Casi una semana después de que PP y Vox cerrasen en Castilla y León el acuerdo de legislatura, las dos formaciones se afanan en dar forma a la estructura de la Junta con la mirada puesta en el entorno del 25 de marzo, cuando podría celebrarse el pleno de investidura de Alfonso Fernández Mañueco. Para entonces, deberá estar diseñado el nuevo Ejecutivo, en el que los de Abascal asistirán a su ‘bautizo’ como miembros de un Gobierno al hacerse cargo de tres consejerías y la vicepresidencia. De momento, este último cargo será asumido por el candidato de Vox, Juan García-Gallardo, aunque asistirá al pleno de investidura como portavoz de su grupo parlamentario para, cuando asuma su responsabilidad en el Ejecutivo, dejar ese puesto al viceportavoz, David Hierro, según indicaron fuentes próximas a Vox. Lo que también está bastante decidido es que la formación verde se hará con la consejería de Agricultura y Ganadería y la de Cultura, mientras que la tercera está aún por decidir y, sobre todo, de negociar con los populares en un encuentro que , en principio, tendrá lugar el viernes.
Así que en Vox andan esos días recogiendo y analizando currículos para elegir a sus altos cargos: tres consejeros, otros tantos secretarios generales y al menos una decena de direcciones generales. Es, precisamente, en estos puestos intermedios donde no necesariamente se producirá el relevo ya que aquellos directores suficientemente técnicos o que no tengan afiliación política podrían mantenerse, si lo desean, una situación que se da, especialmente, en Agricultura y Ganadería. «Habrá sorpresas», reconocen las mismas fuentes, con cargos que en el PP creían afines, aunque sin carné, y que en realidad estaban más cerca de Vox y, por lo tanto, seguirán en sus puestos. Pero para la gran mayoría, el perfil demandado por Vox es de profesionales cualificados y técnicos que, salvo en el caso de los consejeros, no tienen por qué tener vinculación política.
A vueltas con la «siembra»
En la Consejería de Agricultura y Ganadería han puesto desde el principio sus ojos los de Abascal-su lema de campaña fue «Siembra»- tanto por su defensa férrea del sector primario como por el hecho de que es un instrumento más que poderoso ante las elecciones municipales de mayo de 2023. A ella, incluso, se podrían incorporar las competencias de telecomunicaciones, hasta ahora en Fomento, con el argumento de que es en el medio rural donde se producen los déficit de cobertura y donde la comunidad tiene que poner su empeño.
Cultura es el segundo objetivo. Vox quiere un departamento especialmente goloso, todo lucimiento, en una región como Castilla y León, líder en turismo rural, de ingente patrimonio, con proyectos universales como Las Edades del Hombre y defensora de la tauromaquia, bandera que enarbola el propio Gobierno autonómico.
Queda por definir aún el tercer departamento para el que se apunta a Industria y Empleo. Con la primera parte no habría problema, pero con la segunda los de Abascal tendrían enfrente a unos sindicatos que ya han advertido que no se lo van a poner precisamente fácil, menos aún espués de que en un primer acuerdo de Gobierno, Vox propusiese acabar con las subvenciones sindicales, punto que finalmente desapareció. La solución podría estar en crear una viceconsejería de empleo de la que, incluso, se podría encargar el PP, un gesto en aras de mantener vivo el Diálogo Social del que tanto ha presumido esta comunidad. Que Fomento y Medio Ambiente se separen y sean dos consejerías y la de Transparencia (creada por Cs) desaparezca son otras dos propuestas de los de Abascal.