España defiende un papel estratégico de Iberoamérica en asociación con la UE

El Rey defiende los principios democráticos como valor incuestionable en un contexto de inestabilidad política en la región

Pedro Sánchez aboga por la ratificación de los acuerdos comerciales pendientes con la Unión Europea para crear condiciones más favorables a las inversiones

Feijóo critica las reuniones con gobernantes «autócratas» y el Gobierno le llama «ignorante»

El refuerzo de la asociación política y económica entre los países europeos y la región iberoamericana es la gran ambición de España y el objetivo más nítido que se está expresando durante la Cumbre Iberoamericana que se celebra en República Dominicana. Una pretensión justificada por los vínculos históricos y las potencialidades económicas. Pero que se hace muy trascendente en una doble dirección.

Los escenarios de inestabilidad global, que en Europa tienen el foco puesto en el origen de buena parte de esa incertidumbre: la invasión rusa de Ucrania. Y en la región iberoamericana por el vuelco político en el continente, con distintos episodios de cuestionamiento democrático y con unas consecuencias económicas derivadas primero de la pandemia y luego de esa a priori lejana guerra en Europa, pero que tiene un gran impacto en la región por el aumento del coste de las materias primas y la subida de tipos de interés en Estados Unidos.

En su discurso en el plenario de la cumbre, el Rey ha defendido que el respeto a los Derechos Humanos «y las relaciones pacíficas entre los Estados» forman parte del acervo iberoamericano «junto a la defensa de la democracia y el Estado de Derecho».

Felipe VI, que ha celebrado la «continuidad, regularidad e intensa actividad de estas cumbres» ha insistido varías veces en esos principios, en un momento de enorme inestabilidad en la región y con muchos países experimentado drásticos cambios políticos, el Rey ha defendido como principios y valores comunes «la democracia, el Estado de Derecho, los Derechos Humanos, las libertades fundamentales, la justicia social y el multilateralismo».

El Rey ha defendido que «en un mundo tan convulso como el de hoy», los países de la comunidad iberoamericana «deben mantenerse unidas y hacer oír su voz en la defensa de estos principios y valores universales». Ayer, en su discurso de clausura del foro empresarial defendió la necesidad de «marcos de estabilidad» para facilitar las inversiones económicas. Hoy ha reforzado esos planteamientos con sus reiteraciones sobre los principios democráticos: «El siglo XXI será el de nuestro mayor despegue, como un gran espacio de desarrollo pacífico, de crecimiento, cohesión y bienestar, de unos países plenamente democráticos en los que impere, con todo su esplendor y garantías, el Estado de Derecho».

España entiende que un refuerzo de las relaciones con el continente americano es fundamental en el contexto de alejamiento de Rusia, que se entiende como estructural y no meramente coyuntural. En ese sentido, esta cumbre que se celebra en la capital dominicana está sirviendo también como previa de la cumbre UE-CELAC que se celebrará en Bruselas en el mes de julio ya durante la presidencia española del semestre europeo.

Sánchez comienza hablando de Ucrania

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha querido arrancar su discurso en el plenario de la Cumbre Iberoamericana que se celebra en República Dominicana refiriéndose al «contexto de extraordinaria incertidumbre» derivado por la invasión de Ucrania: «España condena en términos más enérgicos la guerra contra Ucrania».

Toda la cumbre se desarrolla bajo las consecuencias de la guerra, que encadenada con la pandemia ha provocado que la tasa de pobreza en la región alcance al 32% de la población. Sánchez ha defendido en su discurso la puesta en marcha de instrumentos de cooperación para impulsar a los países de renta media. Aunque precisamente la cumbre no ha terminado de cerrar un consenso en este sentido.

Sánchez ha reivindicado «una Iberoamérica más estratégica, con voz propia en el mundo». España quiere servir como puente para fortalecer el vínculo con Europa: «Tiene mucho potencial la relación con la UE», ha dicho el presidente del Gobierno. Que busca que durante la presidencia europea que corresponde a España en el segundo semestre se pueda «establecer un diálogo político regular» caracterizada por una «agenda compartida de inversiones» y la «ratificación» de los acuerdos comerciales pendientes, como el de la UE con Mercosur.