Federico X, nuevo Rey de Dinamarca, promete ser un antídoto contra la división

La Reina Margarita II confirma su abdicación con la firma de la correspondiente declaración en el Parlamento de Copenhague, en el Palacio de Christiansborg

La proclamación de Federico X de Dinamarca, en imágenes

La felicitación de los Reyes de España a Federico X de Dinamarca en el inicio de su reinado

El Rey Federico X comenzó el domingo su primer discurso como nuevo monarca de Dinamarca, desde el balcón del castillo de Christiansborg y en medio de un gran júbilo, con palabras de agradecimiento para su madre, la Reina Margarita. «Para siempre, será recordada como una regente fuera de lo común», reconoció, antes de perfilar lo que será su reinado, enfocado al futuro y a reunir a los daneses en torno a un núcleo más poderoso que la polarización que los separa. «Mi esperanza es convertirme en el rey de la unificación y del mañana», dijo, anunciando que asumirá esa responsabilidad sobre sus hombros «con respeto, orgullo y con gran alegría».

«Necesito todo el apoyo que pueda recibir de mi amada esposa, de mi familia, de ustedes y de aquel que es más grande que nosotros», dijo. «Afronto el futuro con la certeza de que no estoy solo». Y terminó con el que será el lema de su reinado: «Unidos, comprometidos, por el Reino de Dinamarca».

En el balcón, el Rey Federico estuvo acompañado por su esposa, la Reina María, y los cuatro hijos de la nueva pareja real, Christian, de 18 años, Isabella, de 16, y los mellizos Vicente y Josefina, de 12, después de que la primera ministra Mette Frederiksen lo proclamara con las palabras: «El Príncipe heredero, que ahora será nuestro regente, es un Rey que conocemos, un Rey que nos importa y un Rey en el que confiamos… ¡Viva Su Majestad el Rey Federico X!». Hasta dos veces salieron los seis al balcón, entre los insistentes aplausos de los miles de daneses que llenaban la plaza de Christiansborg, mientras agitaban banderas danesas y lanzaban los habituales «hurra». Federico se echó la mano al corazón en señal de agradecimiento e incluso besó en los labios a su esposa, para alegría del pueblo. Después, los nuevos Reyes abandonaron el castillo en carroza, la misma que había ocupado horas antes la Reina Margarita para dirigirse a Christiansborg.

Miles de personas acudieron a la plaza del castillo, tantas que, apenas una hora antes de que el Rey saliera al balcón, la Policía tuvo que cerrar el acceso a la zona y animar a la gente a no presionar en dirección a las vallas de seguridad para evitar indeseados accidentes. «Hoy es un día histórico para Dinamarca y quería que mis hijos estuviesen presentes, que viesen esto con sus propios ojos, para que lo recuerden durante toda su vida», explicaba su presencia Joachim, padre de familia y profesor de colegio. «Siempre pensé que la Reina Margarita seguiría en el trono hasta su muerte, pero es mejor así: no tenemos que lamentar que se vaya para alegrarnos por el nuevo Rey y si ella ha tomado esta decisión podemos tener la tranquilidad de que todo ocurre como ella deseaba», añadía Beatrix, una jubilada que celebraba haber vivido en persona dos proclamaciones reales en su país.

Disputa enconada

«En una sociedad que quizá está muy dividida, es el discurso correcto», reconocía el domingo el periódico danés ‘Politiken’. La última campaña electoral, en noviembre, mostró lo enconado de la disputa política en torno a asuntos como la gestión de la inmigración y las reformas de la estructura del Estado. La portavoz del Partido Popular Socialista, Signe Munk, hizo el domingo un llamamiento a modernizar la familia real. «Contemplamos que el Consejo de Estado debe ser abolido. No hay razón para que los ministros y gobernantes dediquen a él su valioso tiempo, no toma decisiones y tiene un carácter únicamente ceremonial», dijo, en referencia al mismo Consejo ante el que Margarita II había firmado su abdicación y el traspaso de la Corona. La primera ministra Mette Frederiksen también lo ha criticado, al igual que varios de sus colegas de partido, al menos en su forma actual.

En el balcón, el Rey Federico estuvo acompañado por su esposa, la Reina María, y los cuatro hijos de la nueva pareja real

Al tratarse de una proclamación, y no de una coronación, no fueron invitadas las Casas Reales europeas. Los Reyes de España, Felipe VI y Letizia, felicitaron por carta con «el mayor afecto personal» y «los mejores deseos» a Federico X.