El PP roza los 150 escaños a costa de Vox frente a 94-96 del PSOE

Feijóo llega a los 147 diputados, con una subida de más de tres millones respecto a 2019. El PSOE sigue entre 94 y 96

El PP se dispara a nivel nacional hasta los 145/147 escaños después de haber ganado las elecciones autonómicas y municipales. Es el partido que más ventaja sigue cogiendo con respecto a las demás formaciones, y en este sondeo de NC Report de junio gana terreno también a costa de Vox. En la encuesta de mayo, previa al 28M, la formación de Santiago Abascal estaba en la horquilla de 40-42 diputados, mientras que ahora baja hasta los 39-41 frente a los 52 que consiguió hace cuatro años.

Las elecciones del 28M confirmaron la extinción de Ciudadanos (Cs), hasta el punto de que este partido ha anunciado que no concurrirá a los comicios del 23-J. En la operación voto útil en la que sigue centrada la campaña del PP para las generales el objetivo es doble, el PSOE, y también Vox, partido que aguantó en autonómicas y municipales y del que dependen gobiernos clave como el de la Comunidad Valenciana o Extremadura, aunque haya dejado ser decisivo en la Comunidad de Madrid y en Andalucía.

Podemos y Sumar, por separado, alcanzarían entre 26 y 29 diputados frente a los 38 que ostentó en esta Legislatura Unidas Podemos en el Parlamento.

La suma de la derecha roza los 190 escaños (184 en su horquilla más baja y 188 en su horquilla más alta). Y la coalición que hoy sigue en el Gobierno llegaría hasta los 120-125 escaños, sin opciones de reeditar la investidura de Pedro Sánchez con el apoyo de sus socios actuales.

La negociación dentro de la izquierda está abierta en canal, y, a la espera de si se confirma que hay o no fumata negra, estos días lo que se ha empezado a visualizar es una estrategia de Moncloa de marcar distancias con Yolanda Díaz y Sumar.

Los resultados del domingo han dado la vuelta a la estrategia central del Gabinete de Sánchez y, de impulsarla y apoyarla, los gurús del presidente del Gobierno han invertido el relato para entrar en una campaña contra la división y el ruido de la izquierda a la izquierda de ellos. La salida del Gobierno la tienen como primera opción del 23J, y lo que buscan ahora es el voto útil, y que el legado de Sánchez, el grupo parlamentario que quede en el Congreso, sea lo más digno posible.

De momento, ya han empezado a dar forma al discurso que sostiene que la posible pérdida del poder será consecuencia de los partidos a su izquierda, y no de las siglas socialistas. Éstas, después de quedarse en los «huesos» en su poder autonómico y municipal, cierto es que aguantan con respecto a la última encuesta de NC Report previa a la celebración de las elecciones del 28M.

Entonces el PSOE se movía en la franja de los 91-93 escaños, por lo que ahora mejoraría en tres diputados con respecto a aquella proyección.

Sumar, según la encuesta, se quedaría muy por debajo de las expectativas creadas, al no alcanzar ni siquiera los resultados que obtuvo Unidas Podemos en los últimos comicios. Además, la izquierda dividida también se mantiene a una distancia considerable en la competencia con Vox por el tercer puesto, una posición que privilegia en el reparto de escaños de acuerdo con la proporcionalidad establecida en la Ley D´Hont.

Entre los partidos nacionalistas e independentistas, la fotografía después del 28M no cambia. Hay un escaño bailando entre ERC y Junts, a favor del partido de Carles Puigdemont, y otro escaño también bailando entre PNV y Bildu, esta vez a favor del partido de Arnaldo Otegi.

Después de la votación del domingo, la realineación del electorado ha variado ligeramente. El voto socialista que se fuga al PP alcanza el 11,3 por ciento, con una abstención que se sitúa en el 6,9 por ciento. El PP sigue siendo, con diferencia, el partido con una mayor fidelidad de voto. Vox se deja hasta un 23,4 por ciento de votantes de hace cuatro años en las siglas del PP, siendo su agujero de fuga más grande.

En Unidas Podemos, hasta un 47,1 por ciento de sus votantes dicen que hoy apoyarían a Sumar, y llama la atención que es mucho más alta la cifra de votantes que se van a la abstención, el 13,7 por ciento, que los que darían un paso adelante para apoyar al PSOE, solo el 6,4 por ciento.

La participación prevista en esta encuesta bajaría 0,72 puntos con respecto a las anteriores elecciones de diciembre de 2019. La logística de unos comicios en pleno mes de julio ya ha abierto el debate sobre si no sería necesario modificar el horario de apertura de los colegios electorales. De acuerdo con esta encuesta, la incidencia en la participación es de menos de un punto, pero las cifras en el reparto de escaños anticipan que perjudica más a la izquierda que a la derecha, que está plenamente movilizada.

Moncloa intentará agitar a su electorado con las negociaciones entre PP y Vox para formar gobiernos autonómicos y convirtiendo en mantra de su discurso electoral la idea de que Feijóo solo puede gobernar en coalición con Abascal. Es el mismo guion que utilizaron en Andalucía y que terminó beneficiando a Juan Manuel Moreno hasta darle la mayoría.