El Gobierno, inquieto por las consecuencias de la alianza gasística entre Italia y Argelia

Oficialmente, el acuerdo entre la petrolera italiana Eni y la argelina Sonatrach para aumentar un 40% el suministro de gas a Italia a través del gasoducto TransMed no ha alarmado al gobierno español. Pero la realidad es que, como mínimo, el ejecutivo español sigue con interés y cierta preocupación las consecuencias de este acuerdo en la configuración del suministro energético de España, dependiente en buena medida del gas argelino.

Según indican fuentes del ejecutivo español a El Confidencial, “hubo contactos a nivel de gobiernos al comienzo de esta semana”, coincidiendo aproximadamente con la visita del primer ministro Mario Draghi a Argel para reunirse con el presidente Abdelmajid Tebboune y apadrinar la firma del acuerdo entre Eni y Sonatrach. Las mismas fuentes aseguran que “volverá a haber contactos” entre el ejecutivo español y el italiano, “probablemente la semana que viene”, para monitorizar la situación del suministro de gas en Europa.

Según el ejecutivo español, en los contactos de esta semana “se habló de varios temas”, entre ellos la forma de reducir la dependencia del gas ruso, a medida que gana espacio la opción de prescindir de los hidrocarburos rusos para cortarle al Kremlin una vía fundamental de financiación.

Las fuentes del gobierno español consultadas por este periódico quitan hierro al asunto y aseguran que “Italia va a conseguir más gas argelino, pero no porque se lo quite a España”. Según argumentan, el acuerdo cerrado por Italia con Argelia tiene que ver con motivos muy particulares, y no con una rivalidad entre Roma y Madrid por asegurarse el mayor volumen posible desde Argelia. El primer motivo, apuntan, es que Italia tiene una mayor dependencia del gas ruso (un 40%), por lo que le urge más reducir dicha dependencia echando mano de Argelia, que ya le suministra un 30%. El segundo es que, en comparación con España, Italia tiene una menor capacidad de regasificación, por lo que no tiene una alternativa tan sólida en el gas licuado procedente de Estados Unidos, por ejemplo.Y en tercer lugar porque el desarrollo de las renovables italianas no es suficiente de momento como para ser la alternativa necesaria al gas.

Fuentes del mercado apuntan a una razón de peso por la que Italia tiene un mayor poder de palanca sobre Argelia, y es el hecho de que Eni es socio de la empresa estatal argelina Sonatrach en la extracción de gas natural. Una situación ventajosa respecto a la situación de Naturgy, que lleva desde octubre negociando con Sonatrach las condiciones de renovación del gasoducto MedGaz, en un clima enrarecido en las últimas semanas por el giro diplomático de España en su posición sobre el Sáhara Occidental, y con los precios mayoristas del gas en plena escalada y apuntando a una revisión al alza de los precios.