España vence a Albania con suspense (2-1) en un espectacular ambiente en Barcelona

Marcó Ferran Torres y a falta de cinco minutos empató Uzuni sin querer. Pero tuvo tiempo la selección para llevarse el triunfo con el tanto de Dani Olmo

España se marcha de Barcelona con el ánimo cargado, con el cariño de una afición que no está acostumbrada a verla.

España se marcha de Barcelona con el ánimo cargado, con el cariño de una afición que no está acostumbrada a verla. FOTO: SHOOTING/ ADRIAN QUIROGA La Razón
El gol de Ferran Torres era lo que estaban esperando los más de 35.000 espectadores que ocupaban las gradas del estadio de Cornellá para completar su ilusión de ver a España en Barcelona. El momento deseado para liberar las gargantas con un grito de gol y el sonido de la megafonía que invita a recordar que una vez fuimos campeones del mundo.

El delantero del Barcelona había estado cerca de marcar unos minutos antes con un taconazo en el área pequeña, pero tuvo que esperar a que Yeremy Pino robara la pelota en el borde del área y se la entregara para completar la fiesta. Aunque después necesitara la confirmación de Dani Olmo.

El jugador del Leipzig demostró su facilidad para el disparo mandando la pelota a la esquina de la portería para que los aficionados pudieran llevarse un recuerdo completamente feliz de un día que para ellos era histórico.

Aunque la jugada la había comenzado Pedri con un pase hacia la banda a Jordi Alba que abrió el campo y liberó el panorama de rivales para los delanteros españoles. Era el primer partido con el «10» en la Roja para el del jugador canario. El número de los elegidos, el que señala al futbolista que debe marcar el camino de España en el próximo Mundial. Con Pedri todo resulta más sencillo.

España estaba invitada a una celebración en la que lo de menos era lo que sucedía sobre el césped. Aunque Luis Enrique insistía en los días previos en que para él y para los jugadores era como si se tratara de un partido oficial, la realidad era distinta. Era un amistoso de esos que se viven con la tranquilidad de ánimo de tener los deberes hechos y de ver que selecciones históricas como Italia se estampan en la repesca camino del Mundial de Qatar.

Se trataba para el seleccionador de ir viendo cosas, futbolistas que sumar a la causa, como David Raya, que se encontró con la titularidad en la portería en su primera convocatoria después de que Robert Sánchez tuviera que abandonar la concentración unas horas antes. Apenas tuvo oportunidad de demostrar sus habilidades el portero del Brentford, aunque sí dejó claro que no tiene miedo de jugar con los pies, una de las cualidades que más le valora el seleccionador.

Tuvo mala suerte el debutante, que no pudo evitar el gol de rebote de Uzuni. Le pilló saliendo de la portería a por un balón sin peligro aparente que quiso despejar Pau Torres y que hizo una carambola con la cabeza del delantero albanés camino del tanto del empate.

Sonreía incrédulo el seleccionador albanés, el veterano técnico italiano Edoardo Reja. Y sonreía, aunque con otro ánimo, David Raya, que no podía creerse que le estuviera sucediendo eso en el día de su debut con la selección.

Era un alineación sin más veteranos que Álvaro Morata, que lucía el brazalete de capitán por primera vez desde el comienzo del partido. El jugador de la Juventus era también el único delantero entre los convocados después de la lesión de Raúl de Tomás. Sin la competencia del jugador del Espanyol le correspondía terminar la alineación de España. Sin Busquets ni De Gea, fuera de la convocatoria, y con Jordi Alba y Koke en el banquillo le correspondía liderar al equipo desde el campo.

Ambiente en las gradas.
Ambiente en las gradas. FOTO: SHOOTING/ ADRIAN QUIROGA

Alba entró en la segunda mitad, recogió el brazalete de manos de Morata y dio el pase del segundo gol a Dani Olmo. En el otro costado se asomaba Carvajal, de la quinta de Morata, aunque con muchos menos partidos en la selección por culpa de las lesiones. El partido le servía de terapia al madridista después de quedar en evidencia con su equipo en los dos últimos partidos importantes, contra el PSG y contra el Barcelona. O contra Mbappé y Ferran Torres, que provocaron que Ancelotti lo sustituyera en los dos partidos. Para eso le sirven también estos amistosos a Luis Enrique, para recuperar a futbolistas que necesita. Porque igual que no le sobran delanteros, tampoco abundan los laterales derechos.

Los goles llegaron cuando Morata ya se había salido del césped, con Ferran Torres como falso «9» y con Yeremy Pino en el costado derecho. Demostraron que se entienden bien los dos jóvenes y Dani Olmo los completó para mejorar en la segunda mitad el rendimiento de Morata y de Sarabia en la primera.

Demostraron también que el fútbol no obedece a cuestiones lógicas. Muchas veces se reclama a Luis Enrique la presencia de delanteros específicos para que la producción goleadora de la selección sea más frecuente. Pero a veces las victorias llegan cuando el «9» desaparece.

España se marcha de Barcelona con el ánimo cargado, con el cariño de una afición que no está acostumbrada a verla. Los jugadores devolvieron el cariño al público cuando el árbitro pitó el final del partido, saludaron a todos los lados del estadio y se marcharon felices. Sin la sensación de pesadez y de rutina que a veces desprenden los partidos amistosos. Barcelona se despide de la selección con un abrazo.