Calviño liderará una nueva propuesta de reforma laboral con cambios generales, incluida la temporalidad

El nuevo formato de negociación de la reforma laboral, con la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, como garante de los preceptos del Gobierno, empieza a hacerse visible apenas 24 horas después de la primera reunión de la mesa de diálogo social, cuyo principal tema de discusión fue la reducción de la temporalidad y ese tope del 15% de empleo temporal en la plantilla de las empresas.

Calviño ha querido marcar territorio anunciando que “habrá una propuesta nueva para la próxima reunión en esa mesa de diálogo social, que irá incorporando las contribuciones de las distintas negociaciones, ideas distintas, y conversaciones que están teniendo lugar”, incluida la temporalidad. Según ha adelantado en Córdoba, en el Congreso CEDE, ya se estaría replanteando abiertamente -como exigen los empresarios- no respetar ese 15% que pretendían mantener el Ministerio de Trabajo y los sindicatos. La vicepresidenta económica marcará los puntos principales de la nueva propuesta, que Trabajo redactará con las aportaciones de cada una de las partes y que trasladará directamente a los agentes sociales.

De esta forma, la vicepresidenta económica pone freno a su homóloga de Trabajo, Yolanda Díaz, defensora de esta idea. Al menos hasta hoy, ya que desde su Ministerio se han desmarcado de la autoría de esta propuesta y ya se aviene a acabar con la temporalidad “sin necesidad de fijar un porcentaje máximo al respecto”, asegurando que esta fórmula fue planteada por un “agente social, no por nosotros” en la mesa de negociación, aunque fue muy bien acogida por el Ministerio.

La intención ministerial de fondo es “actuar en las causas de los despidos” y “acabar con la temporalidad”, para lo que señalan que “no tiene por qué haber porcentajes ni se marcan líneas rojas. La negociación está abierta”. Así en este tono conciliador, que ha evitado cualquier roce con Calviño, el propio secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, reconoció que este 15% máximo, que la patronal rechazaba por tener “un claramente sesgo ideológico”, no es un porcentaje “completamente cerrado” y que “podría modificarse” en el curso de la negociación. “Lo que hay que ver es si se acomoda a los intereses del conjunto de interlocutores, si puede variarse o individualizarse para que sea menos indiscriminado y más efectivo”, defendió.

La propia Díaz ha reconocido en las últimas horas en varias declaraciones públicas que “no se puede derogar técnicamente la reforma laboral”, que hay que actuar contra la temporalidad y la precariedad, pero que el despido “no lo vamos a tocar por acuerdo de Gobierno” en la mesa de diálogo. “Lo que sí haremos será suprimir partes de ella como se hizo con la anulación del despido de un trabajador en baja médica”.

El desembarco de Calviño en las negociaciones ha impuesto una nueva dinámica y una relación más económica que la que hasta ahora había impuesto Díaz desde Trabajo. “Nuestro objetivo es lograr un buen acuerdo con los agentes sociales”, que permita adoptar esta reforma tan importante antes de final de año. “El Gobierno está absolutamente alineado en abordar una reforma laboral que mire al futuro, con una hoja de ruta que ha sido acordada con los agentes sociales, para un conjunto de elementos que tenemos que mejorar en nuestro mercado laboral”, defendió Calviño, que insiste una y otra vez en que el acuerdo “debe cerrarse con todos los agentes sociales”.