El partido da marcha atrás, temeroso de que los últimos movimientos judiciales dejen expuesto al expresidente catalán . La Comisión de Justicia tendrá un mes para elevar otra propuesta
Su amnistía, sus reglas. Junts llegó hasta el final y echó atrás la proposición de ley en el Pleno del Congreso este martes. Ello en respuesta a la decisión del PSOE de votar en contra de las dos enmiendas de Junts (una pactada con el PNV, otra con ERC) que habrían cambiado el artículo 2 para incluir todos los delitos de terrorismo entre los amnistiados. Sin excepciones.
La intención del partido de Carles Puigdemont es clara. Con su maniobra, la ley de amnistía vuelve a la Comisión de Justicia, donde los grupos parlamentarios tendrán un mes para pactar cambios y aprobar un nuevo dictamen que después elevar al Pleno. Así que el calvario para Pedro Sánchez, que este martes no asistió al debate sino solo a la votación, continúa.
La portavoz de Junts, Míriam Nogueras, fue clara en su turno de intervención. «Detener la represión a medias no es detenerla», afirmó. «Junts no puede participar en dejar al independentismo catalán expuesto a las arbitrariedades de la cúpula judicial», añadió.
Nogueras señaló directamente a tres jueces: el instructor del procés, Pablo Llarena, el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón y el instructor de la conexión rusa del independentismo, Joaquín Aguirre. «Hoy el Gobierno español debería demostrar toda su autoridad ante estos hechos inaceptables», proclamó, en alusión al cerco judicial a Puigdemont por delitos de terrorismo y traición.
La cara del líder de ERC, que asistió al Pleno desde la tribuna de invitados, era todo un poema. Oriol Junqueras viajó al Congreso desde Barcelona para celebrar una fiesta y acabó saliendo de un funeral. Aunque este muerto resucitará dentro de un mes.
De nada sirvieron las negociaciones de última hora, capitaneadas por el ministro Félix Bolaños y por el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. Esta vez Junts no aflojó.
