Con el fin de las obras y la retirada de las vallas, la calle de San Miguel ha recuperado su trasiego peatonal y empieza a ver cómo se reactiva su vida comercial. La reforme integral, en la que el Ayuntamiento de Zaragoza ha invertido más de un millón de euros, la ha transformado en un paseo con prioridad peatonal y sin barreras arquitectónicas.
De su trazado han desaparecido los altos bordillos, los socavones o los parches de asfalto. La nueva vía cuenta ahora con una plataforma única y con elementos vegetales que mejoran su calidad ambiental y estética.
A la inauguración ha asistido el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, que ha destacado que para él la calle de San Miguel “es una calle especial” y que la inversión ha permitido un “cambio radical”:
“Todos los vecinos me recuerdan que este tramo, que tenía tráfico rodado, era una auténtica montaña rusa y era muy complicado transitar por esta calle. Ahora es más segura, más espaciosa y está mejor iluminada”, ha sostenido.
Para Azcón, esta céntrica arteria es una calle “mucho más amigable que antes”, dado que se ha reducido el consumo de energía y cuenta con nuevos bancos y zonas verdes que “la hacen más atractiva que en el pasado”.
La consejera de Infraestructuras, Patricia Cavero, también ha conocido esta mañana el resultado de los trabajos en los que el Ayuntamiento de Zaragoza, a través de la sociedad municipal Ecociudad, ha invertido 1.022.625 euros para potenciar su carácter comercial.
MÁS AMPLITUD PARA PASEAR
La reforma se ha centrado en el tramo comprendido entre las calles Jerónimo Blancas y Comandante Repollés. La calzada y las aceras están situadas al mismo nivel, creando un espacio amplio y accesible para pasear. La plataforma única se ha pavimentado con losas grises e incorpora señalización podotáctil en tonalidades más oscuras para las personas con dificultades de visión.
Otro de los objetivos de la reforma era introducir vegetación. Para ello se han instalado grandes maceteros con arbustos y plantas de temporada ya que la normativa de Bomberos impide la plantación de nuevo arbolado.
Ello se debe a que la calle apenas tiene 7,5 metros de ancho y es necesario garantizar los espacios reglamentarios para desplegar escalas y que los servicios de emergencia puedan maniobrar. Los nuevos macizos florales complementarán así los árboles que existen en los cruces, que se han conservado.
Además cuentan con bancos integrados. Realizados en chapa de acero corten, hormigón y madera, esta solución ha permitido crear puntos de descanso a lo largo de todo el eje comercial que hasta ahora no existían.
HA SIDO NECESARIO EXCAVAR A CINCO METROS DE PROFUNDIDAD PARA RENOVAR EL SUBSUELO
La reforma integral de la calle San Miguel ha sido una obra muy compleja. Su estrechez y la mala calidad del terreno han hecho muy complicada la renovación de las tuberías de saneamiento que discurren por el subsuelo. Ha sido necesario excavar a cinco metros y medio de profundidad, sin posibilidad de utilizar gran maquinaria, lo que ha obligado a ir actualizando las técnicas a lo largo de la obra.
También se ha renovado toda la red de alumbrado público, lo que va a permitir reducir un 65% el consumo energético gracias a la instalación de tecnología led. Además se han eliminado las farolas de las fachadas ocasionaban luz intrusa en las viviendas.
MENOS TRÁFICO
Para dar prioridad al peatón y mejorar la seguridad vial, se han adoptado diferentes medidas que reducirán el tráfico de paso por San Miguel.
Únicamente se puede circular entre Hermanos Ibarra y Sancho y Gil, mientras que el acceso entre ésta última calle y Santa Catalina queda restringido a los garajes autorizados.
La calzada de los cruces se ha elevado para obligar a los vehículos a frenar cuando accedan a San Miguel.
Además el servicio de Movilidad ha cambiado el sentido de circulación de Sancho y Gil y el de Arquitecto Magdalena y Santa Catalina para facilitar el acceso a garajes desde la plaza de Los Sitios.
