista como un abogado de «inspiración católica» y lector de este periódico.
–¿Cómo se enteró de este caso de adjudicaciones de contratos durante la covid y cuál fue su reacción?
–Me entero porque se publica en varios diarios digitales que había una extraña empresa –que no la conocían ni en su casa a la hora de comer– que se lleva los contratos de adjudicaciones durante 2020. Llevo medio siglo viviendo en Zaragoza y no había oído en la vida sobre esta compañía. Entonces, se me ocurre escribir un artículo sobre este tema, que recibe tres demandas por presunta vulneración del derecho al honor y a la intimidad: de Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas (empresa involucrada en la trama) otra de Escorial Senante, uno de los detenidos, y otra de Ábalos. En la suya, el exministro indica que él es un alto cargo del Estado; como diciendo que cómo tenía la valentía de criticarle. Y todos pidiéndome indemnizaciones millonarias.
De esas tres demandas ya he ganado dos –aunque ellos han recurrido a las audiencias provinciales de Madrid y Zaragoza– y queda pendiente la del señor Ábalos, que se tramita en un juzgado de Madrid.
Al final tuve un ictus cerebral por exceso de estrés, según los médicos
–¿Se puso en contacto con el Palacio de la Moncloa?
–Envié en 2020 media docena de cartas a la Moncloa con sobres con membrete y por correo ordinario. Pero no han hecho ni caso, ni han acusado recibo, ni nada de nada. Con lo cual, llegó un momento en el que me cansé de hacerles envíos y me dije: ‘con estos no voy a hacer nada, porque claro, esto es una trama de financiación del PSOE’. Luego, cuando cesaron de repente a Ábalos como ministro, pensé que igual mis envíos habían tenido algún tipo incidencia y habían motivado el cese.
–¿Acudió entonces a algún otro político?
–Sí, exacto. A Vox y a la presidenta Díaz Ayuso. Vox no me hizo ni caso. Concretamente doña Macarena Olona –estoy hablando del 2021-2022. Es que llevo con este asunto desde el 2020–.
Doña Macarena Olona no me hizo ni caso; aunque me acaba de llamar la señora Olona y me ha dicho que pidieron una comisión de investigación en el Congreso en abril o algo así del 2020, y que seguramente aportaron la documentación que yo les mandé. Por su parte, la señora Ayuso sí que me contestó muy amablemente, y me comunicó que iban a tomar cartas en el asunto y que lo iban a investigar.
Envié también denuncias a la Fiscalía Anticorrupción, que acusó recibo, y me dijo que iban a abrir instancias de investigación
–¿A raíz de su carta, el PP de Madrid denuncia estos hechos?
–Yo no sé si denunciaron porque yo les envié información, o que eso los animó a investigarlo. Supongo que la señora Ayuso tendrá muchas cosas que hacer y esto se lo pasaría a algún asesor.
No obstante, la única persona que realmente me ha hecho caso ha sido la señora Ayuso. Pero, por supuesto, envié también denuncias a la Fiscalía Anticorrupción, que acusó recibo, y me dijo que iban a abrir instancias de investigación. Las respuestas de la Fiscalía Anticorrupción son oficios administrativos en las que se limitan a decir que acusamos recibo de su denuncia y abrimos las diligencias previas. Tampoco veo normal que desde la Fiscalía hayan tardado cinco años en querellarse, porque en cinco años habrán desaparecido ya muchas de las pruebas.
–¿Qué opinión le merece que el PSOE acabe de pedir la dimisión de Ábalos como diputado?
–Supone un cortafuegos. Quieren decir que la culpa de todo es de Ábalos, y que el PSOE no sabe nada. Como cuando hay un incendio y hay que sacrificar a alguien. En este caso el PSOE sacrifica Ábalos.
–¿Se siente satisfecho con lo que está ocurriendo después de sus denuncias?
–Estoy muy contento, y doy por bien empleado el deterioro de mi salud con este tema, porque todo esto me ha generado mucho estrés. Al final tuve un ictus cerebral por exceso de estrés, según los médicos. Y creo que en gran parte la culpa es de este asunto, porque estas demandas me exigían unas indemnizaciones millonarias que si se hubieran estimado judicialmente me hubiera tenido que ir a vivir debajo de un puente, ya que hubieran actuado contra el patrimonio que tengo.
Yo ya estaba pensando en poder jubilarme, pero intentaba seguir trabajando porque me encontraba muy bien física y mentalmente. Yo tengo vocación de abogados. Pero claro, al final he tenido que dejarlo porque mi salud se ha deteriorado mucho.