El extraño comportamiento de los pájaros minutos antes del terremoto de Turquía

La comunidad científica asegura que no está demostrada la capacidad anticipatoria de los animales ante este este tipo de eventos, a pesar de algún estudio que la avala

Por qué no se puede predecir un gran terremoto: sabemos dónde pero no cuándo

Parecía como si lo supieran. Miles de pájaros revoloteaban nerviosos, comportándose de forma anómala minutos antes del gran seísmo. Turquía y Siria fueron el escenario este lunes de uno de los peores desastres naturales de su historia, cuando dos terremotos de magnitud 7,8 y 7,6 en la escala de Richter sacudieron su zona fronteriza, dejando un balance trágico de más de 5.000 muertos que se cree que puede llegar a ser muy superior.

Minutos antes de los temblores, algunos vídeos mostraban supuestamente el extraño modo de actuar de las aves, como augurando una amenaza que ni los mejores geólogos del mundo fueron capaces de predecir. Y es que los terremotos siguen siendo aún hoy los desastres naturales más difíciles de anticipar, con desastrosas consecuencias como el hundimiento de edificios, ciudades devastadas y un daño humano incalculable.

Eulalia Masana, catedrática de Geodinámica Interna en la Universidad de Barcelona (UB), explica a este diario que es imposible predecir con exactitud un gran seísmo. Que no existe ningún indicio detectable y que los geólogos trabajan con cálculos poco precisos, basados en el registro histórico y estimaciones por probabilidad. Los científicos conocen bien las zonas de mayor peligro, explica Masana, perola instrumentación actual no permite saber el momento en el que la deformación de la tierra liberará el cataclismo.

En cuanto al comportamiento animal viralizado, la catedrática sostiene que no está demostrada la capacidad anticipatoria de las aves ni otras especies ante estas situaciones, en las que, destaca, el ser humano ha avanzado muchísimo en su comprensión durante las últimas décadas, a pesar de que todavía se desconocen multitud de detalles.

Dudoso vídeo

Tampoco está muy claro, además, que el comportamiento de las aves en el vídeo difundido sea del todo anómalo. El profesor Daniel Sol, del Departamento de Biología Animal de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) sostiene que no ve nada raro en la actitud de estos animales en las imágenes citadas.

«Los pájaros del vídeo utilizan árboles como dormideros y entre tantos individuos es normal que haya algunos que aún no hayan decidido dónde dormir o que se hayan asustado por alguna razón (quizás porque otro individuo más dominante los ha echado fuera)«, explica el investigador a este diario.

«Si los individuos hubiesen detectado el terremoto, mi predicción es que se marcharían todos. Y no veo que lo hagan», apunta Sol, que piensa que aunque la actitud de las aves pudiera ser considerada anómala, ésta podría haber sido causada por cualquier factor y no necesariamente por el movimiento de la tierra.

Además, considera que aunque fuera cierto que lo que vemos es una respuesta al terremoto, tampoco sería «muy misterioso», puesto que detectar las pequeñas vibraciones previas a un terremoto grande es más fácil si estás sobre las ramas de un árbol que si estás sobre una estructura más sólida.

Anticipación animal

El número de anécdotas sobre el comportamiento inusual de los animales, previo a un movimiento sísmico, es inagotable: pájaros que dejan de cantar, perros que emiten aullidos, gatos que se refugian sin motivo. No existe unanimidad científica a la hora de vincular esta conducta con algún sentido altamente desarrollado, pero algunas instituciones como el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) consideran que existen evidencias suficientes para plantear el debate.

El estudio más reciente al respecto fue desarrollado en 2020 por Martin Wikelski, galardonado científico alemán del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal, que analizó los niveles de actividad de un grupo de animales domésticos (vacas, ovejas y perros) antes de varios terremotos, decretando que sus tiempos de anticipación variaban de una a 20 horas, con una relación inversamente proporcional a la distancia de los epicentros (de 5 a 28 km).

El estudio concluyó que existen «patrones estadísticamente confiables de actividad pre sísmica en animales« que podrían generar «información valiosa para la predicción de terremotos». Pero en todo caso esta capacidad estaría limitada a periodos muy cortos de tiempo, difícilmente útiles para salvar vidas. Entre los animales estudiados, los perros fueron los más sensibles, seguidos por las vacas, mientras que la actividad de las ovejas apenas cambió.

La gran mayoría de geólogos, por su parte, permanecen escépticos ante este tipo de estudios y consideran que es muy difícil que un animal detecte ondas sísmicas «que todavía no han llegado», por muy desarrollado que tengan algún sentido. Además, consideran que a las imágenes de los pájaros en Turquía les falta información, y su comportamiento alterado podría deberse a cualquier causa no registrada por la cámara.