I Consecuencias de tener un alma inmortal

Dios, que creó el mundo, dotando al hombre de un alma inmortal haciéndolo así a su imagen y semejanza y, no solo se Le hizo rey de la creación sino que también Le amó.

Tanto ama Dios a los hombres que envió a su Hijo único para salvarlos. Así se encarnó en María la Virgen y nació en Belén y lo conocemos como Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios.

Luego culminó la Redención muriendo en la Cruz y Resucitando al tercer día.

Consecuencia de todo lo expuesto el hombre puede pasar a pertenecer a la familia de Dios. Ser hijo de Dios y heredero del  Cielo al finalizar su vida en la tierra.

La esperanza del Cielo es consuelo para todos los que todavía permanecemos en este mundo y que añoramos a aquellos que ya no están junto a nosotros pero, sus almas siguen vivas. Estamos en la esperanza de que volveremos a vivir eternamente junto a ellos. Y allí seremos, completamente y para siempre, felices.

¿Por qué? Porque, hemos nacido para ser felices siempre. Ahora en la tierra y luego en el Cielo. Dios creó al hombre por amor y como padre de todos los hombres lo que quiere es que todos encontremos la felicidad.

Primero en la tierra. El Reino de los Cielos esta ya aquí en la tierra y lo podemos encontrar en cada uno de nosotros.

Luego en el Cielo en la casa del Padre Dios. Donde cada uno de nosotros tenemos nuestra morada.

II Otras consecuencias de tener un alma inmortal

Lo que has leído antes es lo más grande de la historia de la humanidad. Y por tanto de tu vida y de la mía. Es posible que te parezca una fantasía, una exageración.

Sabes que en todos los pueblos y a lo largo de la historia se ha hablado de Dios. A veces, incluso  de muchos dioses. Con diferentes nombres, no ha existido ningún pueblo sin su Dios y su religión.

También existen los que no creen y no han creído a lo largo de los tiempos. Y muchos han escrito sobre Dios en uno u otro sentido. Pero en el fondo lo que a todos preocupa es si hay o no otra vida después de esta. Es decir, si el alma es inmortal. Hasta muchos creen en la reencarnación. De todas formas, no creer es cuestión de fe. Por eso, lo que aumenta ahora es el número de agnósticos*. ¿Por qué? Porque toda creencia en algo, supone una fe. Y una fe tiene siempre consecuencias.

 Vamos ahora a continuar con nuestra fe en la inmortalidad del alma y con las consecuencias concretas que tiene ahora para cada uno de nosotros.

Creemos en Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios.

¿Nos relacionamos con Él?  –   Hablamos con Él  Le damos las gracias

Le pedimos perdón           Le pedimos por las personas que queremos

Le contamos lo que nos pasa  Le encomendamos nuestros proyectos..

Creemos en Dios nuestro Padre. Buscamos, cada día, hacer su voluntad. Le pedimos por todos los hombres nuestros hermanos. Sentimos todo su amor en nuestros corazones.

Creemos en el Espíritu Santo.  Espíritu de Amor que tiene que impregnar tus trabajos, tu familia, tus amigos y enemigos. Te dejas llenar de su Amor. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor     (1Jn4-8) y «el Amor el verdadero Amor no puede morir «.

No solo es eterno sino también infinito»

 

Creemos en la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.

Acudimos a ella para que interceda y nos acerque a Jesús su Hijo.

“A Jesús por María”.

Otro día te sugeriré cosas concretas para vivir tu fe.

Miguel Ángel Albás Mínguez

 

*Declara inaccesible al entendimiento humano todo conocimiento de lo divino y de lo que trasciende la experiencia‘, según la definición del diccionario académico. Por lo tanto, el agnóstico no afirma la existencia o inexistencia de Dios mientras estas no sean demostrables.    El argumento no parece muy razonable pero si que puede resultar muy cómodo. Pero, sin duda, también tiene consecuencias