España aspira a ser la meca del nuevo ‘oro líquido’ que destrone al petróleo

La investigación sobre el uso de la resina como alternativa al plástico se intensifica, al tiempo que su explotación recupera el pulso en nuestro país

La resina española tiene una gran calidad y está experimentando un ascenso en su demanda.

La resina se recolecta gota a gota con la paciencia de un oficio del pasado que tiene mucho futuro. Guillermo Arranz, ingeniero técnico forestal y vicepresidente de la Asociación Nacional de Resineros (ANR), además de pertenecer a una cuarta generación de profesionales de este sector, apunta que la resina puede llamarse ‘oro líquido’ porque es una forma natural de sustituir al petróleo. Es un producto muy versátil, sostenible y renovable. Y el corazón de esta oportunidad se encuentra principalmente en los bosques de Castilla y León. España tiene el mayor número de fabricantes de resina de Europa. Para la ARN, «la resina natural es un recurso forestal estratégico para muchas comarcas castellano leonesas como factor de dinamización económica, fuente de empleo rural, elemento de fijación de población y herramienta de conservación del propio patrimonio forestal y natural».

Su potencial se calcula de tal manera, que la miera –que es el nombre de la resina extraída del pinar– aporta el 65% de la materia prima necesaria para la industria química del pino a escala mundial. Una industria que tiene un volumen de negocio global en torno a los 10.000 millones de dólares, proporcionando más de 10.500 empleos industriales y cerca de 220.000 empleos para resineros de todo el mundo.

Para la ANR, «las favorables características sociales, ambientales y económicas de la actividad de extracción de la resina natural, y sus propiedades sitúan a la resina natural de Castilla y León en el centro de las nuevas tendencias bioeconómicas de la UE, la economía circular y del kilómetro cero». Arranz explica que «el proceso de resinación tiene varias etapas: de preparación quitando la parte externa de la corteza del pino, luego se practican unas incisiones en el árbol y se colocan unos recipientes donde se vierte la resina. Cada árbol puede producir de 3 a 4 kilos de resina».

Pero este revivir de la resina conoció épocas mejores. «Hubo un ‘ boom’ de su uso en España en los años sesenta hasta los noventa. Por entonces, entraron producciones de China y bajó el precio, lo que inviabilizó en España su aprovechamiento. Y no será hasta el 2011 que volvió a fructificar este negocio porque China ha decidido dedicar su resina para el aprovechamiento interno, con una caída de las exportaciones«, señala Arranz. Ahí es cuando se reorientó el mercado a Brasil, y en Europa se concentra en la Península.Alternativa

La novedad reside en lo que afirmaba Blanca Rodríguez-Chaves, vicedecana de la UAM, en la BBC: «La resina es el petróleo del mundo de hoy y del futuro. La idea es que todos los usos del petróleo sean reemplazados por la resina«. Arranz matiza que »más recientemente, desde hace cuatro años, se está investigando sobre biomateriales por la UPV. El objetivo es intentar sustituir los derivados del petróleo por el problema que tenemos del cambio climático y la acumulación del plástico. Y la idea de las empresas es invertir en industria en segunda transformación desarrollando proyectos de I+D«.

Juan López, profesor de materiales de la UPV, es especialista en plásticos biodegradables alternativos al petróleo y tienen el plus de que se degradan con cierta rapidez. Explica que «hay dos grandes familias de plásticos: los sintéticos que provienen del petróleo, y los plásticos que proceden de fuentes renovables y se pueden compostar de modo que las bacterias pueden digerir ese plástico«. Lo interesante es usar la resina en plásticos naturales para que todo el plástico provenga de productos naturales y la naturaleza sea capaz de recuperarlo.

López detalla que «tenemos así el componente tecnológico, ecológico y social. Y la revolución verde empieza por esta gente que extrae la resina«. Y »como sustituto del petróleo el potencial de España es prometedor, podríamos alcanzar unos quince millones de kilos de resina«, afirma Arranz. Los usos de la resina son múltiples: barnices, pegamentos, caucho, neumáticos…

Arranz matiza que de la resina no solo se pueden producir bioproductos naturales. «El asentamiento de población con la creación de empleo por la explotación de la resina significa generar unas rentas a los municipios propietarios de esos montes. Y la labor del resinero sirve para prevenir incendios y favorecer el ecoturismo. Es un servicio total al monte. Pese a ello no reciben ninguna ayuda por parte de las administraciones y el valor de este sector es un gran desconocido en España«, indica Arranz. López apostilla que »Alemania está trabajando en proyectos de resina, pero si no aprovechamos la oportunidad creando un ecosistema de transformación en España, más allá de tener la materia prima la ocasión estará perdida, y otros países se llevarán nuestra resina«.