El Papa comparte almuerzo con 1.200 pobres en su Jornada Mundial

«Pensemos en los pobres invisibles, cuyo grito de dolor es sofocado por la indiferencia general de una sociedad muy ocupada y distraída», ha dicho Francisco

El Papa almuerza con 1.500 pobres en su Jornada Mundial

El Papa Francisco ha almorzado este domingo en el Vaticano junto a 1.200 personas ‘sin techo’, emigrantes, familias que no llegan a fin de mes y discapacitados en situación de abandono, para conmemorar la Jornada Mundial de los Pobres. Han cocinado para ellos reconocidos chefs con estrellas Michelin del Hotel Waldorf Astoria de Roma, quienes han regalado con mucho gusto este almuerzo a sus particulares invitados.

El menú y el elegante servicio de camareros ha sorprendido también este año a los comensales en el aula Pablo VI, el gran salón de audiencias del Vaticano. De primer plato se han servido canelones rellenos de ricota y espinacas, en salsa de queso parmesano. De segundo, albondiguitas de carne blanca saltadas, con crema de tomates de San Marzano y albahaca, con puré de coliflor (se ha evitado el cerdo, para que puedan participar también musulmanes). De postre, tiramisú y pastelitos.

Mientras una orquesta interpretaba una pieza de música clásica, Francisco ha entrado caminando, ayudándose de un bastón, y se ha detenido cada pocos pasos para hacerse ‘selfies’ y fotos y bendecir a los niños. El Pontífice ha comido lo mismo que los demás invitados. En cada sitio había preparado un servicio de cubierto, una botellita de aceite, refrescos y un trozo de pan.

También en las demás mesas estaban sentados sin distinción voluntarios y asistidos, familias y personas solas, monseñores y gendarmes. Es la séptima edición de esta jornada que lanzó el Papa Francisco tras reunirse con personas sin hogar en el jubileo de la misericordia del año 2015. Este sábado en redes sociales el Papa explicaba el sentido de la convocatoria: «Sería muy significativo si, en la Jornada de los Pobres, compartiésemos la comida dominical con quien carece de lo necesario: si en torno al altar del Señor somos conscientes de que todos somos hermanos y hermanas, ¡cuánto más visible sería esta fraternidad!».

«La pobreza es invisible»

Como otros años, el Papa primero ha celebrado la misa para ellos en la basílica de San Pedro. Allí ha mencionado las «pobrezas materiales», pero también las «culturales y espirituales de nuestro mundo». «La pobreza es pudorosa, se esconde. Por eso, debemos ir a buscarla, con valentía. Pensemos en cuántos están oprimidos, cansados, marginados, en las víctimas de las guerras y en aquellos que dejan su tierra arriesgando la vida, en aquellos que están sin pan, sin trabajo y sin esperanza», ha subrayado. «Pensemos en las existencias heridas que habitan en nuestras ciudades, en los pobres que se han convertido en invisibles, cuyo grito de dolor es sofocado por la indiferencia general de una sociedad muy ocupada y distraída», ha solicitado.

Además del almuerzo de este domingo, a lo largo de esta semana se ha prolongado el horario del ambulatorio del Vaticano junto a la columnata vaticana para personas sin recursos, y 50 médicos, enfermeros y voluntarios han ofrecido gratis consultas médicas, ecografías, análisis de sangre, vacunación y fármacos.

La idea del Papa es que la Jornada no se limite a la sensibilización de la pobreza, sino a transcurrir un poco de tiempo grato con personas desfavorecidas. Como resultado de estas jornadas han surgido duchas, depósitos de ropa, refugios en numerosas ciudades.

Tres millones de hogares, bajo el umbral de la pobreza

La inflación, la subida de precios en Europa a causa de la guerra en Ucrania, la crisis migratoria y las consecuencias del Covid 19 han aumentado las dificultades para miles de personas también en España. Por ejemplo, en junio pasado, Caritas explicó que «la tarjeta monedero con una carga de 80 euros que se entrega a las familias para la compra de alimentos, les alcanzaba para dos semanas en 2021. En 2022, como consecuencia de la crisis inflacionaria, el mismo importe se agota en una semana».

También Caritas reveló hace dos semanas que tres millones de hogares españoles, (16,8%) quedan por debajo del umbral de la pobreza severa una vez pagado los gastos de vivienda, suministros y alimentación.

Por otro lado, en el Ángelus del domingo, el Papa ha recordado que ayer fueron beatificados en Sevilla varios mártires de la guerra civil. Se trata de Manuel González-Serna, sacerdote diocesano y diecinueve sacerdotes y laicos. «Dieron testimonio a Cristo hasta el final. Que su ejemplo reconforte a los muchos cristianos que en nuestro tiempo son discriminados por su fe. ¡Un aplauso para los nuevos beatos!», ha dicho Francisco.

También ha mencionado « a la querida población de Myanmar, que desafortunadamente continúa sufriendo a causa de violencias y agresiones». Ha pedido oraciones por Ucrania y por la guerra entre Hamás e Israel. «La paz es posible. Hace falta buena voluntad. ¡No nos resignemos a la guerra! Y no olvidemos que la guerra siempre, siempre, siempre es una derrota. Solamente ganan los fabricantes de armas», ha subrayado.

«Y en este día recordemos también a todas las víctimas de la carretera: recemos por ellos, por sus familiares y comprometámonos para prevenir los accidentes», se ha despedido.

«Grito de dolor de los necesitados»

Durante la misa en la basílica de San Pedro el Papa Francisco , aquejado de dolor de rodilla, lo que le ha obligado a oficiar la ceremonia sentado, ha recurrido a «la parábola de los talentos» para explicar la importancia de que «cada uno de nosotros, según las propias capacidades y posibilidades», ayude a los que menos tienen con el gran ‘capital’ que ha sido puesto en nuestras manos: el amor del Señor».

«En esta Jornada Mundial de los Pobres la parábola de los talentos nos sirve de advertencia para verificar con qué espíritu estamos afrontando el viaje de la vida. Hemos recibido del Señor el don de su amor y estamos llamados a ser don para los demás», ha enfatizado. «Si no multiplicamos el amor alrededor nuestro, la vida se apaga en las tinieblas», ha insistido.