Las torres del Pilar comenzarán a cubrirse de andamios el lunes y las obras durarán dos años

Los trabajos de rehabilitación se extenderán durante los dos próximos años.

La única que no estará en obras es la de San Francisco, la que tiene un ascensor

«El Pilar no se está hundiendo, pero sí que hay que ser prudentes»

La basílica del Pilar, el símbolo arquitectónico de Zaragoza y reclamo turístico por excelencia de la capital aragonesa, lleva meses alertando de que necesita atención. En el último año se han desprendido tres cascotes de dos de las torres, y en otra se han detectado daños en las cornisas y otros elementos. Tras los requerimientos del ayuntamiento, el cabildo tiene listo ya el proyecto para la restauración del templo, que comenzará la semana que viene. El lunes se iniciará el montaje de los andamios, que permanecerán instalados durante dos años, aunque no en todas las torres.

La torre que más escondida permanecerá tras el andamiaje es la de Nuestra Señora del Pilar, que es la situada en la esquina entre la plaza y el edificio del ayuntamiento.

En torno a esta torre se instalará un andamio que escalará hasta los 67 metros de altura de los 98 que tiene la construcción, mientras que en la torre de Santiago (en la plaza pero en el lado opuesto al ayuntamiento) y la de Santa Leonor (pegada a la casa consistorial en la parte de Echegaray y Caballero), la estructura metálica que permitirá a los restauradores trabajar alcanzará los 35 metros.

Así, la instalación de los andamios comenzará el lunes pero el proceso se irá completando conforme pasen las semanas. La previsión es que la torre de Santiago pueda librarse del armazón metálico en octubre, para las Fiestas del Pilarpero los trabajos de restauración en las otras dos torres se alargarán más en el tiempo hasta llegar a los dos años.

El cabildo del Pilar cumple así con los plazos establecidos por Urbanismo, que desde que se desprendió la primera piedra en mayo del año pasado ha requerido en varias ocasiones que se revise el estado del edificio y que se actuase allí donde hiciera falta. Las obras supondrán una inversión de alrededor de tres millones de euros y serán ejecutadas por la empresa GJG, la misma que recientemente realizó una reparación en una zona de la cubierta del templo que estaba dañada por filtraciones de agua.

Impacto visual

Dado el impacto visual que tendrá cubrir tres de las cuatro torres con andamios en el edificio más representativo de la ciudad, el concejal en funciones de Urbanismo, Víctor Serrano, ya anunció hace algunas semanas que se reuniría con los responsables del Gobierno de Aragón para tratar de mitigar los efectos negativos en el turismo que tendrá la restauración del edificio. Serrano habló ya entonces de cubrir los andamios con lonas con la imagen del templo, como suele hacerse en los procesos de rehabilitación de construcciones icónicas.

La última vez que el Pilar se sometió a una intervención similar fue en el año 2005, cuando parte de las fachadas, las cúpulas y una de las torres estuvieron cubiertas por andamios para realizar trabajos de restauración. Pero no han pasado ni 20 años y el templo vuelve a mostrar síntomas de desgaste, en parte por el efecto de las altas temperaturas y el viento.

Fue en mayo de 2022 cuando se desprendió la primera piedra de las tres que han caído del templo en el último año. Fue desde la torre de Santa Leonor, la misma desde la que cayó otra piedra de «dos o tres kilos de peso» hace tan solo dos semanas. En septiembre, además, se desprendió otro elemento desde la torre de Nuestra Señora del Pilar, y desde entonces lleva vallada.

El resto de las torres se han vallado recientemente después del último desprendimiento. Primero se colocó una cerca provisional, que esta semana se está sustituyendo por otra más estable y que impide tanto el paso como la visión al otro lado.

Las torres del Pilar estarán semiocultas durante dos años en los que Zaragoza no será la misma.