El árbol de los enchufes familiares de Pedro Sánchez

El Debate avanza la prepublicación de un capítulo del libro El gran impostor, escrito por el periodista Carlos Cuesta y publicado por la editorial La Esfera de los Libros

Quien diga que Pedro Sánchez no apoya a la familia es que no lo conoce. Él apoya a la familia más que nadie. A la suya. Desde su mujer, hasta su hermano, pasando por sus padres. Todos han sentido el respaldo de su Administración. Y en los peores momentos. Si el hermano, con nombre camuflado, no era reconocido en su valía musical, allí estaba Pedro Sánchez para animarle. Que Begoña Gómez no tenía estudios suficientes para ocupar cargos en la universidad, pues todo se arreglaría cuando Sánchez llegara al poder. Que llegaba una crisis general y asomaba por la puerta de los negocios de sus padres, pues allí estaba el ICO para ayudar. Todo eso y mucho más cuenta el libro El gran impostor, que el periodista Carlos Cuesta publica esta semana en La Esfera de los Libros.

Lluvia de ayudas ICO para el gestor del negocio de los padres

Pedro Sánchez llegó a La Moncloa entre mayo y junio de 2018. Y justo esa fue la fecha del inicio de una lluvia de ayudas al entramado gestor de los negocios de sus padres, que ascendió a nada menos que 701.741,22 euros en tan sólo 15 meses. El destinatario no fue la empresa de sus padres. La fórmula estuvo mejor pensada. Desde junio de 2018, Industrias Plásticas Playbol SL, una compañía dedicada a la fabricación de plásticos, recibió hasta 11 subvenciones. El concepto de la mayoría de ellas tenía como fin «paliar los efectos del coronavirus». Efectivamente, la mayoría se concedieron durante la pandemia. El financiador mayoritario fue el Instituto de Crédito Oficial (ICO), dependiente del Ministerio de Economía, a cargo de la ministra y vicepresidenta Nadia Calviño, y que, también por casualidad, fue el mismo ministerio que mayoritariamente apuntaló con ayudas la consultora donde trabaja el marido de la propia Calviño. En este segundo caso las ayudas fueron incluso superiores. El Ministerio de Asuntos Económicos inyectó por su lado 963.708,26 euros en ayudas públicas a la consultora tecnológica Beedigital, donde Ignacio Manrique de Lara, marido de la vicepresidenta, trabajaba como alto directivo. Estas ayudas también fueron financiadas por el Instituto de Crédito Oficial con el objetivo de «paliar los efectos del coronavirus».
Portada de 'El gran impostor'

Portada de ‘El gran impostor’La Esfera de los Libros

Por su parte, Pedro Sánchez Fernández y Magdalena Pérez-Castejón Barrios habían creado en 1977 la empresa Playbol SA. Una empresa instalada en un polígono industrial del municipio madrileño de Algete que ha acabado gestionad por Industrias Plásticas Playbol SL. En el momento de recibir las ayudas, para colmo, el padre de Sánchez seguía apareciendo en las inscripciones oficiales como administrador único de Playbol SA, cargo en el que fue renovado el 13 de septiembre de 2019, mientras su madre figuraba como apoderada desde el año 2010. Todo ello mientras ellos afirmaban que el negocio lo gestionaba ya Industrias Plásticas Playbol SL.
Las ayudas públicas fueron a la SL y la SL pagaba a la SA de los padres de Sánchez una renta en concepto de alquiler de inmuebles empresariales. Todo ello, según la versión oficial.

Apoyo al negocio de Begoña Gómez con acuerdos internacionales

El segundo capítulo de este culebrón de apoyo familiar de Pedro Sánchez tiene el nombre de Begoña Gómez. En los últimos años, la mujer del presidente no ha dudado en presentarse en foros públicos como persona de referencia en la «captación de fondos públicos europeos». Con publicidad y con enfoque empresarial, se ha ofrecido como asesora para acceder a fondos sociales, ayudas comunitarias o fondos para el desarrollo de proyectos de ONG. Fondos cuyo principal motor es el Gobierno de su propio marido.
La mujer de Pedro Sánchez, además, empezó a dirigir másters de la Universidad Complutense en 2015. Su marido se hizo con la primera Secretaría General del PSOE el 26 de julio de 2014. Begoña Gómez lo hizo pese a tener menos titulaciones que sus alumnos. Sus alumnos sí tienen la obligación de contar con una licenciatura que avale oficialmente su capacitación como universitarios, pero eso no fue un problema para ella.
La presentación del máster deja constancia de la vía usada por la conocida universidad madrileña para sortear la falta de titulación de Gómez: contratarla para másters no oficiales y, además, como codirectora, de manera que siempre había otra persona que cumplía con los requisitos. De este modo, la universidad contrató a Begoña Gómez para codirigir el máster no oficial en Fundraising. Además, la gestión del máster se encomendó a un centro de la Complutense con dirección propia: el Centro Superior de Estudios de Gestión. Para terminar de rizar el rizo, la dirección del centro corrió a cargo de Paloma Román Marugán, persona que tuvo su momento de fama por haber sido profesora de Pablo Iglesias y presidenta del tribunal de la tesis doctoral del líder de Podemos.
Pero la cosa fue a más, y la Complutense, a la vista de que Gómez estaba por la labor de seguir acumulando cargos, le asignó, con la misma falta de formación, nada menos que la Dirección de la Cátedra Extraordinaria de Transformación Social de la Universidad Complutense de Madrid, que integraba un máster adicional, con lo que ya eran dos.
Y, en medio de todo este inusitado auge académico, se produjo la entrada de Begoña Gómez en el Africa Center del IE. Su incorporación fue comunicada en agosto de 2018, dos meses después de que Pedro Sánchez llegase a La Moncloa. Su cargo en la institución del Instituto de Empresa era el de dirigir el recién creado Africa Center. En la presentación se destacó que Gómez contaba en su CV con veinte años de experiencia en consultoría y docencia, y que había ocupado un cargo directivo en Grupo Inmark. ¿A qué experiencia docente se refería?, pues a la del cargo de codirectora del Máster en Fundraising Público y Privado para Organizaciones sin Ánimo de Lucro, montado en el Centro Superior de Estudios de Gestión de la Universidad Complutense de Madrid. Es decir, al cargo que obtuvo Gómez tras la primera victoria de Sánchez en la Secretaría General del PSOE.

David Azagra, el hermano camuflado de Sánchez

El colofón a este auge familiar lo puso David Azagra, nombre falso del que no es sino el hermano de Pedro Sánchez. Su nombre sí es David, pero su apellido no es Azagra. Se le buscó un puesto de coordinador de Conservatorios en Extremadura, terreno amigo —donde mandaba por aquellas fechas Guillermo Fernández Vara— y buen lugar para colocar encargos. El puesto suponía el cobro de 41.231 euros. Y el cometido se creó para David en 2017. Un cometido un tanto llamativo porque, coordinar, lo que se dice coordinar, es imposible coordinar menos: son dos conservatorios. Y uno, evidentemente, no hubiese sido posible coordinarlo consigo mismo.
David Azagra Sánchez Pérez-Castejón pasó a ser el primer coordinador de los dos conservatorios de Badajoz. Para colmo, la distancia que los separa es de 130 metros, cerca de un minuto caminando, con lo que tampoco por esa vía debía notarse el exceso de trabajo coordinador. Y, como no podía ser de otra manera, los dos conservatorios eran más bien uno, pero repartido en distintas fases de formación. Eso sí, David Azagra aprovechó el tiempo para dar rienda suelta a su faceta más creadora, y decidió aprovechar su poder y mando para estrenar una ópera en Badajoz: tuvo una actuación y costó 133.361 euros. El L’elisir d’amore, de Donizetti, posiblemente, más caro de la historia de la ópera.

Apoyo: Marruecos

Las consecuencias de la política de Pedro Sánchez han dejado una profunda huella en la relación con Marruecos. España ha perdido su predominio sobre el Sáhara y, simultáneamente, su carácter de socio preferente energético de Argelia. Todo ello mientras Marruecos no ha dejado de reivindicar las españolas plazas de Ceuta y Melilla.
Resulta imposible explicar este grado de sumisión sin un elemento sobre el que nunca ha dado explicaciones ni el presidente, ni su mujer, Begoña Gómez: las relaciones empresariales con Marruecos de la mujer de Gómez, algo que se cruzó temporalmente con el espionaje del móvil presidencial admitido por la propia Moncloa y que las filtraciones oficiales salidas de Presidencia se encargaron de imputar a una presunta autoría de Marruecos.
España no tenía motivo para cambiar su política con respecto a Marruecos. Y hay que recordar que, recién llegado Pedro Sánchez al control del PSOE, Begoña Gómez, sin titulación universitaria oficial, comenzó una carrera académico-empresarial impresionante. El Africa Center, un centro que depende de la Fundación Instituto de Empresa (IE), fichó como directora a la mujer de Sánchez. Y Gómez aprovechó este cargo para tejer una amplia relación con el APD Marruecos, un centro marroquí de formación de altos ejecutivos.
El periodista Carlos Cuesta

El periodista y autor de ‘El gran impostor’ Carlos Cuesta

Y con ese foco de contactos había trazado una alianza estratégica la mujer del presidente.