La «descolonización» de Urtasun es tachada de dogmática pero no sorprende a los museos

La propuesta de Urtasun no pilla por sorpresa a los museos españoles, muchos de los cuales ya tienen incorporada una política ‘decolonial’ | El Prado y el Reina Sofía son organismos autónomos que no forman parte de la red de museos estatales dependiente directamente del ministerio

Las medidas que anunció ayer el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, están causando más revuelo político que artístico. El portavoz de Sumar anunció que quería hacer una revisión de los museos estatales para «superar un marco colonial o anclado en inercias de género o etnocéntricas que han lastrado la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico». Se refería a las 16 instituciones que gestiona de forma directa el ministerio a través de la Subdirección General de Museos Estatales y que no incluyen ni al Museo del Prado ni al Museo Reina Sofía ni al Thyssen, organismos autónomos, aunque se les ha mencionado en muchos de los artículos publicados hoy.

Así lo han confirmado estas instituciones aunque no saben en qué consistirá la letra pequeña ni cómo se va a manejar. ¿Pero qué es superar el marco colonial? Este periódico se ha puesto en contacto con varios de estos museos. Todos ellos derivan directamente su opinión y las posibles consecuencias de esta decisión al ministerio. Algo similar ocurre con los otros dos grandes, el Prado y el Reina Sofía.

Aunque ninguno de los dos parte de una mala situación en lo que a las intenciones del ministro se refiere. Hace unos meses, Urtasun felicitó a la pinacoteca dirigida por Miguel Falomir por uno de sus proyectos, asegurando que era «un ejemplo de esa voluntad de que al conjunto de la ciudadanía se le puedan garantizar unos derechos culturales que sean para todos y que lleguen al conjunto del territorio de nuestro país. Eso es extremadamente importante». El Reina ya empezó con este proceso «descolonizador» hace unos años, y desde que Manuel Segade ha asumido la dirección este es uno de sus argumentos más fuertes. En sus palabras, «el pensamiento decolonial viene influyendo en las prácticas artísticas hace ya décadas y está relacionado íntimamente con la presencia de minorías étnicas y de cosmogonías no occidentales en la estética contemporánea. Es decir: en el arte actual es un asunto ineludible porque las prácticas artísticas no dejan de situarlo en el centro de la creación».

«Llevamos años trabajando con el concepto de descolonización, con una perspectiva de revisión de las colecciones, y programando exposiciones con un carácter ‘decolonial'»

MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA

Una postura que comparte con el Museo Thyssen. A preguntas de este medio, desde la institución aseguran que llevan «años trabajando con el concepto de descolonización, con una perspectiva de revisión de las colecciones y programando exposiciones y performances con un carácter decolonial (Carla Hayes Mayoral; Amar Kanwar, Agnes Essonti…)». «Además», añaden, «este próximo verano se inaugurará una exposición centrada en la huella colonial en las colecciones Thyssen».

Pero, tal y como se preguntó Iceta hace unos años cuando era ministro de Cultura, ¿cómo se descoloniza un museo? Uno de los aspectos clave de la propuesta, y por la que Sumar lleva presionando a Urtasun desde que asumió el cargo, pasa por devolver el Tesoro Quimbaya, que se encuentra en el Museo de América de Madrid, uno de los que sí que dependen del ministerio, a Colombia.

La devolución del Tesoro Quimbaya

En este caso, aunque el museo ha realizado varios informes contrarios a su devolución, el ministro se limitó a decir, cuando su grupo le preguntó por su situación, que «el Instituto Colombiano de Antropología e Historia y el Museo de América están trabajando en propuestas concretas de cooperación técnica», tal y como recogió el diario ABC el pasado 6 de diciembre.

Y ayer Urtasun aseguró que está revisión «ya está incorporada como eje transversal en las programaciones temporales, por ejemplo, en el Museo Nacional de Antropología o el Museo de América». Añadía que «estos compromisos se traducen en un proceso de revisión de las colecciones de los museos estatales dependientes del Ministerio de Cultura» y que «el objetivo, por lo tanto, es seguir avanzando en la línea que han abierto otros museos españoles y europeos».

Urna cineraria del Tesoro de los Quimbayas, custodiado por el Museo de América.
Urna cineraria del Tesoro de los Quimbayas, custodiado por el Museo de América.

Para Javier Aparicio, mexicano y propietario de la galería El Chico en Madrid, surgen varios problemas a la hora de hablar de descolonización. «Desde mi punto de vista es quizás demasiado ambicioso hablar de eso en España, que es un país colonizador. Tiene que ser un proceso muy largo donde todo tiene que estar súper dialogado y con muchísimas voces. Tenemos que tener cuidado de lo que forma parte de la historia porque, por ejemplo, el Reina Sofía no está en el mismo lugar que el Museo del Prado, pero este es fundamental para la historia del arte mundial, no solo para la española, así que no estoy a favor de tocarlo», explica.

El peligro de borrar la historia

Porque, asegura Aparicio, el concepto de descolonización «tiene que ver más con el futuro que con el pasado». «Hay un punto muy delicado que tiene que ver con borrar la historia que sucedió y esta nos tiene que servir para no repetirla. Me parecería muy peligroso coger la descolonización para borrar un estigma. Si esa devolución está cimentada en borrar un estigma (se refiere al Tesoro Quimbaya), la pregunta debe ser: ¿El gobierno colombiano va a hacer lo mismo que se ha hecho hasta ahora para que forme parte de la historia en común?».

«En vez de defender lo que tenemos nos encontramos con un enemigo dentro»

CÉSAR ANTONIO MOLINA

Desde El Independiente hemos hablado con un exministro de Cultura socialista, César Antonio Molina, que ha puesto el grito en el cielo ante la propuesta. «Esto entra dentro de la política actual del sanchismo y del comunismo de Sumar, ni los comunistas en la Guerra Civil hicieron lo que pretende hacer este comunista hoy. En vez de defender lo que tenemos nos encontramos con un enemigo dentro», asegura.

Y añade que «es todo parte de la destrucción de este país en el que una de las patas fundamentales es la cultura». «Los independentistas ya avanzaron mucho en el tema de la cultura utilizando el idioma como arma arrojadiza y quedándose con todos los museos para contar su propia y fantasiosa historia», continúa.

Para Molina, «la idea de nación y de estado común» se ve amenazada y no nos damos cuenta de que «la política no son sólo debates económicos, sociales o de gestión sino que la cultura es fundamental». «Millones de personas de todo el mundo pasan por estos museos y les vamos a decir que todo lo que hicimos o estuvo mal o no existió».

Sémper: «¿En qué museo español se hace un relato colonialista?»

En el ministerio, por su parte, aseguran que es algo que ya se ha llevado a cabo a nivel autonómico y por partidos de ideología opuesta a la suya. Ponen el ejemplo de unas jornadas que se celebraron el año pasado en Sevilla bajo el paraguas de la Junta de Andalucía donde con el título Descolonizar la educación a través de nuestros museos y sus patrimonios: la experiencia del proyecto europeo Echoes se preguntaban cómo se podía llevar a cabo.

Desde el Partido Popular, su portavoz y vicesecretario de Cultura, Borja Sémper, cree que esta medida es un intento de «importar forzadamente un debate que existe en otros países por una cultura revisionista y que en España no ha tenido por tradición ni por historia y que ahora no tiene encaje».

Y lanza una pregunta: «¿En qué museo español se hace un relato colonialista de la historia?» porque para él como mucho podemos tener una pieza en el Museo de América «pero no hay ni una solo institución en la que nos encontremos con un relato colonialista, por lo que esto responde a una posición exclusivamente ideológica, a un dogmatismo exagerado». «No tenemos columnas del Partenón, nuestra realidad no es la de otros países», sentencia.