Nuevo ‘dedazo’ de La Moncloa para designar un embajador político

El Gobierno ha nombrado a un nuevo embajador de carácter político –es decir, sin carrera diplomática– para el cargo de «Misión Especial para la Crisis Internacional de la Covid-19 y la Salud Global».

Este destino recaerá ahora en Borja Cabezón, hombre de partido y de confianza del presidente Sánchez y el ministro Albares. Cabezón ya intentó infructuosamente dirigir Casa América tras dejar su escaño en la Asamblea de Madrid en diciembre de 2020. Finalmente aquella designación no salió adelante por la falta de acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad de Madrid, miembros del Consejo Rector de Casa América junto con Exteriores.

Ahora La Moncloa le ha buscado otra salida con misión especial para la Covid-19. Borja Cabezón era en la actualidad «director general adjunto y de desarrollo de negocio de una empresa solar fotovoltaica con presencia en España y América Latina», según informa el Gobierno en la referencia del Consejo de Ministros aprobada.

Es licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por Universidad Complutense de Madrid. Además de diputado en la Asamblea de Madrid, Cabezón fue director general de Asuntos Nacionales del Gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cargo en el que coincidió con Albares durante su paso por La Moncloa.

Llueve sobre mojado

Cabezón sustituirá en el cargo de embajador en misión especial para el Covid-19 a Jesús Santos, médico y diplomático al que se había designado el pasado 21 de diciembre. El Consejo de Ministros ha nombrado a Santos nuevo embajador en Líbano.

La referencia del Consejo de Ministros también destaca de Cabezón que «a lo largo de su vida ha sido elegido en diferentes programas de la Organización de Naciones Unidas, la Comisión Europea y la Embajada de Estados Unidos en España, entre otros. De joven fundó su propia empresa de energías renovables que se dedicaba a la promoción de proyectos solares y búsqueda de los recursos energéticos de los diferentes ayuntamientos de España. También fundó y presidió la asociación Inquietud Europea, a través de la que se promovía el europeísmo con actividades de ocio, cultura y política».

Evidentemente esta desginación –una más de carácter política de un embajador sin carrera diplomática– ha causado malestar en distintas fuentes diplomáticas. «Ya llueve sobre mojado. Se une a esa lista de embajadores a dedo que ha realizado Sánchez del que ya podemos decir que es el presidente que más está abusando de este tipo de designaciones».

Hay que recordar que la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE) ya criticó la designación de embajadores que fueron ministros y políticos del PSOE como José Manuel Rodríguez Uribes (Unesco), Carmen Montón (Organización de los Estados Americanos), Isabel Celaá (Santa Sede), el ex alcalde de Lérida Ángel Ros (embajador en Andorra) o el diputado socialista Manuel Escudero (embajador ante la OCDE). También otras designaciones como la de Irene Lozano (Casa Árabe) o Andrés Perelló (Casa Mediterráneo).

«Hay entre los diplomáticos españoles candidatos con trayectoria profesional en las regiones concernidas y conocimiento acreditado de las mismas, dominio de varios de sus idiomas y experiencia profesional en gestión de recursos humanos y económicos», recordaron desde esta asociación que engloba al 70 por ciento de diplomáticos.